Vista ayer.
La película me ha dejado sensaciones encontradas. Por un lado, valoro el experimento, la intención narrativa de hablar del tiempo (el diálogo final es la clave), y reflexionar sobre si el mundo es simplemente lo que vemos, si somos sólo evolución e instinto, o si hay algo más, si hay magia, misterio y espíritu detrás de la vida.
Todos estos temas, sutilmente diluidos, y de vez en cuando expresados en ciertas escenas y diálogos.
Por otro lado, tenemos la forma cinematográfica: creo que no está conseguida. Vale que se busque un naturalismo, pero la película cae a ratos en la frialdad, en lo anodino. No sé si le ha fallado algo o si "no pretende emocionar". A mí me parece que sí lo intenta (e incluso lo consigue) en un par de momentos, por lo tanto todos los minutos de asepsia los considero la muestra de que el experimento, aunque interesante, es fallido.
Y estoy con Narmer en que parece que Linklater nada entre dos aguas porque le da miedo tirarse de cabeza a lo que parece proponer: si de verdad quieres sacar petróleo de situaciones cotidianas, capturar unos pedacitos de vida y darles un sentido, ve a por ello. No me vengas con amagos de dramatización. Es que además, cuando plantea esos conflictos típicos de melodramas convencionales, al tener una puesta en escena tan plana, parece que estás viendo un telefilm. Le falta radicalidad a la propuesta.
Me quedo sobre todo con momentos aislados (el inicio promete mucho), momentos en que Linklater sí es capaz de sugerir a partir de algo cotidiano
pero creo que con 90 minutos de película habría sido suficiente. Se me hizo muy larga. Los actores, eso sí, están muy bien.
Por las intenciones, los actores y ciertos momentos, para mí llega al notable, pero se queda muy lejos de ser redonda.
Nota:
7