La vi hace años. En su momento se consideró escandalosa por cosas que ya no impresionan ni a un párvulo, pero, al margen de ese aspecto, no recuerdo gran cosa. Malle tiene un puñado de films muy buenos.
Les amants
A primera vista, esta peli de L Malle tras su thriller noir "Ascenseur pour l'échafaud" (1958) parece no ser más que un drama romántico burgués convencional, una historia
de infidelidad conyugal que ofrece pocas sorpresas y un montón de clichés. Sin embargo, la
impresion superficial puede ser engañosa,la trama con aroma a novela fue tomada de un cuento del eminente escritor y diplomático del siglo XVIII D Vivant (primer director del museo del Louvre). El escenario, los personajes, incluso la puesta en escena son de un burgués total,siendo una peli subversiva,provocó una enorme protesta de los comentaristas escandalizados cuando se vio por primera vez. LES AMANTS ganó notoriedad con sus escenas de amor,mostrando un orgasmo femenino en la pantalla.. aunque es una nimiedad para los estándares actuales, le valió a la película una clasificación de 18 en Francia y
una prohibición total en varios estados de los EE. UU. Para el lanzamiento en el Reino Unido, la escena de amor tuvo que recortarse para cumplir con los requisitos de censura. Este alboroto funcionó en beneficio, la película se convirtió en un éxito mundial y estableció la reputación del director.
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El guión fue escrito por Louise Lévêque, la escritora aristocrática que había escrito la novela Madame de..., que Max Ophüls había llevado al cine. Al igual que Lévêque, Malle procedía de un entorno privilegiado, aunque su obra a menudo desmiente este hecho y revela una clara racha humanista antiburguesa. El hecho de que Malle encontrara la fama justo cuando Truffaut, Godard y otros comenzaban a tener un impacto es lo que lo llevó a asociarse con la Nueva Ola, aunque se destaca como autor por derecho propio. Sus pelis están hechas de manera convencional, sin ninguna de las innovaciones estilísticas que más asociamos con la Nouvelle Vague, pero se distinguen por su tema.
Malle no se preocupa por el ejercicio de reinventar el cine por sí mismo, sino por desafiar las actitudes de la sociedad hacia temas tabú como el sexo ilícito, depresión, muerte,prejuicio racial....
Tan radical como Godard y Rivette, pero solo en
o que decía, no en cómo lo decía. Con su retrato explícito del amor prohibido, Les Amants provocó su propia revolución.
También supuso un hito importante en la carrera de Moreau. Aunque anteriormente había
protagonizado Ascenseur pour l'échafaud (1958) y había estado apareciendo en películas desde principios de 1950s, el gran avance de Moreau se produjo con su interpretación sensual en esta película. Este es el papel que llevó a Truffaut a elegirla como Catherine en JULES ET JIM.
Durante el resto de su notable carrera, Moreau a menudo sería llamada a interpretar variantes del tipo de personaje de Les Amants,mujeres inescrutables cuyo exterior frío, a menudo severo,enmascara la pasión. En las famosas escenas de amor de Les Amants , Moreau es capturada en su forma más hermosa, pero también se expone la oscuridad debajo de la superficie...la inquietud al apostar todo a lo que sabe que puede ser una mano perdedora. Más que nada, es el poder de la actuación de Moreau, la sutil ambigüedad lo que hace de esta una película interesante.
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El director de fotografía Henri Decaë aporta una irrealidad al estilo Cocteau a la secuencia en la que Moreau y su coprotagonista Jean-Marc Bory dan un paseo nocturno por los terrenos de la casa de campo. Solo cuando llega la mañana y el encanto ha pasado, la ilusión de cuento se desvanece.
¿Triunfará la necesidad de Jeanne de comodidad material y estatus sobre lo que puede resultar ser un mero enamoramiento o vivirá feliz para siempre en los brazos de su nuevo novio ideal? A medida que el coche se aleja por el camino rural lleno de baches, tenemos una idea. Difícilmente podemos dejar de ver cómo se aprietan los hilos que unen a Jeanne a su elegante entorno burgués, llevándola lentamente de regreso a una vida llena de gracia, autoestima y aburrimiento aliviado por aventuras amorosas ocasionales.
En general le falta más determinacion... aún las ganas y tremendo potencial (guapísima en esta peli) de la Moreau.
6.7/10
Venice Mostra 1958: Jeanne Moreau And Louis Malle. Mostra de Venise 1958 : en marge du festival, Louis MALLE et sa compagne Jeanne MOREAU, venus présenter leur film 'Les Amants' (qui sera récompensé du Lion d'argent), s'avançent sur un ponton avant de partir en promenade sur la lagune.. (Photo by Georges Menager/Paris Match via Getty Images)![]()
Última edición por hannaben; 13/06/2022 a las 19:00
Wes Anderson: «Louis Malle es uno de mis directores favoritos»
01/02/2021- Número 145
Entrevista de Jean-Christophe Ferrari
Con motivo del vigesimoquinto aniversario de su desaparición, Transfuge ha querido rendir homenaje a Louis Malle. Sobre todo porque este cineasta ecléctico, rebelde y solitario aún no es reconocido en Francia por su justo valor. Pocos lo saben, pero Wes Anderson es un gran admirador de Louis Malle. Nos cuenta cómo le influyó su obra.
¡Encuentre nuestro dossier de Louis Malle en nuestra edición de febrero!
- ¿Cómo descubriste el cine de Louis Malle?
- La primera que vi fue Mi cena con André en VHS. Estaba en secundaria y no sabía bien lo que esperar. Al verla, me dejó desconcertado pero también intrigado. Más tarde, cuando trabajaba como proyeccionista en la Universidad de Texas en 1988, se organizó un estreno local de Adiós, muchachos. La película me encantó, pero fue sólo tras ver El soplo al corazón (¡en laser disc!) cuando me di cuenta de que Louis Malle era uno de mis directores favoritos.
- ¿Qué fue lo que te impresionó de esa película?
- Qué fue lo que NO me impresionó. La anarquía de esos hermanos salvajes, la inteligencia rebelde de Benoît Ferreux, la extraña atmósfera romántica del hotel termal y el suntuoso Dijon burgués que logra recrear. ¡Era exactamente el tipo de película que yo quería hacer! O mejor: lo que yo quería hacer era de repente una película de Louis Malle. Y creo que mi película Rushmore estuvo muy inspirada en El soplo al corazón. Además, Owen Wilson – amigo mío y coguionista– la había visto con su padre, incluso antes de que yo la descubriera, y le había gustado también mucho.
- Louis Malle trabajó con el capitán Cousteau, por quien sientes una admiración que expresaste en La vida acuática. ¿Ha podido alimentar este punto en común con Malle tu relación con su obra?
Cuando descubrí las películas de Louis Malle, no sabía que había trabajado con Cousteau. Pero en mi opinión la historia de su participación en El mundo del silencio lo dice todo sobre él. De entre todos los estudiantes del IDHEC que se ofrecieron para acompañar al capitán Cousteau, él fue el único que levantó la mano y aceptó el desafío. ¡Así fue que obtuvo una palma de oro a los veinticuatro años! Me encanta ese gusto por la aventura entrelazado íntimamente con una gran curiosidad intelectual. Me fascina el lado antropológico de su temperamento artístico.
- ¿Cuál es tu película preferida de Malle? ¿Y por qué?
- Sin duda, El fuego fatuo. Por la misma razón que me cautivó El soplo al corazón. Es una película que desearía haber hecho y es el tipo de película que yo QUERÍA hacer. La tristeza profunda, el glamour maldito, el picaresco viaje del personaje de Maurice Ronet durante las pocas horas que pasa en París, la música, la fotografía del gran Ghislain Cloquet.
- ¿Hay alguna cosa en particular que te conmueva de su cine? ¿Los constantes cambios de estilo?
- Puede ser. Pero no tengo la impresión de que su estilo cambie tanto. Tengo más bien la impresión de que trabaja con una paleta de tonos muy amplia. Siempre le gustó probar cosas nuevas. Creo que sus documentales dicen mucho sobre el artista que fue. ¡Las películas que hizo sobre Estados Unidos tienen mucho que enseñarnos sobre Estados Unidos!
- ¿La importancia que, al igual que tú, le otorga a la infancia?
- Siempre me ha inspirado la aguda sinceridad con la que capta cuál es el punto de vista de un niño.
- ¿Tienes la sensación de que los directores estadounidenses de hoy comparten tu admiración por Louis Malle?
- ¡Con mis amigos, sí! Por ejemplo, Noah Baumbach y Alex Ross Perry. Y sé que Richard Linklater suele hablar de manera muy elocuente sobre su obra. En Francia, su trabajo no es tan conocida como debería.
"It's a hell of a lot easier to shoot color than it is to shoot black-and-white; don't ever let anybody tell you different" - John Ford
Wes Anderson: «Louis Malle es uno de mis directores favoritos»
¿Cuál es tu película preferida de Malle? ¿Y por qué?
- Sin duda, El fuego fatuo. Por la misma razón que me cautivó El soplo al corazón. Es una película que desearía haber hecho y es el tipo de película que yo QUERÍA hacer. La tristeza profunda, el glamour maldito, el picaresco viaje del personaje de Maurice Ronet durante las pocas horas que pasa en París, la música, la fotografía del gran Ghislain Cloquet.
Muy buena peli sí señor,con un momento mágico entre Ronet y Moreau
Última edición por hannaben; 14/06/2022 a las 15:26
¿Crisis del cine francés?
En Tokio los críticos de cine han designado las mejores películas extranjeras presentadas durante el pasado año en el Japón. Entre los cinco primeros títulos seleccionados hay tres franceses. Celui qui doit mourir (Jules Dassin); Un condamné à mort s'est échappé (Robert Bresson); y Porte des Lilas (René Clair). La temporada 1956-57, a la que pertenecen estos films, fue excelente tanto para la industria como para el arte del cine francés. Los espectadores de las salas cinematográficas aumentaban de un 5 a un 10 por 100 y la producción sobrepasó los 110 largos metrajes. Los directores mostraron verdadera audacia aproximándose a los problemas sociales contemporáneos. Por ejemplo, es característico que las dos películas que ahondaron los conflictos coloniales (Mort en fraude, de Marcel Camus, y Patrouille de choc, de Bernard Aubert), fueran una valiente crítica motivada por la pasada y larga guerra del Vietnam.
Pero, desgraciadamente, la temporada 1957-1958 amenaza con arrojar un balance muy distinto. Aunque el número de películas francesas producidas en 1957 sea el mismo (124), sin embargo, en las salas de cine se ha notado una deserción masiva desde el último de octubre. Ni siquiera se han llenado los cines en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Durante esta 52 semana de 1957 sólo un 22 por 100 de las butacas se ocuparon en los grandes cines parisinos; en 1956 se ocupó el 44 por 100, y en Marsella, Niza, Lyon o Lille, la afluencia del público fue de un 25 a un 30 por 100 durante el último trimestre de 1957.
Los impuestos agotadores, la subida vertiginosa del coste de la vida, la amenaza de una crisis económica general, todo consecuencia más o menos directa de una interminable guerra colonial en Argelia, son las causas esenciales de esta súbita deserción. Los espectadores de cine, de los que un 90 por 100 son trabajadores, pueden pasarse mejor sin cine que sin pan o sin carne. Hay que tener en cuenta además que los precios de las localidades en Francia son más elevados que en el resto de Europa Occidental: según una reciente estadística americana un obrero parisino paga por su butaca el precio de cuatro horas de trabajo, mientras que en la mayoría de los demás países basta con el precio de una hora o menos...
* * *
He aquí un cuadro muy negro, que conduce a proponer esta pregunta: ¿Ha perdido el cine francés la energía?
Pero ¿qué cine es el que no ha conocido, en algún momento de su historia, dudas, errores, desfallecimientos, retrocesos, crisis? La constante turbación de la segunda mitad de 1957 no puede desentenderse del pasado o del presente. En el pasado, lo hemos dicho ya, la temporada 1956-1957 fue muy digna y más bien por encima del tono medio francés e internacional. Las obras de valor fueron numerosas y abordaron audazmente los problemas contemporáneos.
En cuanto al porvenir, 1958 ha empezado bien con Ascenseur pour l'échafaud, el primer film realizado por el joven Louis Malle (veinticinco años), ya co-realizador con el comandante Cousteau del famoso documental submarino El mundo del silencio (Gran Premio de Cannes de 1956). Muchos jóvenes nos harán conocer sus primeras películas en la próximas semanas. Por otra parte el público espera con confianza e interés Mon oncle, de Tati, el mejor cómico francés desde Max Linder; Les Misérables, de J. P. de Chanois, según la novela de Victor Hugo, Une vie, tomada de Maupassant, por Alexandre Astruc. La escuela de documentales continúa manifestándose con una vitalidad excepcional y muchos talentos, que no llegan a los treinta años, van a debutar como directores.
Se puede, por lo tanto, esperar que el actual desfallecimiento del cine francés sea pasajero y que éste demostrará en seguida que no ha perdido ni su valentía ni su fuerza.
GEORGES SADOUL
(Cinema Universitario. Núm. 8, diciembre 1958)
Última edición por Wembley_86; 14/06/2022 a las 23:21
"It's a hell of a lot easier to shoot color than it is to shoot black-and-white; don't ever let anybody tell you different" - John Ford
ROMAN POR POLANSKI
Con Deneuve y Godard, en Cannes 1965, donde se estrenó Repulsión
* * *
Me convencí cada vez más de que mi porvenir, si es que lo tenía, estaba en París. Era el apogeo de la “nueva ola”. Las películas se hacían casi gratis, y la mayoría de las veces de mala manera, bajo la responsabilidad de jóvenes aficionados sin experiencia. Muchos terminaron fracasando, pero aquellos que obtuvieron cierta notoriedad hicieron saltar en pedazos las antiguas recetas del éxito. El cine francés se encontraba en estado de agitación, porque ya no había una fórmula que garantizara dicho éxito. Los productores asumían riesgos considerables, temiendo que rechazar a un joven desconocido o que declinar un guión de tres páginas, ininteligible, les haría perder el tren del “próximo bombazo”. El esnobismo intelectual desempeñó también su papel. A fin de no ser tomados por incultos, los críticos elogiaban las películas “cerebrales” que no sólo estaban mal realizadas y eran lentas, sino también pretenciosas y soporíferas.
Nunca fui parte de esa nueva ola, ni quería serlo. Mis aspiraciones apuntaban hacia cotas de profesionalidad mucho mayores – y además era demasiado perfeccionista. Los cuatrocientos golpes de Truffaut me pareció encantadora, y encontré Al final de la escapada de Godard muy sugerente. Pero el resto de películas, más allá de las primeras obras de Chabrol, me asombraron por su amateurismo y por su pobreza técnica. Asistir a sus proyecciones suponía para mí una tortura insoportable.
Pero en medio de la euforia por esa nueva fiebre del oro, Pierre Roustang, siempre en busca de nuevos proyectos, me encargó un guión. Su idea no era muy original.
- ¿Qué dirías de una joven polaca que llega a París y se enamora de un francés, eh? - me preguntó un día. Tengo en mente algo de bajo presupuesto, en la línea de Hiroshima mon amour.
Redacté una propuesta e hice que Gérard Brach la leyera. Estuvo lejos de sentir entusiasmo alguno, tanto como yo de reprochárselo.
- ¿Y si intentamos darle una vuelta juntos? le dije yo. Nos pusimos manos a la obra, pero sin gran resultado. Finalmente, propuse abandonar la idea de Roustang y escribir algo que nos llenara de verdad – algo que ambos pudiéramos disfrutar viendo algún día proyectado en una pantalla.
(Roman par Polanski. Roman Polanski, Ed. Fayard, 2016)
"It's a hell of a lot easier to shoot color than it is to shoot black-and-white; don't ever let anybody tell you different" - John Ford
También es mi película preferida de Malle, pero me sorprende en Anderson, porque me parece alejadísima de su cine. A veces he calificado Le feu follet como la película más deprimente que he visto en mi vida, siendo "deprimente" un adjetivo que no se me ocurriría para el cine de Anderson.
La verdad es que sí sorprenden estas cosas.Me parece más que aceptable su remake de J Trier
https://www.filmin.es/pelicula/oslo-31-de-agosto