Madokaen aquellos años era todo un icono.
Para bien o para mal, el imposible standard de belleza de las princesas Disney, se lleva mucho tiempo comentando. A nivel de diseño y merchandising tiene todo el sentido del mundo, y por tradición también. Pero dudo que sea al necesariamente propio de Disney, incluso con actores/actrices reales hay unos cánones de belleza en actuación bastante marcados (especialmente notorio en ellas, a partir de ciertas edades, o lo habitual que es ver personas que no casen en estos canones relegadas a papeles humorísticos).
En animación está la ventaja de que uno puede ir a diseños muy estilizados y poco realistas. A fin de cuentas, no son personas de verdad. Japón en ocasiones lo ha llevado muy al extremo, hasta el punto de que sus diseños de personajes dificilmente intentan a día de hoy representar a personas reales, están ya casi en su propio estilo aparte.