A mí me pasa lo contrario. Creo que los partidos políticos son entidades cuyo fin teórico es el servicio público, y por tanto deben aceptar la crítica tanto de medios de comunicación como del ciudadano particular. Y no sólo una vez cada cuatro años.
Sin embargo, las declaraciones de Jesús Polanco me parecen de un cinismo descomunal. Que pretenda que sus medios son neutrales, con el carrerón sectario que llevan desde el 82 a favor siempre de los mismos; que distribuya carnets de buenos y malos, como si la moral de los ciudadanos se midiera por el partido al que votan; y que nos trate de asustar con el ¡que viene la derecha!, de la cual él fue y sigue siendo un egregio modelo, es para meterlo en las antologías.
Sólo le faltó decir que desconfiáramos de los ricos y los poderosos, que son mu malos, mu malos...