Oliver! (1968), de Carol Reed
De entrada hay que decir que Oliver! (con signo de admiración, si hacemos caso al cartel y a los títulos de crédito) parece más un remake musical (con letra y música de Lionel Bart) del guion de la película de Lean que no una nueva adaptación de la novela de Dickens. La estructura, salvo por lo que respecta al prólogo y al final, es sumamente fiel a la trama que desarrolla la película de Lean, con el acierto de eliminar el personaje de Monks, las motivaciones del cual, ya en el film comentado anteriormente, quedaban poco claras. Supongo que, ante la dificultad de desplegar la compleja trama que vincula en la novela al personaje con Oliver, el guionista, Vernon Harris, optó por la poda (una más respecto al original literario).
Eliminada la llegada de la madre de Oliver al asilo, la película arranca con el protagonista (encarnado por un soso Mark Lester, aunque en su día adquirió una considerable fama por este film), ya con nueve años, obligado a un extenuante trabajo, recompensado con escaso sustento. También la petición de más comida finaliza aquí con la venta a Sowerberry, el enterrador.
Oliver huye a Londres donde Dodger (un simpático Jack Wild, aunque demasiado propenso a las muecas) lo llevará ante Fagin.
Como es natural (estamos ante un musical), la clase práctica que Fagin le imparte para que aprenda a robar carteras, relojes, pañuelos..., da pie a uno de los números musicales más brillantes, “You've Got to Pick a Pocket or Two”.
En esta ocasión la caracterización del judío Fagin es menos caricaturesca que la de Guinness. Ron Moody (un actor al que le encuentro un gran parecido con Richard Harris) compone una figura mucho más blanca, simpática, que no en el film de Lean, lo que, junto a las canciones, las notas de humor y la iluminación brillante y clara, dota al film de un carácter más familiar, más apto para todos los públicos (como, en cierto modo, también hará años después Polanski).
Tampoco el Sikes de Oliver Reed desprende la locura psicopática del de Robert Newton, aunque sigue siendo el cruel y violento criminal que acabará matando a Nacy (Shani Wallis) y muriendo en los tejados cuando intenta huir con Oliver.
Hay una escena que no aparece en el film de Lean, cuando Sikes fuerza a Oliver a acompañarlo en un robo, que acaba frustrándose (momento que sí aparece en la novela). Por lo demás, todo es bastante similar argumentalmente a la película de Lean, salvo las lógicas interrupciones para dar paso al número musical correspondiente (números y canciones, que, en general, no me parece nada destacables, a pesar del gran éxito que tuvieron).
Al final hay otra diferencia notable respecto tanto al film de Lean como al de Polanski, ya no digamos a la novela de Dickens: Fagin y Dodger consiguen escapar de la redada policial y, juntos, se alejan dispuestos a continuar su carrera criminal, felices y contentos. Por lo demás, se reproduce el happy end con Oliver volviendo al seno del hogar de Mr. Brownlow (Joseph O’Connor), que en esta ocasión no es su abuelo, sino el tío de su madre.
Como no soy entusiasta del género musical, y menos cuando lo protagoniza un niño y se rellena de sonrisas algo forzadas, no creo que vuelva a ver la película, lo cual no quiere decir que me haya parecido un mal film. Reed filma competentemente (de hecho, el film ganó varios Oscars, entre ellos el de mejor film y el de mejor director... por delante del Kubrick de 2001: A Space Odyssey), ahora bien, puestos a elegir una aproximación a la novela de Dickens, prefiero sin duda la película de Lean. Curiosamente, uno y otro fueron durante años (dejado de lado a Sir Alfred
), los dos directores británicos de más prestigio a nivel internacional. A pesar de ello, no me veo impulsando un “revisando sus películas” del tío de Oliver... no Twist, sino Reed.
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