Sí, Jumbo tiene razón. Había cosas de T1 que se notaba mucho que estaban mal hechas, incluso ya en ésa época...pero aún así, producían gran efecto, y probablemente (no la he visto desde hace eones) lo sigan produciendo. El T-800 del final, roto, cojo "como medio podrido y sudoroso" (lo ha descrito muy bien), da bastante yuyu. Es muy angustioso. Es un poco lo mismo que los replicantes de Blade Runner cuando se van rompiendo al final de la película (son los años 80, estamos en plena apoteosis del cyber-punk). Lo que yo no sé es si fue algo que buscaron deliberadamente o algo que se produce en el espectador de forma espontánea por eso que llaman teoría del valle inquietante. La sensación que te producían algunos momentos de RoboCop también iba muy en esa línea. Dicen que no nos gustan porque parecen demasiado humanos, o demasiado inhumanos, y que algunos rasgos de estos seres artificiales en varios grados de destrucción nos evocan las mismas sensaciones que nos produce el ver cadáveres mutilados o descompuestos en diversos grados. Parece que esta es la misma razón por la cual a algunas personas les dan miedo las muñecas de porcelana: la perfección de sus caras parece demasiado inhumana. Yo creo que en el caso del Terminator roto esto es especialmente cierto.