Puedes prescindir de la versión de periódico (¿era de El País, no?) y ver directamente la copia en
BD, editada por Divisa. A mí, cada vez que la veo, me genera un escalofrío emocional. Es oír los primeros compases de la música de Vainica Doble y sus voces haciendo coros que ya me transporto a esa época, fría y gris, de finales de 1975, aunque preñada de esperanzas. Pocas películas me provocan sensaciones más intensas. Hay películas buenas, malas y regulares, y además películas especiales. Esta es, para mí, una de ellas.