Orient Express tendrá sus cosas para según quién, pero como dijeron Atticus -quién por lo demás le puso pegas- y Primecallahan en su día, da gusto encontrarse, en estos tiempos pirotécnicos en gran parte, una película con tanta clase y elegancia como esta en su puesta en escena.
Qué manera de encuadrar y planificar, qué planos cenitales, que travellings, que maravilla.
Y los recursos visuales no son gratuitos, sino que obedecen a decisiones narrativas. Otra cosa es que cuadren o no.
Cómo ha dicho Rub, es una película tiene ambas cosas. Pericia técnica, y un aroma clásico en el desarrollo de su argumento, que se echa mucho en falta.
Algún día se reconocerá que Branagh es un DIRECTOR (entendiendo como tal alguien que entiende la importancia del PLANO como elemento narrativo), como la copa de un pino, aunque sea tremendamente irregular fuera del bardo.