Tres breves apuntes sobre las últimas películas que he visto:
La trampa del mal, de John Erick Dowdle, director del poco distinguido
remake de
Rec,
Quarantine. Se trata de un proyecto avalado por M.Night Shyamalan, autor de la historia que está en la base del film e implicado también en tareas de producción. Cinco personas quedan atrapadas en un ascensor.
Poco a poco, van muriendo de uno en uno, como si de “Los diez negritos” de Agatha Christie se tratara (al parecer el mismo Shyamalan reconoce la influencia de la escritora británica), mientras los guardias de seguridad y el personal de mantenimiento se muestran incapaces de sacarlos de allí. Tampoco la policía de Filadelfia consigue controlar la situación. Detrás de lo que está pasando, según apunta uno de los guardias, latino y, como mandan los cánones, católico, está el diablo.
La tensión se mantiene durante buena parte del film (que afortunadamente es muy corto: 80 minutos que, por televisión, se quedaron en poco más de 70), pero el final, demasiado cómodo y tópico en su resolución, estropea en buena medida el resultado. Aun así, me pareció un film entretenido, una especie de serie B sin demasiadas pretensiones (lástima que el apólogo moral final sea demasiado casposo).
Regresión, de Alejandro Amenábar. Decepcionante vuelta a las pantallas de Amenábar, seis años después de
Ágora. Mucho tiempo como para poder justificar un guion tan pobre y una realización tan mediocre, del montón. Si no fuera por la presencia de Ethan Hawke y Emma Watson, podríamos pensar que estamos ante un film destinado desde el principio al formato doméstico o a rellenar las programaciones de tarde de los canales televisivos. El asunto va de la investigación policial sobre la presunta actividad de una secta satánica que al parecer realiza asesinatos rituales en Minnesota (aunque se rodó en exteriores en Canadá). El film arranca con el temible rótulo de “basado en hechos reales”, y termina con una especie de advertencia sobre los riesgos de caer en las histerias colectivas y sobre los males de la regresión por medio del hipnotismo. Ahora que se cumplen los 20 años de
Tesis, la comparación no deja a Amenábar en buen lugar.