Nosotros (
Us, 2019), de Jordan Peele
Las buenas sensaciones que me dejó
Déjame salir, la primera película de Peele, film que me recordó otras películas de los 70 como, guardando todas las distancias,
The Stepford Wives, de Bryan Forbes,
The Wicker Man, de Robin Hardy, o
Nothing But the Night, de Peter Sasdy, o incluso cierto aire a la
Twilight Zone de Rod Serling (precisamente ahora actualizada con fortuna más bien escasa por, entre otros, el propio Jordan Peele:
The Twilight Zone), me generó altas expectativas respecto a su segundo film.
Desgraciadamente, se trata de una película que va de más a menos hasta naufragar en su fase final. Si bien toda la presentación de una familia de clase media afroamericana, los Wilson, de vacaciones en el pueblo costero de Santa Cruz (padre, madre, hija e hijo) crea interés, especialmente después de un inquietante prólogo que afecta a la madre, Adelaide, cuando era niña. Y más adelante la aparición de unos perturbadores dobles todavía mejora el film,
con unos minutos de auténtica angustia y terror (lo que demuestra que Peele tiene madera para este género), poco a poco la película se va deshinchando, especialmente a partir del momento en que lo que parecía la irrupción de lo irracional en la familia Wilson, que parecía verse obligada a enfrentarse con la violencia que todos llevamos dentro, en un malsano juego de espejos, se transforma en un discurso confuso que parece querer dar una respuesta racional a lo que estamos viendo.
Cuando descubrimos que ese cuarteto de “dopplegänger” de los Wilson (extraordinariamente caracterizados, con mención especial a Lupita Nyong’o y a los niños)
no son más que la punta del iceberg, y que una multitud de dobles han asaltado la comunidad y organizado una cadena humana sin un sentido claro (a mí me han recordado la secta de
The Leftovers), se diluye el efecto inicial, y la cosa empeora cuando Peele pretende endosarnos un discurso indigesto sobre un mundo subterráneo en que se han criado esas replicas. Ya, después de esto, el último giro argumental parece la típica traca final para acabar arriba un film que se ha hundido, pero a mi modo de ver Peele no hace más que empeorar el resultado. Una pena, aunque seguiré atento a la evolución de este director.