ES verdad, Ulmer. Y no hay que olvidarse de ese esperpento de persona que acaba siendo Lamotta. Me encanta esa mezcla entre poesía de ciertas escenas y crudeza de otras. Incluso, fruto de ese esperpento, como digo, hay notas de humor. Es como en el Ecuador: las cuatro estaciones en un día. Aquí en Toro salvaje, hay pinceladas de casi todos los géneros.