Cita:
Tendréis que perdonarme porque normalmente no escribo mi vida en un diario. Todo esto pasó antes de que yo supiera qué estaba ocurriendo y a dónde nos llevaba y fue solamente más tarde, cuando ya se había desencadenado todo, que creí que quizás debería dejar algo escrito, por si a nadie más se le había ocurrido hacerlo. ¡Estamos en la Era de la Información! Bueno, estábamos. Ahora es la Edad Oscura. Bienvenidos a mi mundo.
14 de junio
Todo comenzó (para mí, vaya, se ve que algunas cosas ocurren siempre sin que yo me entere) con un pequeño titular en una página de noticias de Internet que decía “Problemas: Arabia Saudí”. Recién levantado que estaba, leí erróneamente “Pruébalas: Ahora Gratis” y claro, entré. Pero no, resulta que hablaban acerca de “la repercusión de los recortes en las prestaciones y servicios sociales en Arabia Saudí”. Pensé: ¿Los jeques tienen servicios sociales? ¿Acaso no les quieren pagar a alguien que les cuide los nenes gratis cuando desean salir a dar una vuelta con el Mercedes o qué? Ojeé el artículo, más que nada tratando de encontrar alguna mención de algo que fueran a dejar probar gratis y como no la había, seguí con mi vida cotidiana. Gran error. Ciertamente.
15 de junio
¿Las noticias de ayer siguen siendo las noticias de hoy? Creo que esa gente del desierto está muy enfadada por algo: salían en todos los periódicos. Parece que al gobierno saudí le está costando “apretar las riendas de un presupuesto galopante”, o algo así, y se ve que eso no gusta a la plebe de allí. Ahora su capital (Riad, creo) es un desastre, con gente en la calle cada vez más cabreada. ¡Ya era hora, los ricachones estos! ¿Se les acabaron los subsidios? ¡Pues ale, ale, a trabajar!
16 de junio
Vi las noticias hoy y… ¡Joder! ¡Tres ciudades saudíes están en llamas! La gente va por la calle armada hasta los dientes, volviéndose locos y todo el mundo quiere encontrar un avión para salir del país cuanto antes. Parece Nueva Orleáns cuando el Katrina, pero con todo de arena en lugar de agua. Los de las noticias de aquí están hablando de lo que representa para nosotros, los americanos, y para nuestro petróleo. Casi mejor voy y lleno el depósito del coche antes de que lo haga todo el mundo. Odio las colas.
17 de junio
Faltó poco para que me olvidara de llenar el depósito. Se me habría pasado del todo de no haber oído, en el camino a casa, al de la radio. La gasolinera tenía algo de cola, pero nada insoportable. Por supuesto ya habían subido el precio ¡Buitres! ¡Alguna gente sabe sacarle partido a todo! El tipo de la radio dijo algo de mandar al ejército. ¡Joder, pues claro! ¿Cuántos países podemos invadir a la vez?
18 de junio
Hoy no trabajo, así que es día de compras y recados. Buena cosa lo de llenar el depósito ayer. La gasolinera estaba imposible esta mañana cuando pasé por delante. Y creo que han vuelto a subir el precio. ¡Panda de ladrones! Incluso el supermercado estaba a parir de gente. ¿Pero a dónde van todos? ¿Viene un huracán o qué? Compro lo necesario y paso de los recados. Pueden esperar.
19 de junio
Vale, vale… Ya lo entiendo: Los saudíes tienen el petróleo, nosotros dólares; los saudíes se quedan nuestro dinero, nosotros su petróleo. Es el gran círculo de la vida. ¡Genial! Hay un gran artículo sobre eso en el periódico de hoy y es más fácil quedarse en casa y leer que salir a la calle, con tanta gente. Si tengo suerte todo esto pasará antes de que tenga que volver a llenar el depósito y deba vérmelas con el follón que hay ahí fuera. Me acomodo y leo el periódico.
20 de junio
Otra vez de vuelta al trabajo. Había un buen lío en la estación de servicio. ¿Pero por qué? Ahora tenemos soldados vigilando la embajada en Riad y el resto de la gente está escapando del país como ratas que huyen de un barco que se hunde. Apuesto a que un montón de compañías están cerrando y largándose. ¿Qué va a pasar con el precio del petróleo? Nada bueno, imagino. Me alegro de tener un coche pequeño, aunque el coche me lo compré pequeño porque no tenía más pasta, pero bueno… Las noticias de la noche no contaban otra cosa que esto. A lo mejor es que veo demasiada tele, pero ¿hay algo más?
21 de junio
¡Eh! ¡Ya está bien! No me importa tener que esforzarme un poco para ignorar las noticias, noches y fines de semana, pero ahora también son todos los compañeros del trabajo. ¡Por favor! Tiene que haber algo más de qué hablar. Vale, pasa algo al otro lado del planeta, pero nosotros estamos aquí. ¿Cuál es el problema, colegas? ¿No tenemos nuestro petróleo? ¿Por qué tiene que ser tanto problema? ¡Olvidadlo, simplemente! (Y dejad de fastidiarme, que yo paso de todo este tema).
22 de junio
¡Joder, joder, joder…! Arabia Saudita está en llamas, creo. Algo acerca de sus “instalaciones portuarias y áreas de almacenaje de petróleo” que fueron saboteadas ayer. Los superpetroleros han abandonado el puerto, algunos con petróleo, pero la muchos sin. La embajada de EEUU en Riad fue cerrada ayer también, el último “llevándose la bandera”, como suele decirse en estos casos. Era un poco sorprendente ver a los árabes en las noticias bailando sobre ella (y dejadme decíroslo: bailan fatal). Por cierto, ¿dónde van a parar todas las balas cuando disparan al aire? ¿No es algo peligroso eso?
23 de junio
Ya ves qué cosa de noticias las de anoche: estaban controlando a los últimos barcos de petróleo que habían salido de Arabia Saudí: dónde estaban, cuánto petróleo llevaban, a dónde se dirigían, cuánto iba a tardar cada uno... No todos ellos venían hacia aquí, pero los nuestros tenían el camino más largo a recorrer. ¿45 días? Eso creo que oí. Y el precio del petróleo sigue subiendo, por supuesto. Todavía tengo medio depósito, así que voy bien. Me sabe mal por la gente que tiene coches grandes y 4x4s, pero… ¡que no se los hubiesen comprado!
24 de junio
Macabro, el camino al trabajo de hoy: había policías en la estación de servicio. ¿Tan pronto les habrán atracado esta mañana? Las colas en la gasolinera eran hoy más largas y por supuesto ¿hace falta que vuelva a decir que el precio sigue subiendo? Quizás alguien se cabreó y se puso histérico y tuvieron que llamar a la policía. Voy a evitar la gasolinera todo lo que pueda. Todavía tengo un montón de gasolina y todo lo que necesito es ir al trabajo y de vuelta. Creo que el fin de semana no conduciré, por si acaso. Es hora de sacar las zapatillas de deporte. ¡Menos mal que estamos en junio y no en diciembre!
25 de junio
Hoy le he dado una oportunidad a las cosas esas de andar. Me hice todo el camino hasta el supermercado, pero la vuelta fue horrible, llevando toda la compra a pie. Esas delgadas bolsas de plástico no están inventadas para eso. ¡La próxima vez iré en coche! Con un poco de suerte, todo esto será un simple recuerdo para cuando tenga que volver al centro comercial la semana que viene. Ya me he enterado de por qué estaba la policía en la gasolinera: un tipo se había intentado colar y otros le habían pegado una paliza. ¡Por espabilado! ¡A que no vuelve a colarse!
26 de junio
¿¿Racionamiento de gasolina?? ¡De qué van! ¿Ahora solo puedo ir a la gasolinera unos ciertos días? Están zumbados: matrículas pares, días pares y matrículas impares, días impares ¿Qué estupidez es ésa? Será por joder… ¿Realmente esperan que eso suponga un impedimento? Aparte del que ya hay, claro… Bueno, a mí me la suda. Si me lo monto bien aún puedo pasar una semana y no tendré que entrar a jugar este estúpido parchís de la gasolina.
27 de junio
¡¡Mierda!!! ¡Me han robado la gasolina del coche! Cuando fui esta mañana a cogerlo para ir a trabajar, vi que alguien me había forzado la tapa metálica y quitado el tapón (que ha desaparecido, por cierto) y me había dejado menos de un cuarto de depósito. He venido a trabajar, de todas maneras, pero el coche apestaba a gasolina. ¿Por qué tendrá que oler tan mal la gasolina? Ha sido suficiente para llegar al trabajo y podré volver, pero hoy no voy a tener tiempo de arreglarlo. ¿Sin gasolina en el coche? Eso es serio. Ahora tengo que comprar un tapón antes de llenar el depósito y arreglar la jodienda del embellecedor.
28 de junio
Al final me paré anoche en el camino del trabajo a casa y conseguí un tapón con cerradura (el último que tenían, dijeron). Me tiré casi media hora en la cola de la gasolinera (Y suerte que coincidía mi matrícula par con el día) Me gasté demasiado dinero en llenar todo el depósito, pero eso me debería bastar hasta que todo este lío se haya solucionado. Al llegar a casa he aparcado el coche al revés para ver el tapón desde la ventana. Igual eso ayuda. Espero que quien me robó la gasolina la haya usado para tirarse por un barranco.
29 de junio
No os vais a creer esta: Vi un camión de gasolina por la calle… ¡con un montón de coches detrás siguiéndolo! Que fuerte, ¿no? Me parece que el tema era que algunas gasolineras de propietarios particulares ya han cerrado por falta de existencias, así que supongo que seguir el camión para descubrir dónde venden aún gasolina no era tan mala idea. El problema es que ¡a saber hasta dónde iría!
30 de junio
En las noticias, la noticia es que no hay noticias, o algo así. Los saudís han echado a todos los periodistas del país. No les harán la pelota, imagino. Y claro, no les resulta fácil encontrar información cuando nadie sabe qué ocurre. En cambio si hay muchas noticias por aquí. Racionamiento de gasolina, largas colas y el precio de la gasolina casi se ha doblado desde el mes pasado. Esto va a ser un duro y largo verano. Por lo menos tengo la fiesta del 4 de Julio libre. ¡Qué lujo! ¡A vivir la vida!
1 de julio
Un día casi normal, si no contamos el conducir sorteando las colas de cuantas gasolinera hay de casa al trabajo, ni el hecho de que todas las gasolineras están vigiladas por guardas fuertemente armados. Bueno, al menos parece más seguro y hay menos líos. Yo creo que tengo suficiente gasolina para toda la semana. ¿La semana que viene? Pues igual me toca a mí sufrir la cola de la gasolinera. Paso de pensar en ello.
2 de Julio
Bueno, al final he creído que era hora de sacar del almacén la bicicleta. Está vieja y los neumáticos estaban por los suelos, sin nada de aire. Encontré una bomba de pie y después de dejarme la rodilla inflando he conseguido un poco de presión. Me he ido con la bicicleta hasta el supermercado. Mejor que a pie, pero las bolsas de plástico no servían y tuve que comprar algunas bolsas de tela en el centro comercial, que podré reutilizar. Así mucho mejor que a pie.
3 de julio
Me he tirado la mañana leyendo el periódico, y la tarde dando vueltas con la bicicleta. No me he ido muy lejos, pero me voy habituando. Ayer fui al supermercado y hoy la usé para ir a comer algo. ¿Podría ser esta quizás la manera de evitarme esa cola de la gasolinera? Cada día que me evite la locura de esa cola es un buen día (ahorro tiempo y dinero). Necesito un mapa de calles. Ir en bicicleta por las grandes avenidas es un peligro. Tiene que haber más calles por detrás del barrio.
4 de julio
¡El día de la Independencia! ¡Fiesta a tutiplén! Me arreglé y cogí el coche para ir a ver los fuegos artificiales. Gran error. Mientras todos estábamos “¡Oooh!” y “¡Aaaah!”, flipando con la pólvora, algún cabrón me robó la placa de matrícula trasera. Me fui a casa sin placa, esperando que ningún poli se fijara en mí. Fue bien, no me vieron. Cuando llegué a casa llamé a la policía para dar parte y me dijeron que había muchos casos como el mío. La gente robaba placas para poder echar gasolina cualquier día de la semana. ¡Joder, eso fastidia mogollón!
5 de julio
¡Esto es el colmo! Salgo a la calle y ¿Qué me encuentro? Una gran mancha bajo el coche. Aprovechando el follón de los fuegos artificiales de anoche en el barrio, alguien ¿el mismo? me volvió a robar la gasolina del coche. Pero como encontraron que el tapón esta vez tenía cerradura, ¡Se echaron bajo el coche y cortaron el tubo de la gasolina! Sacaron hasta la última gota esta vez. Ahora no tengo ni placa ni gasolina. ¿Cómo voy a ir a trabajar mañana? Que asco.
6 de julio
A hoy, voy a llamarle el día post-Independencia. Llamé al trabajo para decir que estaba enfermo. Me fui al centro de la ciudad a la tienda de bicicletas. Compré una cesta y luces… y un enorme candado que actúe de buen espantapájaros (Ya no me fío ni de la Virgen). El coche que se pudra, paso de él. Estoy hasta los mismísimos del rollito. Por lo que me ha costado el paseo de hoy creo que llego bien con la bicicleta hasta el trabajo. Me paso a la vida sana.
7 de julio
¡Funcionó! ¡Llegué hasta el trabajo! Iba acojonado, pero tardé menos de una hora. Mis compañeros creen que estoy como una regadera, pero me importa un rábano. Me costó trabajo no reírme cuando pasé esta mañana por la tremenda cola de la gasolinera. ¡Pringaos! No tengo muy claro qué haré cuando llueva. Mojarme supongo. ¡Pero oye, estuvo bien!
8 de julio
Ayer, de camino a casa, me persiguió un perro. Nota para mí mismo: coger el spray lacrimógeno para ir en bicicleta. Necesitaré unos guantes también, se me destrozan las manos. De todas maneras, vistas las colas de la gasolinera, esto es mejor y estoy ahorrando dinero por todos lados. De acuerdo con las noticias, los petroleros que salieron de Arabia Saudí no están ni a medio camino, pero ¿a quién le importa? No hay noticias de los saudíes estos días aunque, sea lo que sea, lo que ha estado pasando allí ha afectado a los países de alrededor, donde también se está poniendo la cosa fea. De todas maneras ¿Quién les necesita teniendo bicicleta?
9 de julio
Quien quiera que me robó la matrícula la usará poco: ¡han subido el racionamiento a una vez a la semana en lugar de en días alternos! El servicio de bus local ya ha caído. Menuda se liará si esto sigue así y empieza el colegio dentro de unas semanas sin servicio de autobuses. Veo en las noticias que los camioneros están furiosos y el Club del Automóvil ha pedido a la gente que no usen las autopistas, que procuren ser pacientes con los camiones y que no se les creen más problemas de los que ya tienen. Por supuesto las líneas aéreas están que trinan. ¿Cuánto tiempo quedará hasta que no puedan seguir volando? Estoy contento de no tener que irme a ningún sitio.
10 de julio
Un pequeño cambio en mi rutina diaria: primero la tienda de bicicletas, luego el supermercado. Compré unos guantes de esos “sin dedos”. ¡Qué diferencia! También me miré bicis nuevas, pero… Esta vieja va bien por ahora. Hoy había menos productos en el supermercado. Faltaban algunas cosas. Es curioso ver estanterías sin llenar. Por cierto, mi dieta baja en carbohidratos es cosa del pasado. Con tanta bicicleta y paseo a pie, me apetece comer más. Lo siento, doctor, pero ¡quiero pasta!
11 de julio
Buen día para sentarse y leer. ¿Qué quieres saber? Todo esto empezó cuando los saudíes recortaron los servicios sociales. Lo hicieron para poder devolverle unos préstamos al Banco Mundial. Mala elección, visto lo visto, pues la gente se alzó en una revuelta y el país se bloqueó. Tuvieron que hacer esa mala elección porque Arabia se está quedando sin petróleo que bombear y vender. No hay petróleo, no hay más préstamos. La buena noticia es que los americanos producimos una tercera parte de lo que consumimos. La mala es que acabamos de perder definitivamente una buena cantidad de las otras dos terceras partes. Pensándolo poco no es un gran problema, dan ganas de comprarse la bici nueva. Pero pensándolo un poco más, el problema no es el transporte, sino la agricultura. Alguna gente dice que la producción de alimento caerá estrepitosamente. Me da hambre sólo de pensarlo. ¿Qué me hago para cenar?
12 de julio
Me desperté esta mañana con el agradable sonido de la lluvia ¿¿Lluvia?? ¡¡Mierda!!! ¿Cómo ir a trabajar con la bicicleta? Tomé un taxi, con no poca fortuna porque no se porque motivo cada vez hay menos. Después del trabajo tomé otro taxi con los compañeros para que me llevara a la tienda de bicicletas y me compré un impermeable. Caminé hasta casa (comí algo por el camino). Hice un cartel de “SE VENDE” y lo puse sobre el salpicadero del que había sido mi coche. Me ahorraré otro pico de dinero cuando cancele el seguro y liquide el préstamo. Y sacaré incluso para la bici nueva. A ver si para de llover.
13 de julio
Aún estaba mojada la calle, pero fui con la bicicleta al trabajo. El impermeable fue muy bien, pero es una gran cosa eso de los guardabarros de esta bicicleta vieja. La gente empieza a estar cansada del temita de que no hay petróleo. Ahora hace casi un mes y ya empieza a calar hondo. Ni compartiendo coche se puede circular por falta de gasolina. Algunas compañías de autobús han echado el cierre definitivo. La cosa está empezando a afectar a bastante gente y no me gusta el color que está tomando.
14 de julio
Me he comprado alguna muda extra de ropa de trabajo, por si vuelve a llover. Y un secador de pelo. “Estar bien preparado” es mi nuevo lema, frente al anterior “ya me apañaré”. El “ya me apañaré” funcionaba bien con petróleo a mansalva. Ahora tengo que pensar en más cosas. Pronto tendré vacaciones, pero ¿a dónde diantre voy? ¿Y cómo iba a ir a donde fuera? Y aun más importante ¿Podría volver? Creo que otro nuevo lema será “¿Por qué no quedarme en casa?” Sí, será lo más fácil, volverme hogareño.
15 de julio
Veo mi viejo coche ahí aparcado en la calle y me pregunto qué carajo hacer con él. Estoy pagando seguro y plazos por un trozo de metal inservible. Nadie me ha llamado (nada sorprendente, imagino). Sigo mirando las noticias de la televisión y la cosa cada vez va a peor. La producción nacional (lo que quedaba de ella) está parándose por falta de combustibles. La gente es despedida de sus empleos y enfrenta embargos de casas y coches por impago. La Bolsa se ha hundido por completo y la inflaccion dicen en el trabajo que esta disparada, pero en la tele no dicen nada de esto ultimo. Hay rumores de trabajo en el campo, pero ¿quién quiere ir a trabajar bajo el sol, agachado, destrozándose las manos? ¿Y cuánto pagarán por recoger algodón?
16 de julio
Mal día hoy. Ha habido despidos en el trabajo. Yo me he salvado, pero algunos de mis compañeros se han tenido que largar. ¿Qué van a hacer ahora? ¿Irse al campo a trabajar en una granja? ¡Ja! ¡A la hora de ordeñar no distinguirían una vaca de un toro! No me han hecho ninguna oferta por mi coche, pero alguien que me crucé mientras pedaleaba hacia el trabajo quería comprarme la bicicleta. Creo que lo que quería realmente era pararme para robármela. Qué mal rollo. A partir de ahora no me separaré del spray irritante.
17 de julio
¡Un buen día libre! Un amigo vino ayer a cenar y me arregló el tubo de la gasolina del coche (una cena gratis siempre da resultados). Le gorroneé esta mañana un par de litros de gasolina al vecino de su segadora de césped (y le pagué por ello, no os creáis…) Me llevé el coche al concesionario y se lo revendí. Me bastó para liquidar la deuda, pagar un taxi de vuelta a casa y me sobró un poco ¿La bicicleta nueva, quizás? Tuve suerte, empiezo a ver bastantes coches abandonados por toda la ciudad. El ayuntamiento no se los puede llevar todos. ¿Dónde los pondrá? Ahora soy un ciudadano libre de coche, por primera vez desde que me saqué el carné cuando cumplí la edad. Me siento raro, pero creo que bien. Por ahora al menos.
18 de julio
Con lo que me sobró ayer del coche me he ido a comprar al supermercado. Hoy día de compras. Y ahora veo dónde están las verdaderas oportunidades laborales del futuro: vigilante armado. ¡Estaban también en el centro comercial, y no pocos precisamente! Por lo visto había habido algún disturbio. Aún tenían comida, pero cada vez menos. Ya se veían muchos tramos de estanterías completamente vacíos. La selección de productos es cada vez más pobre, la carne cada vez tiene peor pinta. Y no había casi leche. ¿Qué le voy a echar a los cereales por la mañana? Igual toca pasarse a tostadas. ¡Cuántos sacrificios hay que pasar! Las buenas noticias son que con tanta bicicleta, paseo y dieta forzada me estoy poniendo en forma. No me quito de la cabeza lo de los vigilantes armados en el supermercado...
19 de julio
Hace más de un mes desde que todo voló por los aires y estoy empezando a verle los beneficios a mi trabajo y sacrificio: cada vez menos gente es capaz de llegar a su hora al trabajo, o de llegar en absoluto. Soy uno de los pocos afortunados, lo que hace que por lo menos siga teniendo trabajo. Incluso el jefe me ha preguntado por el tema de la bicicleta. ¡Experto instantáneo, ese soy yo! (Y pensar que un día casi la vendo para hacer sitio…) Cada día se ven más bicicletas por la calle. ¡Soy un marcador de tendencias!
20 de julio
Ya no me importa si llegan los superpetroleros cargados o no. Se pueden hundir en el océano y con ellos los saudíes. Ni iba a ver ese petróleo, ni lo necesito. El precio de la gasolina sigue subiendo (ya ni cabe en el cartel electrónico de precios de la estación de servicio). ¿Quién puede permitirse llenar su depósito? Aún así las colas son tremendas y ¡cada vez hay más agentes armados! Yo tengo mi spray irritante, aunque aún no he tenido que usarlo. Me llamaron unos parientes de Florida. Contaban que usan un coche eléctrico de esos de campo de golf. Se reían mientras me decían que ya podría yo tener un coche de esos. Como no lo pusiera en el baño…
21 de julio
Los concesionarios de coches apenas resisten. Sólo venden algún coche pequeño y todos reclaman pago al contado. Los que realmente están haciendo el agosto son las inmobiliarias, que se dedican a reubicar a la gente en casas más cercanas a sus trabajos. Yo estoy bien donde vivo, ya me he acostumbrado a pedalear hasta el trabajo y ahora sólo tardo 30 minutos. Seguro que aún mejoraré un poco. El problema que veo con la bici será si ligo lejos de casa. Si ligo.
22 de julio
El presidente ha salido por televisión ¡Ya tardaba! …para decir lo que todos ya sabíamos: que la crisis del petróleo ha venido para quedarse (la crisis, no el petróleo). Intentaba tranquilizar todo lo posible, pero no dio ni medio consejo para apañarse en medio de este caos. ¡Ni siquiera recomendó usar bicicletas! Claro, habría sido un fuerte golpe para la industria automovilística. Lo que quede de ella, vamos. Quizás habría hecho algo más si hubiese sido época de elecciones, pero… ¿qué más, exactamente? De todas maneras, tampoco pude verlo entero porque, curiosamente, se fue la luz cuando estaba terminando. Tengo que acordarme de comprar velas.
23 de julio
Esta noche he salido un rato. Lo necesitaba. Fui a cenar y a ver una película. Las luces de la bicicleta fueron muy bien, pero los vigilantes del cine me registraron la mochila por si trataba de entrar comida o bebida. ¡Claro, iba a perderme la oportunidad de comerme sus espantosamente caras y mustias palomitas! La vuelta a casa, pedaleando en plena noche, fue sorprendentemente relajante. La luz de la luna ayudó. Eso y la cada vez menor cantidad de coches que circula por la calle. Incluso los trabajadores del cine parecían más amables (no me extraña, visto lo que valen la entrada y las palomitas). De todas maneras, con lo que me ahorro de coche, préstamo, gasolina y seguro, ¡creo que voy a poder salir más asiduamente que antes!
24 de julio
¿Día libre ya? Eso está bien. Primero a comprar, tempranito, y luego a dar una vuelta en bicicleta. No hay razones, no hay destino. Acabé en la parte baja de la ciudad y eso no fue buena idea. Parece que algunos barrios están sufriendo más que otros (¿o es que mi barrio siempre estuvo tan mal?) Vi algunos comercios que habían sido saqueados e incendiados, cosa que no había salido en las noticias. Y mucha gente muy rara vagando por las calles en manada. Nota para mí mismo: No salir mucho del barrio. Se impone una tarde descansando tranquilito en casa. ¿Qué echan por la tele? Creo que pasaré de ver los informativos.
25 de julio
Hoy hay noticias buenas y noticias malas. Las malas es que se me ha pinchado una rueda de la bicicleta. Y las buenas que tampoco trabajo hoy, así que tengo todo el día para repararlo. He sacado el kit de parches que compré hace un tiempo y me he pelado un nudillo tratando de sacar la rueda. Se ve que se clavó algo en la rueda en la aventura de ayer (más de esas aventuritas no, gracias). He llegado a formar un verdadero desastre en la cocina tratando de reparar el pinchazo, pero a la segunda lo logré. Nota para mí mismo: comprar una bomba de inflar nueva, que no me destroce la rodilla.
26 de julio
¿Y ahora la electricidad? ¡Lo último que faltaba en esto de la crisis esta del petróleo, que nos quedáramos sin luz! Vale que el otro dia no pude ver todo el discurso del presidente, pero ahora llevo horas sin que restablezcan el suministro. ¡Inaceptable! Aunque siendo en el trabajo, no me parece tan importante. Un compañero trae una vieja radio y le metemos las pilas del mando a distancia de la sala de descanso. Al parecer resulta que entre las actuales plantas de fuel-oil y que no hay petróleo para explotar las minas de carbón, se nos ha avisado de que esperemos “cortes selectivos”. Vuelve la luz. Iba a preguntar qué es eso de “cortes selectivos” cuando uno ha afectado a la empresa y me ha dejado sin ordenador. ¿Costaría mucho dar simples avisos previos, o qué? Si esto se mantiene así, nos han dicho en la empresa que tendremos que trabajar con “horarios flexibles”, dependiendo de cuándo haya o no electricidad. Y ahora no tengo claro que tenga electricidad cuando llegue a casa. ¡Que divertido!
27 de julio
¡Je, ésta es fuerte! Cuando se va la luz (que no avisan, insisto), ¡también se apagan los semáforos! Pero buena cosa que se puede ir con la bicicleta por muchas aceras. Mi camino al trabajo hoy fue para el recuerdo: pedaleaba hasta una intersección, esperaba a que un accidente parara la circulación, entonces sorteaba el accidente y pedaleaba hasta la siguiente intersección o accidente. Dar cera, pulir cera, repetir. ¡Espero que la electricidad vuelva para cuando tenga que volver a casa! Por cierto, que el accidente junto a la Oficina de Correos, tenia muy mala pinta y solo habia curiosos, pero la ambulancia no parecia llegar.
28 de julio
¡Cuidado con lo que deseas! Hubo luz toda la vuelta a casa, sí, pero… en casa no. ¿Cómo se cocina en casa? ¡Barbacoa! Funcionó bien, aunque claro, tardé más. Será mejor que compre algunos saquitos de carbón, por si me hacen falta. ¿Quizás también hacer un montoncito de leña en el patio? ¿Por qué no? Empiezo a estar cansado de todo esto. ¿Qué será lo próximo que va a ir mal? ¿Y cómo podré sortearlo?
29 de julio
Vaya ¿Cuál era la pregunta? Esta mañana otra vez no había electricidad en los semáforos y además… ¡llovía a cántaros! ¡Era el gran caos! Y aun así llegué al trabajo el primero. Uno de mis compañeros sufrió un accidente esta mañana y el jefe tuvo que ir al hospital. Espero que estén bien los dos. Se empiezan a ver más mendigos y vagabundos de lo habitual, una incipiente generación de “Nuevos Pobres”, resultado de esta crisis del petróleo que cada vez está costando el empleo a más gente. Mi suerte es tener aún un trabajo, pero tengo miedo de llegar a perderlo.
30 de julio
El tema de la electricidad se está poniendo feo. Ahora se supone que tenemos que reducir el consumo a la mitad. ¡Ale! ¿Pero cómo se hace eso? He apagado todo lo que he podido, incluso he desenchufado el PC. ¿Será suficiente? En la oficina han puesto bombillas de bajo consumo, lo que está bien, aunque leí que aumenta la tasa de divorcios con esas luces. Eso me recuerda que para poder divorciarme aún tengo que ligar… Curioso lo relacionados que están el petróleo y la electricidad. Nunca me lo había planteado antes.
31 de julio
Compré unas cuantas bombillas de bajo consumo para sustituir las de mi casa, como parte de la nueva campaña “reduce tu consumo eléctrico”. ¿Ayudará eso? Solamente si todo el mundo hace lo mismo. Difícil probarlas cuando no hay electricidad, así que me fui a pasear un poco. A pie, hoy descanso de bicicleta. Comer en el parque no estuvo mal… ¡ahora que casi no hay tráfico alrededor de él! Cuando llegué a casa había luz. ¡Siií!
1 de agosto
¡Día de gran aventura hoy! Llamé a un amigo que hacía un mes que no veía y decidimos encontrarnos a medio camino entre su casa y la mía. Tardé una hora y media en hacer los casi 20 kilómetros de mi tramo. Él tardó más (o salió más tarde). Estuve contento de verle, pero algo que no costaba nada hacer antes, como quedar para vernos, ahora es toda una peripecia. Estuvimos hablando de la situación. Todo está igual en todas partes. La vida ha cambiado, sin duda.
2 de agosto
Vaya historia el camino al trabajo con la bicicleta. Me salió un tipo al paso blandiendo los brazos y gritando. ¿Estaría bebido o loco? ¿O trataba de robarme? Le rocié con el spray y salí de allí pedaleando con todas mis fuerzas como alma que lleva el diablo. Ni miré atrás. Llegué al trabajo cardíaco. ¿Habrá que compartir bicicleta para evitar esto? Nota para mí mismo: comprar más spray. Mucho más spray.
3 de agosto
Algunos de aquellos últimos superpetroleros que salieron de Oriente Medio están empezando a llegar a Norteamérica. Teniendo en cuenta que probablemente no vengan ya más otros superpetroleros desde Arabia, en mucho mucho tiempo, no es como para celebrarlo. Algunos están sólo a la mitad de carga. A partir de ahora estamos casi solos, pero así estarán también todos los demás países. Ya he dejado de fijarme en el precio de la gasolina. Ya no importa el precio. Por lo menos la electricidad parece que se va recuperando un poco y cada vez más gente va en bicicleta. Me sigo sorprendiendo viéndome a mí mismo pedaleando a todas partes.
4 de agosto
Hoy me lo he montado diferente: he hecho una compra de media semana. Me desvié hasta el centro comercial al volver del trabajo. Será mejor que lo haga así, yendo más a menudo, pues me toca cargar menos en cada viaje. Algunas verduras y la carne siguen sin tener buena pinta, así que me estoy adaptando a otra dieta. No hay casi comida procesada, así que también estoy aprendiendo a cocinar. Lo bueno es que con tanto caminar y bicicleta puedo comer lo que quiera. ¿Dieta de qué? No necesito de eso.
5 de agosto
Estuve viendo la televisión. Echaron un especial sobre cómo los Amish han conseguido vivir cómodamente durante años sin petróleo ni electricidad (ya gracias que dejaron entrar a los reporteros). Tomé buena nota de algunos consejos, pero creo que voy a mantener mi colorido vestuario. Y creo que paso de tener un caballo: las bicicletas son tan limpias… Salí un rato a pasear para relajarme (cerca, sin sustos). Está todo tan tranquilo ahora de noche en la calle… y tan oscuro…
6 de agosto
Alguna gente en el trabajo habla de dejarlo todo e irse al Sur. No quieren tener que pasar el invierno aquí. No se me había ocurrido: en invierno no podré moverme en bicicleta. Necesitaré montármelo de otra manera. ¿Debería mudarme más cerca del trabajo? ¿Buscar un trabajo más cerca de casa? ¿Dejarlo todo e irme al Sur? Mi madre me dice que me vaya a Florida, pero ¿Qué hago allí? ¿Si todo el mundo se va al Sur tendré más posibilidades aquí? ¿O se irá esto del todo al garete? Qué mal rollo….
7 de agosto
Esto está cada vez peor. Estuve paseando por ahí y cada vez hay más y más negocios cerrados. Y cada vez menos coches. Y se gasta mucho menos dinero. Muchos restaurantes están cerrando por falta tanto de comida como de clientes. Acabamos de entrar en una terrible cuesta abajo. ¿Hay vuelta atrás de todo esto? No parece. La empresa donde trabajo por ahora se mantiene y yo tengo empleo. Pero si la cosa se pone aún peor ¿Qué hago? ¿Me voy pedaleando a Florida? Ni en dos vidas consigo eso.
8 de agosto
En público, la mayoría de la gente pone buena cara al mal tiempo. Por otro lado, ven en la desgracia ajena una gran oportunidad algunos políticos: todos los que no van a tener que ir en bicicleta, claro. El presidente ya ha mostrado en la televisión que él sí va en bicicleta a su trabajo. ¡Pero si la Oficina Oval está en su misma casa! Hay ya demasiada gente quedándose sin trabajo. ¿Qué van a hacer ahora? ¡Los del paro no le pueden pagar a todos los que no tengan empleo, si nadie lo tiene! Las granjas están contratando gente, pero ¿Cómo se van a trasladar los que emigren? ¿Y cuántas granjas quedan hoy día? Ahora hace calor, es verano, pero en unos meses llegará el invierno y resultará largo y crudo. Me pregunto si mi madre tendrá una habitación para mí en Florida. ¿Bicicleta nueva sí o no?
9 de agosto
Tras el fin de semana parece que ha habido un montón de compañeros que han abandonado sus empleos. Ni siquiera hay necesidad de que despidan gente cuando ésta salta sola al vacío. ¿A dónde habrán ido? De todas maneras, tampoco hay apenas trabajo que hacer. Nos reunimos los pocos que quedamos ociosos y hablando del tema. Yo sigo aquí, a rastras de lo que queda de empresa, pero quizás sea hora de prepararme un plan B, por si las moscas. Pero no, creo que dado que aún tenemos pedidos (y manera de seguir produciendo) me quedaré por aquí cuanto pueda. ¿Qué haría yo en Florida? ¿Qué hace la gente en Florida? Mejor que mantenga como ocupación primera el mantener mi ocupación, y como segunda el mantenerme informado. Preparar un plan B será mi tercera ocupación. Nunca se sabe.
10 de agosto
Ahora parece que Venezuela también se agrega al mal rollo. Una “revolucionaria huelga generalizada” ha hecho que se caiga lo que quedaba en pie de su industria petrolífera. De Venezuela llegaba otra gran parte del petróleo que importábamos. Añadido a la caída de la producción de Arabia Saudí, nos hemos quedado sin casi todo el petróleo que importábamos. Ahora estamos verdaderamente solos. La industria automovilística hace mil piruetas para intentar vender lo que sea, mientras la gente como yo apenas se conforma con ver algún litro de leche en el supermercado. Anoche compré algunos mapas. ¿No hay manera de ir a Florida sin atravesar todas esas montañas?
11 de agosto
Bueno, el trabajo se ha vuelto una meta en sí. Me aferraré a él como pulga a su perro y trataré de ahorrar todo lo que gane. ¿Serán los bancos fiables ahora? No voy a gastar ni un céntimo, aparte quizás de en la bicicleta. Trabajaré todo el invierno aquí y trataré de llegar a Florida en primavera. Me estoy comprando material pesado de campaña por si aumentan los cortes de luz durante los peores días de invierno. Mientras tanto, trato de no pensar mucho en ello. ¿Cuánta gente puede llegar a morir si viene un invierno de los fríos? Puede ser brutal. Estos días que quedan de verano toca salir a pasear un poco a intentar recaptar todos los rayos solares que pueda. Espero que el otoño se retrase.
12 de agosto
Hace dos meses desde que leí la primera noticia sobre los saudíes y sus problemas. Mi vida ha cambiado completamente en estos últimos sesenta días y aunque una parte ha sido para bien dejadme decir una cosa: ¡mamá, socorro! Sigo teniendo trabajo mientras otros muchos no tienen, pero ahora voy a tener que ahorrar todo lo que gane y seguramente el año que viene tendré que mudarme. Esta última crisis del petróleo no va a ser pasajera, es decir, tenemos un “futuro con no mucho”: No mucho petróleo, no mucho gas, no mucha comida, no mucha energía… La Edad Oscura. Bienvenidos a mi mundo.
Mirad estos datos: