Recién vista
La invención de Hugo.
Hay películas que son cine: hay otras que son simplemente magia. La invención de Hugo pertenece a este último tipo. Verdaderamente, hacía mucho que no disfrutaba tanto con una película. Una película para niños, cierto, pero que los adultos pueden disfrutar como tales, y que no trata a los pequeños de la casa como si fueran retrasados mentales, tal cual está tan de moda hacer ahora en el cine destinado a un público infantil. ¿Qué más se puede decir? Los niños están estupendos, Kingsley, fantástico, Lee, maravilloso y todos los demás actores lo hacen realmente bien. La banda sonora es asombrosa, la historia es conmovedora sin tirar por la lágrima fácil, la fotografía, una preciosidad (que, pese a mostrar una estética industrial más bien sombría, no lo hace con ese aire sucio y feote de muchas películas de ahora -como El hombre de acero- sino de una manera que recuerda a una fotografía antigua, a un viejo álbum de cromos). Hay en esta película verdadero amor por el cine: por los orígenes del cine. No sólo Meliés, sino Buster Keaton, Harold Lloyd, Louise Brooks, Griffith, Chaplin (incluso está mi amado Cesare); esta es una película donde se ve amor por el cine, y que inculca amor por el cine
. Hay aquí un sentido ingenuo de la maravilla, una sencillez (en el buen sentido del término), una inocencia -sin bobería- que son muy raros en el cine de ahora: esta es una de esas películas que reconcilian a la gente con sus sueños ¿Qué más se puede decir?
. Scorsese lo ha vuelto a hacer: me ha conquistado.