KING KONG
--------------------------------------------------------------------------------
Digerido por SENSILLO
VUELVE EL MONO DE BILBAO. Y con él, la historia de zoofilia más famosa del cine. Muy contento se habrá quedado Peter Jackson, quien tenía mucho interés en hacer este remake que, realmente, no aporta nada nuevo.
¿Cómo se puede entender que esta revisión duplique la duración del original sin contar absolutamente nada nuevo? Peter Jackson no ha alargado la historia del gorila gigante, sino que se ha limitado a estirarla como los chicles que anuncian en la tele. Así que, muy a pesar de su entusiasmo e ilusión, la empresa me parece bastante innecesaria dentro de una cartelera superpoblada. Con esto no quiero aconsejar que se guarden el dinero de la entrada e inviertan ese tiempo en otra cosa de más provecho como por ejemplo sacarse una ingeniería o dos. Pero tampoco quiero decir lo contrario
USA, Nueva Zelanda, 2005. T.O. King Kong
Director: Peter Jackson , Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Duración:187min, Reparto: Naomi Watts, Jack Black, Adrien Brody, Andy Serkis, Jamie Bell
Jackson deja buena constancia de sus virtudes y sus defectos tras la cámara, que para ello no anda falto de tiempo. Lo mejor de sí mismo lo emplea en recrear con fidelidad el espíritu mágico y aventurero de la vieja película en blanco y negro. Evoca recuerdos de otros tiempos. Las películas de Tarzán, por ejemplo, donde la función de los salvajes era comerse a los misioneros. Desde hace mucho tiempo ya solo vemos a los misioneros matando nativos. Sin embargo, le pierde en demasiadas ocasiones una tendencia a la redundancia que termina por empachar.
En atención a los lectores que se hayan incorporado recientemente a la civilización occidental esbozaré un breve resumen. “King Kong” cuenta la historia de un ambicioso realizador de cine que parte a una isla perdida, último reducto del misterio en un mundo que empieza a ser ya demasiado conocido, con el fin de rodar una película en tan exótico paraje. La isla resulta albergar una extraña fauna salvaje que parece salida de la imaginación de un publicista de cola cao con mala leche. En la cúspide de una pirámide alimentaria voraz se encuentra orgulloso Kong, un gorila gigante, y al cineasta se le ocurre hacer fortuna llevándolo a Nueva York. Como se podrán imaginar, no hay nadie con autoridad ni sensatez que se lo impida y ocurre lo que tiene que ocurrir.
La descripción y relaciones entre los personajes están ahora más detallados en esta nueva versión. Especialmente en lo que respecta al típico triángulo amoroso chica-chico-gorila gigante, que era una cuestión en la que la versión del 33, más ágil, pasaba de puntillas.
Otro punto en el que intenta ponerse al día es, obviamente, en la cuestión de los efectos especiales. Impresionantes los de aquella, también lo son los de ésta. Sin embargo, también aquí nos encontramos con una de cal y otra de arena. Mientras King Kong consigue llenar toda la pantalla, en todos los sentidos, hay sin embargo alguna escena en que el apartado de efectos especiales decepciona dentro de lo que se espera en una ambiciosa producción de este tipo. Me refiero, concretamente, a la escena del San Fermín del Cretáceo.
En resumen, podemos asegurar que en “King Kong” encontraremos buenos momentos, perdidos entre otros no tan buenos. Se hubiera agradecido tanta energía empleada en un fin más novedoso. Pero quienes no tengan ganas de rebuscar en la videoteca pueden aprovechar para dejarse arrastrar por el entusiasmo cinéfilo de Peter Jackson.
Recomendada para las que buscan a un hombre de los que dejan huella
--------------------------------------------------------------------------------
Digerido por BRONTE
PUES PARECE QUE ESTE PETER JACKSON sabe dirigir. Hasta me atrevería a decir que puede que en él resida la esperanza del cine-espectáculo con mayúsculas. En este King-Kong, no se nos ofrece más que un remake bastante fiel a la primera película de 1933. Pero qué remake. No voy a decir que mejora la cinta original, porque el celuloide de los años 30 tiene una magia insuperable. Pero desde luego no se queda atrás. Para ello retoma la historia en el momento en que fue concebida y llena sus fotogramas de art-decó, ya patente desde los títulos de crédito tan reminiscentes a la RKO.
No es ésta una película a la que se le puedan reprochar muchas cosas. En sus dos aspectos más básicos, historia y realización, alcanza cotas de excelencia. Es uno de esos ejemplos en los que los efectos especiales tienen su muy justificada razón de ser. Es verdad que la parte en que nuestra expedición se aventura en la Isla de la Calavera, puede hacerse algo larga debido a la cantidad de escenas de acción que en ella han sido incluidas. Desde dinosaurios hasta ciempiés gigantes, aquí no falta ningún tipo de bicho repugnante. De hecho, se puede afirmar taxativamente que en este filme hay evidentes homenajes a muchas películas de aventuras de la historia, y algunas no tan antiguas. Y si bien es verdad que llega un momento en que parece que los ataques varios y la acción nunca van a tener fin, lo cierto es que es tal la maestría en la planificación de las imágenes, de tal perfección algunas texturas, y sobre todo, de tanta imaginación lo que pasa en cada minuto de la proyección, aprovechando al máximo las posibilidades del "paisaje", que uno no puede dejar de asombrarse de que haya gente en el planeta con tanta creatividad visual.
La infografía en esta película es sin lugar a dudas uno de sus reclamos más evidentes. Y el equipo de Peter Jackson ha sabido crear unos efectos contundentes y espectaculares. Quizás la cinética se resienta en algunos momentos, sobre todo debido al gran riesgo que han asumido los creadores de este "King-kong". Los momentos en que el gorila gigante corre con la bella rubia atrapada en su mano, puede que no consigan el efecto de manera magistral, pero al mismo tiempo, eso nos retrotrae a la primigenia versión con lo rudimentario de sus f/x. Y se agradece ese halo de "falsedad" que ha querido conservar esta nueva versión. Ese aura de cartón-piedra que hacía todas aquellas películas tan entrañables.
El trabajo informático es especialmente brillante, sobresaliente en el caso del protagonista de la película. Puede que el Rey Kong sea el personaje con más humanidad de todo el metraje. Su mirada, sus expresiones, aun estando dentro de repertorio animal están llenas de significado, y tienen un realismo casi aterrador. Aterrador por lo conseguido de la técnica, y por lo estupendo de la captación de los estados de animo. Y por eso mismo tiene poco de aterrador en cuanto al monstruo, porque este gorila de ocho metros, aparece cercano y familiar desde el primer momento. Pero no es en los cuerpos en el único sitio donde se nota el ordenador. Los propios decorados, guiados por una estupenda dirección artística son memorables y contribuyen de manera notable a crear los espacios emocionales del filme. Lo que se ve en el fondo de cada escena, por decirlo de alguna manera, habla también de lo que está pasando en esa escena, y en plus fantástico, nos retrotrae en infinitos homenajes a cientos de películas que hemos visto previamente.
La fotografía, el color de la película... hacía tiempo que no se veía un color tan bonito en un filme. Saturado, recuerda un tanto a las películas coloreadas o a ciertos filmes de los años 30. La manera en que todo está iluminado en "King Kong", ayuda a construir un mundo "irreal", casi mítico, tanto en los espacios naturales como en la gran ciudad. Si es verdad que hemos visto Nueva York muchas veces en el cine, también es verdad que pocas veces como lo podremos ver en esta cinta. Los planos aéreos dejando adivinar Queens o Brooklyn al fondo, son magníficos. Jackson ha fotografíado el Empire State con un respecto y reverencia inusitados. Y es verdad que ésta ya era una imagen icónica existente en la original. El Rey de la Creación sobre el más importante edificio del mundo.
Detrás de todas las carreras, persecuciones y planos difíciles lo que queda es una historia mítica. Revisión del cuento de Madame Beaumont, la historia de King Kong aparece como el descubrimiento de la ternura interior por encima de las circunstancias exteriores. Pero también, y ahí está el grandísimo acierto de Jackson respetando este espíritu, es una fábula cruel en la que el ser humano aparece retratado como inferior al mundo animal. En "King Kong" no hay diferencia entre los salvajes de la Isla de la Calavera y el refinado público de Times Square. Seres deshumanizados incapaces de competir con el gorila cuando éste contempla a la bella Ann Darrow. Dos seres desplazados de/en su mundo, capaces de compartir la belleza de una puesta de sol.
Si algo hay reseñable en esta película, más allá de los efectos especiales, es el espléndido pulso a la hora de ir desarrollando los personajes y las relaciones entre los mismos. Incluso el bonísimo casting. Jack Black, un actor sobresaliente, es capaz de ir conviertiendo su hilarante personaje en un ser repugnante, depositario de lo más deleznable del showbiz. Adrien Brody, vuelve a prestar su difícil físico para un caracter vulnerable que se crece cuando realmente hace falta. Naomi Watts, con no ser una gran actriz, acertada aunque repetitiva en sus gestos, aprovecha la fascinación que por ella debe de sentir el director de fotografía y no pierde comba para aparecer guapísima. Sus dos historias de amor están desarrolladas con pulso y candidez. Su relación con el Rey Kong es profundamente emotiva (aunque Jackson se ha guardado mucho de caer en la sensiblería), haciendo hincapié en las analogías entre ambos personajes y sin duda alguna más de uno echará una lagrimita acabando ya las tres horas y veinte. Metraje del todo innecesario, pero que se perdona por el talento exhibido. Una sola pega aparte de la excesiva duración: la relación entre Evan Parker y Jamie Bell, también conocido como Billy Elliot, que entiendo da profundidad a la trama, pero sin venir mucho a cuento, sinceramente. Parabienes para Andy Serkis, que no sólo dio vida al Gollum, sino que ahora ha calcado (literalmente) a Kong, y ojo a Thomas Kretschmann, el capitán del navío que parece que tiene cierta habilidad para robar escenas sin mucho esfuerzo.
Un gran espectáculo. Una gran película. Retoma y nos retrotrae al espíritu de otras grandes películas de aventuras. Recomendada para gente mona