Eso es indiscutible. La desgana de los actores en el redoblaje latino resulta manifiesta. Es patético. Nada que ver con "Blancanieves" o "La cenicienta", que podrían no gustar, pero siguen siendo elaborados y muy profesionales.
Por eso me reafirmo y digo sí a los redoblajes patrios, no a los neutros. Puestos a redoblar, que sea al castellano.