Emocionado y trabajado análisis, Campanilla, aunque con algunos comentarios no esté de acuerdo.
Lo del amor a primera vista: por supuesto que nadie se enamora a primera vista, pero tampoco nadie vive las 24 horas del día cantando, en lugar de hablar. Esto es una SUBLIMACIÓN, no debe interpretarse literalmente. Es, además, una versión condensada de un libraco de tropecientas páginas.
Y respecto a la ñoña parejita: es que están concebidos precisamente así, y así han de ser. En la película de los años 30, con Fredric March, son ñoños, en la versión de los 50, con Michael Rennie, son ñoños, y aquí son ñoños. Es su leit-motiv.