A mí también me recordó De la vida de las marionetas, otro film en que se introduce el horror en la cotidianidad de las relaciones matrimoniales. En esto Bergman fue un maestro insuperado (quizá Denis Villeneuve se ha acercado algo en Enemy). Estoy de acuerdo con todos tus comentarios. En el caso de Ruth queda claro que ha caído en el alcoholismo (es uno de los motivos de los reproches que le formula el marido), probablemente en parte motivado por su frustración como bailarina y, muy en especial, porque un aborto la ha dejado estéril (la secuencia del tren cuando intenta conseguir que una niña le diga que la quiere transparenta su problema y da pie a una réplica durísima de Bertil). Nuevamente la relación embarazo/aborto/hijos/vida/muerte tienen un peso decisivo en Bergman (más adelante, será el tema central de En el umbral de la vida).
Ciertamente, el agua juega un papel muy importante en Bergman, también en otros films, que aunque no llega a la presencia que tiene en el cine de Tarkovski se revela como un símbolo de la vida, como también tendrán un gran peso los relojes (esos tic-tac que aparecen en muchísimos secuencias de sus películas) y los espejos. Destacas con razón la brillante secuencia en la escuela de danza (no encontré esta imagen, sino la hubiera colgado) en que se reflejan las tres mujeres (Ruth, Volstag y la profesora). Y los espejos del baño del hotel: otro detalle muy bergmaniano es la presencia de los baños y de los personajes metidos en ellos realizando sus operaciones de limpieza diaria, algo muy poco habitual incluso hoy en día. Me acuerdo de lo escandaloso que fue que Hitchcock hiciera aparecer un wáter en Psycho, muchos años después, o que Kubrick mostrara a Nicole Kidman limpiándose después de usarlo en Eyes Wide Shout. Bergman, ya en la segunda mitad de los 40, nos ofrece un amplísimo repertorio de secuencias en los baños, junto a la cama uno de los habituales lugares de enfrentamiento de las parejas.
La sed es un film lleno de detalles sorprendentes (esa secuencia en la consulta del psicoanalista), de imágenes poderosas (el corredor del tren; la oscura habitación del hotel suizo), aunque como he comentado me parece un film algo deslavazado, con las costuras demasiado a la vista.