"There’s this misconception these days that a thematic score means a dated-sounding score. This, of course, is a cop out. There’s no reason to throw the baby out with the bathwater. The art of composing modern scores is the having the skill set to keep motifs alive while being relevant. But too many times, newer composers have no idea what fully developed themes are because they grew up on scores that are nothing more than ostinatos and “buahs.”
John Ottman.
Mi blog: www.criticodecine.es
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Der var engang (1922), de Carl Theodor Dreyer
A la espera de que algún día nos decidamos a revisar la filmografía (escasa) de Dreyer, he visionado el único de sus largometrajes que me faltaba por ver. Der var engang (conocido internacionalmente como Once Upon a Time, que es la traducción directa al inglés) es, tal como nos indica el título, un cuento filmado, adaptación de una obra teatral (de 1885) del poeta y dramaturgo danés Holger Drachmann (1846-1908), obra que, según la Wikipedia, fue un gran éxito al ser representada en el Royal Theatre de Copenhague, convirtiéndose en un clásico de la escena danesa.
Un rótulo inicial nos presenta la película como un cuento de hadas en cinco actos, pero en la copia disponible se prescinde de la estructura prevista, ya que el metraje actual es de solo unos 75 minutos, habiéndose perdido alrededor de media hora (aunque se desconoce su duración original). De muchas de las secuencias perdidas se nos ofrecen los rótulos y algunas fotos fijas, lo que nos permite seguir, de manera aproximativa, el argumento.
El inicio es sorprendente porque Dreyer nos introduce en el marco de un reino imaginario, Illyria, de aspecto versallesco, en el que una princesa caprichosa y cruel (Clara Pontoppidan) se deshace sin contemplaciones de sus numerosos pretendientes (a uno lo manda a la picota; al otro, que lo cuelguen).
Pero la llegada del príncipe de Dinamarca (que luce un atuendo más bien medieval, reforzando así el carácter atemporal del cuento) trastocará su vida.
Aunque inicialmente lo rechaza, el príncipe (Svend Methling) va a desarrollar un plan que nos recordará el argumento de “La fierecilla domada” de Shakespeare. Para ello contará con la ayuda de un buhonero mágico que le entrega una tetera con el poder de reflejar el futuro amoroso de su poseedor y una carraca.
Armado de la ruidosa carraca, y con la apariencia de un vagabundo, el príncipe consigue ganar la atención de la princesa e incluso “cobrarse” un beso por el instrumento. Cuando ella también muestre interés por la tetera, la condición será que la princesa le deje pasar la noche en su habitación, cosa que va a comportarle graves problemas.
La princesa verá en la tetera reflejado al príncipe, provocando su enfado, sin saber que el portador del objeto es precisamente ese príncipe al que parece odiar. El rey, al descubrir al joven en la habitación de su hija, decidirá desterrarlos, aconsejado así por el escudero del príncipe, disfrazado de caballero.
Ya en Dinamarca, el príncipe y la princesa se alojan en una cabaña del bosque, donde se dedicarán a la alfarería, llevando una vida humilde, llena de privaciones materiales, pero que, poco a poco, servirá para “domar” a la caprichosa princesa.
Cuando, un buen día, tenga que llevar las vasijas a vender al mercado, unos guardias se burlarán de ella y romperán la mercancía. Sin recursos materiales, el príncipe decide salir a cazar, pero la princesa, que teme por su vida (con anterioridad hemos visto un cazador furtivo ajusticiado colgado de un roble), intenta impedírselo declarándole su amor.
El recurso narrativo que pone final a la historia nos remite al cuento de “La cenicienta”. Empleada en la cocina del castillo del rey de Dinamarca, la princesa se somete a la prueba del vestido de la que ha de ser la esposa del príncipe, que ya ha vuelto de su viaje. La prometida inicial se dice que enfermó, por lo que ahora el príncipe ha decidido que la mujer a quien le siente bien el traje será la esposa. Obviamente, esa mujer es ella, con lo que se ve forzada a casarse con el príncipe (al que no reconoce). A pesar del matrimonio, ella quiere volver con el alfarero, provocando el enfado del príncipe, pero todo se acaba descubriendo y el film termina felizmente. Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Puede sorprender para quien piense en títulos como La passion de Jeanne d’Arc, Dies Irae o Ordet el tono de divertimento fantasioso de este film, pero en realidad no estamos tan lejos de otros films del director, como Prästänkan o El amo de la casa (Du skal ære din hustru). Para acabarlo de dilucidar, tendremos que embarcarnos en un “Carl Theodor Dreyer: revisando sus películas”.
Última edición por mad dog earle; 03/09/2021 a las 10:04
¿Dónde has conseguido ver la cinta de Dreyer, mad dog earle? ¿YouTube? Sé que en youtube hay dos o tres de su primera etapa, pero esta no recuerdo haberla visto ahí.
Está disponible en YouTube, aunque en mi caso he comprado el DVD editado por el Danske Filminstitut. Vista la calidad de la copia disponible, lo mejor es verla por YouTube y luego decidir si comprarla.
Sinceramente, creo que ni siquiera era novedoso. Su estructura narrativa a base de flahbacks que van desvelando el misterio que hay detrás de Francesca se usó a menudo a partir de "Citizen Kane", y lo freudiano ya empezaba a ser un tópico.
De entre los muertos…
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REVISANDO CLÁSICOS: EL CINE DE AVENTURAS / EL CINE HISTÓRICO
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SIGN OF THE PAGAN (1954, ATILA, REY DE LOS HUNOS)
Director: Douglas Sirk.
Producción y distribución: Universal-International Pictures Co., Inc.
Productor: Albert J. Cohen.
Guion: Oscar Brodney y Barré Lyndon, a partir de una historia de Oscar Brodney.
Fotografía: Russell Metty, en Technicolor y CinemaScope.
Dirección artística: Alexander Golitzen y Emrich Nicholson.
Decorados: Russell A. Gausman y Oliver Emert.
Música: Frank Skinner y Hans J. Salter, supervisada por Joseph Gershenson.
Montaje: Milton Carruth.
Reparto: Jeff Chandler (Centurión/Emperador Marciano), Jack Palance (Atila), Ludmilla Tchérina (Princesa Pulqueria), Rita Gam (Kubra), Jeff Morrow (General Paulinus), George Dolenz (Emperador Teodosio II).
Rodaje: del 19 de diciembre de 1953 a finales de enero de 1954.
Duración: 92 minutos.
Estreno: 23 de diciembre de 1954.
Recaudación: 2.500.000 dólares (Variety, 25 de enero de 1956).
El gran director alemán Hans Detlef Sierck (1897-1987), más conocido como Douglas Sirk puesto que la mayor parte de su carrera transcurrió en el glorioso Hollywood de los años ‘40 y ‘50, no sólo rodó algunos de los más bellos melodramas de la Historia del Cine (y de los que servidor comentó en este mismo rincón los más importantes, desde OBSESIÓN (1954) hasta IMITACIÓN A LA VIDA (1959)) sino que también incursionó quizás no con tanta fortuna en otros géneros como el western (por el que sentía especial predilección, al igual que su (casi) compatriota Fritz Lang) o el de aventuras pero que pueden ser disfrutados igualmente si eres un cinéfilo desprejuiciado como el que escribe esta modesta crónica.
Una película cuyo visionado viene motivado primero por el comentario que hice recientemente en el rincón del susodicho Lang del (magnífico) díptico LOS NIBELUNGOS (1924), en cuya segunda parte el rey de los hunos jugaba un papel determinante al ser el brazo ejecutor orquestada por la reina Crimilda hacia aquellos que habían participado activa o pasivamente en la muerte de su amado esposo Sigfrido y segundo por la reciente edición (2019) en BD por parte de Universal de la misma.
En cuanto a lo segundo me gustaría aclarar que la copia deja bastante que desear tanto en cuestión de imagen como de sonido. Y destacar especialmente la pobreza del subtitulaje para aquellos que vemos las películas en V.O.S.E.
El título original de la película, SIGN OF THE PAGAN [“EL SIGNO DEL PAGANO”] guarda un más que sospechoso paralelismo con THE SIGN OF THE CROSS (1932, EL SIGNO DE LA CRUZ) del gran Cecil B. DeMille.
De hecho, hubiese estado perfectamente justificado el reciclaje del mismo dada la importancia que la Cruz, el símbolo por antonomasia del cristianismo, tiene en la película.
Igualmente la misma forma parte de ese “selecto” grupo de cintas que giran alrededor de los objetos que rodearon la vida de Jesucristo, antes y después de su muerte.
De esta forma tenemos LA TÚNICA SAGRADA (1953), de Henry Koster, primera película rodada (y exhibida) en CinemaScope.
O THE SILVER CHALICE (1954), de Victor Saville, la cinta por la que Paul Newman pedía perdón cada vez que era exhibida por la televisión y rodada igualmente en CinemaScope.
1954 fue un año decisivo en la carrera de Douglas Sirk, puesto que entre RAZA DE VIOLENCIA (su primer y único – y nada despreciable – western) y ATILA, REY DE LOS HUNOS, rodó su primer gran melodrama, el ya mencionado OBSESIÓN.
ATILA fue además la primera película rodada en...
... por el director, un formato de pantalla tan ancho (2.55:1) que no solía gustar a los cineastas veteranos pero que Sirk usó con maestría en melodramas como HIMNO DE BATALLA, ÁNGELES SIN BRILLO o TIEMPO DE AMAR, TIEMPO DE MORIR.
A pesar de que tanto Atila (c.395-453) como los emperadores romanos de Oriente – Teodosio II (408-450) – y Occidente – Valentiniano III (425-455) – fueron figuras históricas, al igual que la princesa Pulqueria, luego emperatriz (450-453) y hasta santa y el centurión, luego emperador Marciano (450-457), la película se toma las lógicas libertades para poder elaborar un relato lo suficientemente atractivo para que el público generalista abarrotara las salas de cine atraído por las pantallas grandes y el sonido estereofónico en su dura competencia con la ya más que emergente televisión.
El prematuramente desaparecido (y canoso) Jeff Chandler (1918-1961) no estuvo acertado cuando rechazó el papel de Atila dado que no quería encarnar a un villano en la gran pantalla, lo que permitió que el mismo recayera en el siempre excelente (y anguloso) Jack Palance (1919-2006).
- Recordemos, no obstante, que unos años antes el actor había tomado los rasgos del gran caudillo apache Cochise (c. 1805-1874) en el considerado primer western proindio de la historia de Hollywood (opinión ciertamente rebatible pero igualmente aceptable), FLECHA ROTA (1950), de Delmer Daves.
Un papel que causó tal sensación que el intérprete fue nominado a los Oscar como mejor actor de reparto y que además repetiría hasta en dos ocasiones (THE BATTLE OF APACHE PASS (1952) y la mencionada RAZA DE VIOLENCIA). -
Como decía, lo mejor de la película es el personaje de Atila, magníficamente encarnado por Palance y que convierten los primeros cuarenta minutos de proyección en un excelente estudio del personaje, teniendo en cuenta las limitaciones que imponía no sólo el Código de autocensura de la propia industria cinematográfica sino también el público al que iba destinada.
A partir de ese momento el tono religioso de la historia se acentúa muy notablemente, aunque afortunadamente no tanto como las plúmbeas LA TÚNICA y “EL CÁLIZ”.
Y es que la aparición del símbolo de la Cruz será para Atila igual de dañina que para el vampiro stokeriano.
Sirk, apoyado en un sólido libreto de Oscar Brodney y especialmente Barré Lyndon (guionista de títulos tan dispares (aunque suculentos) como JACK, EL DESTRIPADOR (1944), de John Brahm o LA GUERRA DE LOS MUNDOS (1953), de Byron Haskin (y especialmente George Pal)), acierta en ese toque shakesperiano lleno de augurios que anuncian la caída inevitable del hasta entonces invencible guerrero.
Y Palance hace creíble su conversión de fiero conquistador a temeroso hombre de Dios con escenas tan bellas como su encuentro con el papa León I el Magno (440-461) a las afueras de Roma bajo el manto de una espesa niebla.
Como nunca ha estado del todo claro el por qué de la retirada de las tropas de Atila (¿tal vez el citado encuentro?) cuando estaba a punto de conquistar una Roma dejada a su suerte por el emperador Valentiniano (Walter Coy) la muerte de aquel a manos de su esclava (y esposa a la fuerza) Ildico (Allison Hayes) es igual de válida que cualquier otra.
Y como decía la profecía, la Cruz proyectará su sombra sobre el cuerpo yaciente de Atila...
La (supuesta) estrella de la película, Jeff Chandler, se limita a cubrir el expediente.
Más gratificante es la presencia de la hermosa Ludmilla Tchérina (1924-2004), bailarina reciclada en actriz y especialmente Rita Gam (1927-2016), que encarna a la hija (¿la única hija?) de Atila.
Y por supuesto el habitual grupo de colaboradores de Sirk a la cabeza de los cuales se sitúa el gran Russell Metty (1906-1978) cuyo uso del color fue capital en sus mejores melodramas del director alemán.
Lástima que la copia no esté a la altura de la película.
Una modesta cinta de aventuras pero que precisamente tiene sus mejores virtudes porque no aparenta ser lo que no es.
Y con este trabalenguas me despido por hoy.
Feliz tarde/noche.
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Última edición por Alcaudón; 02/09/2021 a las 22:08
Una película que vi durante el confinamiento pero que no tuve oportunidad de comentar.
También tengo la magnífica recopilación con las primeras novelas de la serie de la mano de la imprescindible Reino de Cordelia.
Tanto Flynn como Garson están espléndidos y en verdad que es una lástima que no exista una edición a la altura que requiere.
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Última edición por Alcaudón; 02/09/2021 a las 22:05
Sólo un par de correcciones o aclaraciones al magnífico comentario de mad dog earle.
La película se estrenó en Copenhague el 3 de octubre de 1922.
De la misma se conservan exactamente 1.165 metros.
Dreyer fue uno de los cineastas más ubicuos de la época puesto que rodó en Suecia, Noruega, Alemania, Francia y por supuesto Dinamarca.
Y en referencia al igualmente espléndido comentario de Otto+ sólo añadir que recientemente me vi la citada película de Saul Bass y aunque no tuve tiempo de reseñarla - life is very short... - me pareció francamente atractiva. Y las hormigas están fantásticas.
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Cierto. El duendecillo del teclado (escapado del film, supongo) me hizo fechar la película en 1924 por error (cuando tanto el DVD que he visto, como imdb o la Wikipedia indican 1922). Lo corrijo.
Respecto al número de metros de película conservados, lo siento, no he tenido ocasión de contarlos, o sea que doy por bueno el dato que aporta Alcaudón.![]()
The Third Wife
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Primera peli de la directora vietnamita Ash Mayfair.
Mai se casa a los 14 años con un rico terrateniente y pasa a ser la tercera mujer. Entra en un mundo nuevo como tantas otras para callar,obedecer y dar a su marido un hijo varon.A medida que transcurre la convivencia descubre los deseos reprimidos y emociones del nuevo hogar...así como los suyos.
A la peli le falta garra en practicamente todo el metraje.Insustancial.
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5.7/10
Yo tampoco tengo ese Atila, de Douglas Sirk en mi colección. Y vista la calidad de la edición, la pillaré solo a precio muy bajo o por completismo.
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Yo creo más en la tesis de cinefilototal. Seguramente, como otras, era la "moda". A veces, en la historia de los premios, se han dado casos similares y visto desde la perspectiva del tiempo, quedan algo incomprensibles.
Yo, de este director, Compton Bennett, le tengo echado el ojo a su siguiente film, Los años perdidos. hace poco ha salido un dvd por aquí y la peli tiene muy buena pinta.
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Quizá tuviera algo que ver que el guion lo firmaran Sydney Box y su esposa, Muriel. Box fue un productor inglés, fundador de la Verity Films, que produjo más de 120 cortos como contribución al esfuerzo de guerra (datos recogidos de imdb y Wikipedia). ¿El premio mezclaba intereses económicos y reconocimiento por su participación en la guerra?
Posteriormente, Box fundó con su mujer la productora London Independent Producers (en 1951), además de dirigir previamente la Gaingsborough Pictures.
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