Yo, para finalizar mi aportación, me llevo una alegría y a la vez una decepción.
-La alegría es que Hollywood por fin reconozca a Haneke como lo que es, un genio. Sus 5 candidaturas gordas lo confirman. Será difícil que se vaya de vacío, toda vez que en 4 de ellas el Oscar sería para él.
-La decepción es el ninguneo total y absoluto hacia ese genio que es Paul Thomas Anderson. Ni guión ni dirección ni película por su futuro clásico The Master. La verdad es que es un film poco oscarizable en su inmensa complejidad y profundidad. Espero que el tiempo le confiera a esta película el status que merece.