Tema: Un nuevo hilo dedicado a l@s cineastas clásic@s japones@s

Como soy un poco punki me voy a saltar las nuevas normas con un breve comentario de la apasionante.......



VAMPIRE DOLL -1970- Michio Yamamoto

Me voy a encargar del cine de terror (trucho, o no)"clásico" japonés, con la primera parte de la trilogía, según la magnífica Arrow, The Bloodthirsty Trilogy dirigido por Michio Yamamoto en 1970. Un film de la Toho, ya saben Godzilla, Kurosawa, Ringu, también coproducciones con la Ghibli, o sea, por ahora, todo bien.

La idea nace del productor Fumio Tanaka, que luego se convirtió en escritor de novelas de terror, donde querían, junto al director, traer la figura de un vampiro al estilo occidental para Japón, pero en esa época el vampiro era un personaje sobretodo del manga, enfocado sobretodo para series infantiles y teenegers. Aunque es posterior, me viene a la cabeza la serie de Don Drácula de Osamu Tezuka, serie que no he visto, pero que poseo en dvd en ese pack maravillo -o no- del director.



También comentar que el monstruo del film de vampiro tiene poco, si bien es cierto en cuanto la apariencia da el pego, no por los colmillos, en realidad se trata de una chica mantenida entre la vida y la muerte -al estilo del Valdemar de Poe- dominada por un impulso asesino incontrolable. El film funcionó y por ello viene una segunda parte, que según veo, si parece que el primo lejano de Drácula se paseará por Japón (LAke of Drácula)

SINOPSIS de FA, ya me conocéis que no estoy para sinopsis en esta vida: Keiko preocupada porque su hermano no se ha comunicado con ella después de una semana decide visitar junto a su novio la casa familiar de Yuko, la novia de su hermano. Allí descubrirá que la chica hace tiempo que falleció y que la madre no está contando toda la verdad de lo que sucede...

Me he encontrado un film, con una calidad de imagen y nitidez visual fantástica (el día después me ha tocado el contrapunto con la mierdición de Filmax de UN BREVE ENCUENTRO de Lean) y una estética pop mezclado con la tradición japonesa y también hay espacio para la estética gótica, no se, parece una mezcla rara pero funciona. Ritmo pausado al principio con poco que mostrar y mucho que sugerir, baja un poco cuando nos adentramos en la típica trama detectivesca, aunque no se hace aburrida -es de duración hammeriana, incluso menos-, pero el souffle sube cuando aparece la (no) vampira, que con ese color, esa sonrisa, sin tener esos movimientos que horrorizan a uno en Ringu y compañía, logra aterrorizar al personal, para llevarnos en volandas al final, marcándose un Kill Bill de toda la vida (o viceversa claro, QT no esconde su fascinación por dichos productos) con una fuente de sangre exagerada marca de la casa. En resumen, irregular film, con un tira y afloja continuo, pero la experiencia, y sobretodo, la estética, vale la pena, y lo mejor, con ganas de ver la segunda parte de la trilogía.