Tema: Las últimas pelis que has visto en casa

Hola a tod@s.
El milagro de P. Tinto.
me he reido bastante,esta muy divertida,me sonaba la caratula de esta pelicula pero se me paso verla varias veces,hoy le toco...,la tenia por ahi y nunca le di la oportunidad,una de estas cintas llenas de personajes insolitos ,
si teneis ganas de reiros echadle un vistazo,P.tinto es todo un personaje y el Argumento del Film es Mmmmm bueno inenarrable ,
saludos.

Una mujer es una mujer............................................7

La única película de Godard que había visto hasta el momento había sido El desprecio, cual me gustó aunque hacia el final me pareció un poco densa de comentarios filosóficos explicativos e innecesarios además de un final algo abrupto. Pero esta película no tiene nada que ver con esa.

Al principio me estaba resultando muy molesta ya que parece más un experimento que otra cosa y sentía que estaba perdiendo el tiempo. Por ejemplo:

• Los cambios sin sentido de música. En cuanto cambiaba la cámara se cambiaba de música o simplemente dejaba de sonar, a veces parece que acompañaba de una forma demasiado obvia las cosas, emoción, comedia, intriga, etc. Y me sacaba de la película.
• Durante toda la película hay una pareja besándose en el mismo sitio. Aunque sean diferentes personas.
• Hay una conversación que mantiene la protagonista con una que durante toda la conversación solo vemos las personas de la calle, es decir, estamos escuchando la conversación pero estamos viendo a otros.
• A veces los actores se dirigen a la cámara para narrar lo que van a hacer en tercera persona. "Ella sale de la habitación".
• Autocitación de las películas de Godard (Al final de la escapada) y proclama la propia película presente como una obra maestra.
• En un momento cocinando llaman al teléfono, estaba friendo un huevo así que lo lanza al aire y va a coger el teléfono, al terminar vuelve a la cocina pone la sartén y cae el huevo.
• Y un sinfín de casos más..

Pero a pesar de todo, me ha gustado xD

Hay escenas que me han gustado mucho, me encantan como cuando no se hablan van a por libros y discuten jugando con sus títulos. Y al final me ha dejado una buena sensación, así que eso es todo lo que pido.

La nota alta supongo que se debe a que nunca había visto nada igual.

Considerada como una de las películas de dibujos animadas más tristes de todos los tiempos... The Plague Dogs (1982) 8/10

http://www.filmaffinity.com/es/film547461.html

Una película nada recomendable para aquellas personas que sufren con finales trágicos, tales como Bambi o El libro de la Selva.

Cuenta la historia de dos perros que escapan de un laboratorio científico en donde practicaban diversas pruebas y test con animales (perros, conejos, monos, ratas, etc.).
La pena que transmite esta película es narrada directamente por el protagonista de la historia, quien recuerda una y otra vez la vida con su antiguo amo ya fallecido.

Después de buscar durante un tiempo a un nuevo dueño, deciden converstirse en cazadores furtivos junto con la ayuda de un zorro.
Finalmente, terminan convirtiéndose en una amenaza para el poblado, y... Bueno, el final mejor os dejo que seáis vosotros mismos quienes la veáis.

¡Increíble la narración de esta dulce, y a la vez triste historia!


Post-data: Si la vais a ver, tened a mano un paquete de pañuelos.

La edad de la inocencia (The age of innocence, Martin Scorses, 1993)



Drama acerca de los sentimientos y las convenciones sociales a finales del siglo XIX, pero muy académico de Martin Scorsese, muy bien interpretado y dirigido, pero quizás demasiado frío. O al menos, no he apreciado la energía y pasión que Scorsese sí transmite en otros de sus mejores proyectos.

No es una mala película, ni mucho menos, pero a mí no me ha llegado, quizás por esa frialdad que desprende el relato (aunque quizás esa frialdad sea intencionada).

Vista en V.O. subtitulada en inglés.

Nota: 6


Autómata (Gabe Ibáñez, 2014)



Curiosa aunque fallida cinta de ciencia ficción, que juega con el tema de la inteligencia artificial y sus consecuencias morales (y psicológicas) para el ser humano.

La película se divide claramente en dos partes, con una primera mitad muy deudora de Blade Runner y una segunda mitad con un tono muy de western.

El problema de la película es que ambas partes están muy descompensadas, con algunos personajes, como el de Melanie Griffith o Dylan McDermott que pasaban por allí, están muy mal escritos (poco desarrollados)... Vamos, que daba lo mismo que los hubieran interpretado ellos o cualquier actor con el que se hubieran cruzado.

El diseño de producción y los VFX son muy buenos, eso sí.

Curiosa, pero muy fallida.

Vista en V.O. subtitulada en español.

Nota: 5


The Majestic (Frank Darabont, 2001)



Película muy bonita a cargo de Frank Daraboont. No se me ocurre otra forma de definirla... Bueno, y sí, una carta de amor al cine y un discurso sobre la libertad de expresión y personal de un trazo un poco grueso, esos sí.

Un guionista acusado de comunista por la Caza de Brujas del Senador McCarthy sufre un accidente de coche y a consecuencia del mismo, pierde la memoria, acabando en un pueblo donde le acogen.

Como digo, es una película muy bonita y agradable de ver, muy capriana, no sé si me explico, aunque como digo, el discurso final sobre la libertad de expresión y que sirve de comunión entre el personaje de Carrey y los habitantes del pueblo me ha parecido un poco de trazo grueso.

Vista en V.O. subtituada en inglés.

Nota: 7

Vista Orgía de sangre (Baron Blood, uno de los diversos títulos utilizados para sus versiones en inglés / Gli orrori del castello di Norimberga, equívoco título de la versión italiana, porque la acción transcurre en Austria, no en Núremberg). Primero de todo, aclaro que he visto la versión en inglés porque la italiana me ha parecido un mal doblaje, realizado sin demasiada atención a que coincidan las voces con los movimientos de los labios de los actores (que da toda la impresión que, en general, están hablando en inglés). Como en tantas coproducciones de la época (y también a menudo de hoy en día), la cuestión idiomática está muy mal resuelta: todo el mundo acaba hablando en inglés a pesar de que la película se sitúa en Austria, incluso lo hacen personajes austríacos en la intimidad. El guión es del norteamericano Vicent Fotre, al parecer en su último trabajo antes de morir. En el reparto destacan dos veteranos: Joseph Cotten y Massimo Girotti, acompañados por la típica presencia minifaldera de la época, en este caso una Elke Sommer particularmente desacertada, y un galán para la ocasión, Antonio Cantafora, para mí un auténtico desconocido.

La película, poco original en su planteamiento argumental, trata de unos jóvenes (los un tanto atolondrados Sommer y Cantafora) que invocan al llamado barón von Kleist, un antepasado del chico, el cual murió hace siglos y del que nunca se encontró el cadáver. Sobre el muerto aún pesa la maldición de una bruja a la que condenó a la hoguera. El tal barón fue en su época un sádico torturador, asesino de tomo y lomo, que dominaba la región despiadadamente, con puño de hierro, un poco a la manera de algunos personajes de Price en el ciclo Poe de Corman (pienso en el inquisidor del El péndulo de la muerte, o el príncipe Prospero de La máscara de la muerte roja). Ahora, vuelto del más allá, recupera sus viejos y malos hábitos y la muerte vuelve a rondar el castillo von Kleist (por cierto, ¿el nombre es un guiño macabro a Heinrich von Kleist, escritor romántico alemán autor entre otras obras de “La marquesa de O”?).

Bava dirige el film con una mezcla de virtuosismo formal y de concesión a lo más caduco y molesto del cine de la época. A encuadres de carácter marcadamente expresionista, iluminaciones espectaculares y vivos colores, que dan densidad al film, en unos decorados (al parecer reales) muy convenientes, se suceden flous molestos, enfoques/desenfoques innecesarios, momentos filmados con vulgaridad extrema, zooms a troche y moche, uso de objetivos gran angular, vengan o no a cuento, y, last but not least, una música de Stelvio Cipriani, insoportablemente cursi y ordinaria en muchos momentos, que está a punto de dar al traste con toda la atmósfera del film. Por cierto, agradecería un estudio sociológico que ayudara a entender qué pasó durante esos años, finales de los sesenta y en buena medida todos los setenta, para que en multitud de bandas sonoras se nos ofreciera tal profusión de músicas chabacanas, completamente inadecuadas, de un mal gusto atroz. Como me crié en esa época, no descarto que me hayan traumatizado para siempre.

El folleto que acompaña esta edición, redactado por nuestro compañero de foro, Bela Karloff, detalla minuciosamente todos estos defectos. A pesar de todo, me ha parecido una correcta propuesta de cine de género, disfrutable, aunque queda lejos de los mejores logros de Bava.

Iniciado por mad dog earle

Vista Orgía de sangre (Baron Blood, uno de los diversos títulos utilizados para sus versiones en inglés / Gli orrori del castello di Norimberga, equívoco título de la versión italiana, porque la acción transcurre en Austria, no en Núremberg). Primero de todo, aclaro que he visto la versión en inglés porque la italiana me ha parecido un mal doblaje, realizado sin demasiada atención a que coincidan las voces con los movimientos de los labios de los actores (que da toda la impresión que, en general, están hablando en inglés). Como en tantas coproducciones de la época (y también a menudo de hoy en día), la cuestión idiomática está muy mal resuelta: todo el mundo acaba hablando en inglés a pesar de que la película se sitúa en Austria, incluso lo hacen personajes austríacos en la intimidad. El guión es del norteamericano Vicent Fotre, al parecer en su último trabajo antes de morir. En el reparto destacan dos veteranos: Joseph Cotten y Massimo Girotti, acompañados por la típica presencia minifaldera de la época, en este caso una Elke Sommer particularmente desacertada, y un galán para la ocasión, Antonio Cantafora, para mí un auténtico desconocido.

La película, poco original en su planteamiento argumental, trata de unos jóvenes (los un tanto atolondrados Sommer y Cantafora) que invocan al llamado barón von Kleist, un antepasado del chico, el cual murió hace siglos y del que nunca se encontró el cadáver. Sobre el muerto aún pesa la maldición de una bruja a la que condenó a la hoguera. El tal barón fue en su época un sádico torturador, asesino de tomo y lomo, que dominaba la región despiadadamente, con puño de hierro, un poco a la manera de algunos personajes de Price en el ciclo Poe de Corman (pienso en el inquisidor del El péndulo de la muerte, o el príncipe Prospero de La máscara de la muerte roja). Ahora, vuelto del más allá, recupera sus viejos y malos hábitos y la muerte vuelve a rondar el castillo von Kleist (por cierto, ¿el nombre es un guiño macabro a Heinrich von Kleist, escritor romántico alemán autor entre otras obras de “La marquesa de O”?).

Bava dirige el film con una mezcla de virtuosismo formal y de concesión a lo más caduco y molesto del cine de la época. A encuadres de carácter marcadamente expresionista, iluminaciones espectaculares y vivos colores, que dan densidad al film, en unos decorados (al parecer reales) muy convenientes, se suceden flous molestos, enfoques/desenfoques innecesarios, momentos filmados con vulgaridad extrema, zooms a troche y moche, uso de objetivos gran angular, vengan o no a cuento, y, last but not least, una música de Stelvio Cipriani, insoportablemente cursi y ordinaria en muchos momentos, que está a punto de dar al traste con toda la atmósfera del film. Por cierto, agradecería un estudio sociológico que ayudara a entender qué pasó durante esos años, finales de los sesenta y en buena medida todos los setenta, para que en multitud de bandas sonoras se nos ofreciera tal profusión de músicas chabacanas, completamente inadecuadas, de un mal gusto atroz. Como me crié en esa época, no descarto que me hayan traumatizado para siempre.

El folleto que acompaña esta edición, redactado por nuestro compañero de foro, Bela Karloff, detalla minuciosamente todos estos defectos. A pesar de todo, me ha parecido una correcta propuesta de cine de género, disfrutable, aunque queda lejos de los mejores logros de Bava.

......

A las bandas sonoras de esa época yo las suelo catalogar de ye-yé, nananá (caso, por ejemplo, de La semilla del diablo) y discotequeras (ojo, que por esos mismos años hubo también una moda intensa y efímera de poner música clásica del período barroco como banda sonora a las películas). Me viene a la mente la de Drácula 72 (y no es de las peores). No sé por qué, pero la oigo y me imagino a Vampirella (la clásica de los cómics de la época, porque la reimaginada por mí mola mucho más ) bailando en una barra o jaula de gogó en una discoteca retrofuturista de la época ...

Es que en esa época hay un tipo de música que tanto te la puedes encontrar en una de esas horrorosas películas "S", que aparecieron como champiñones, como en un film de terror, una comedia romántica o un drama político. ¡Por Beethoven, esos coros femeninos que aparecen cuando más confiado te encuentras, con sus "la-la-la"! Es como esa música pseudojazzística de los films policiacos de los 70 (con Lalo Schifrin como ejemplo máximo, y eso que no es ni de lejos de lo peor), que de tan tópica acaba aburriendo.

Algo maligno, diabólico, se extendió sobre nosotros durante esa década. O fue un experimento de la CIA o del Pentágono para reblandecer los cerebros de los jovenes airados y tener a las masas amodorradas.

.........

Creo que lo has descrito muy bien...

Respecto a la banda sonora de Orgía de sangre (Gli orrori del castello di Norimberga), comentar que, como era habitual en el cine de terror transalpino, solía tener otra banda sonora para el mercado americano (en esta y muchos de los títulos de Bava, compuesta por el compositor estrella de la productora AIP, Les Baxter ), teóricamente más del gusto de las audiencias americanas.

Si bien Stelvio Cipriani no es precisamente santo de mi devoción, ya que salvo alguna excepción, me parece un compositor cuyas composiciones parecian por lo general ideadas para vender el álbum de turno, más que de apoyar a la película para la que fueron compuestas (sí, esas melodias como el tema central con sus la-la-la encajarian a la perfección en películas ibéricas como El turismo es un gran invento ), estando, compositivamente hablando y bajo mi humilde opinión, a años luz de excelentes compositores de la época como Ennio Morricone, Bruno Nicolai o Luis Bacalov (siendo éste un fabuloso compositor argentino cuyo trabajo en el cine italiano es sublime), compositores éstos cuyos trabajos funcionaban tanto al servicio de las imagenes, como en su escucha independientemente de ellas en sus respectivas ediciones discográficas.

Muchas de estas grandes composiciones, bajo mi punto de vista, no solo enriquecen a una importante parte de la filmografía italiana de los años 60 y 70, sino que les proporcionan identidad, formando parte de (o creando) un microcosmos genérico (como los spaghetti-western, los giallos, poliziescos, deconstruyendo el pop, el jazz o el rock, fusionandolos con música concreta, experimental, atonal, vanguardista) que, guste más o menos, creó escuela (que se lo digan a directores como Quentin Tarantino o Brian De Palma) y ha creado un importante culto que permanece en la actualidad, no sólo en el aspecto cinematográfico sino tambien en el musical, ya que al considerable éxito que tienen las ediciones domésticas de dichas películas, se suman (y cada vez más) las ediciones discográficas de sus bandas sonoras, llegando a (re)editarse incluso en vinilo (de hecho, se ha disparado en los últimos años el número de sellos especializados en bandas sonoras que reeditan muchos de los títulos del cine italiano de esos años, con un éxito considerable).

Y ojo, que sí que hubo muchos compositores que se subieron al carro y plagiaban, esto..., se inspiraban en la música de los susodichos maestros, pero claro, sacaban discos como churros y si se vendian, pues que iban a hacer los pobres...

En mi caso, no tengo problema alguno, como he dicho, con este tipo de música (que está en La semilla del diablo. de Komeda o en la susodicha Harry, el sucio de Schifrin), ya que si bien fueron muchos los que se subieron al carro y acabaron saturando (y desprestigiando) ese tipo de sonido, las buenas composiciones siguen sonando (al menos en mis oídos) a gloria bendita.


Perdón por el off-topic

RELATOS SALVAJES

No me suelen gustar las películas de episodios, pero hay que reconocer que esta argentina responde a los premios que ha ganado. Todas las historias tienen cosas interesantes (algunas son mejores que otras, como es normal). Una realización muy imaginativa (quizás un pelín enfática de más en algún momento), interpretaciones muy buenas, buen ritmo y pulso, cuidada estética y producción. Merece la pena.

Nota: 8

Iniciado por MIK

...En mi caso, no tengo problema alguno, como he dicho, con este tipo de música (que está en La semilla del diablo. de Komeda o en la susodicha Harry, el sucio de Schifrin), ya que si bien fueron muchos los que se subieron al carro y acabaron saturando (y desprestigiando) ese tipo de sonido, las buenas composiciones siguen sonando (al menos en mis oídos) a gloria bendita.

Interesante comentario, MIK. No dudo que entre tanta morralla haya buenas composiciones, aunque a mí en general ese estilo musical no me gusta (y pongo como ejemplo a quien es quizá el mejor de todos, Morricone: sus bandas sonoras, como dije ya en otro post, me suelen deprimir, debe ser por lo traumatizante que fue, y aún es, para mí la música de esa época). La pregunta sigue, no obstante: ¿qué demonios pasó en esa época, y no sólo en el cine italiano, para que un film de terror pueda ofrecer unas musiquillas que no desentonarían en cualquier producto de la factoría Ozores? Recuerdo ahora la serie El quinto jinete, interesante en muchos aspectos, pero con unas bandas sonoras por lo general insoportables.


No me resisto a comentar un ejemplo que, muy bien visto, citas: la música de La semilla del diablo, en especial esa nana que suena al inicio, puede hacer temer lo peor, musicalmente hablando, pero creo que en este caso suena como un contrapunto irónico muy efectivo a lo que va a venir a continuación. A fin de cuentas, el título original de la película es Rosemary's Baby, por lo que comenzar con una nana (¡y esa fuente con sus lirios en el patio de accesos a la casa!) me parece adecuadísimo. No tengo ningún pero a la banda sonora del film de Polanski, por otra parte uno de mis favoritos y más habitualmente visionados.

Hola a tod@s.
L'Enfant,
un Dramote...,esta bien,si no teneis ganas de drama no la recomiendo,pelicula a esquivar en epocas de depresion ,
es una buena pelicula,es dura pero tiene un lado tierno,una de esas peliculas como las llamo"Rompeburbujas".
The Imitation Game,
buena,otro tipo de drama...en esta ocasion mas sobre la intolerancia de los ignorantes sobre el genio de los "diferentes",
diferentes por que asi son catalogados,no por que realmente lo sean....
un billante cientifico consigue descifrar unos codigos secretos,es Homosexual y eso resulta ser un tremendo problema para las limitadas mentes que lo rodean.
las 2 peliculas me gustaron,asi que recomendadas!.
saludos.

AVISO: OFF-TOPIC

Iniciado por mad dog earle

La pregunta sigue, no obstante: ¿qué demonios pasó en esa época, y no sólo en el cine italiano, para que un film de terror pueda ofrecer unas musiquillas que no desentonarían en cualquier producto de la factoría Ozores?

Aunque no puedo ofrecer una respuesta 100% certera, creo que tanto en el cine como en la música realizados a partir de casi mediados de los años 60, se produjo un notable relevo generacional/contracultural, en el que como en muchos otros aspectos de la época como la moda, la narrativa, el free-love, o los movimientos políticos que proliferaron (aunque aquí, por obvios motivos en menor grado ), la juventud tuvo voz y voto, de modo que, particularmente en el campo del cine y la música, los productores se frotaron las manos ante lo que se les venía encima , ya que tenian a toda una nueva generación dispuesta a llenar las salas y conseguir los álbumes de jóvenes, con los que podian identificarse (algo que ya se produjo en los EE.UU. en los años 50, con la aparición de Elvis en la televisión nacional, que revolucionó a la juventud y que en el cine produjo exploits como las películas de moteros y gangs juveniles, aunque en el campo musical, no fuera tan revolucionario como lo que se produjo en la segunda mitad de los años 60 (y aquí el factor lisérgico sí tuvo mucho que ver ).

El ejemplo más claro, en mi humilde opinión, se produce con los giallo, en los que se pervierte la narrativa clásica del thriller (la trama no siempre se resuelve por medio de una investigación policial o detectivesca, sino que elementos esotéricos como sueños o premoniciones adquieren mucha relevancia) y se dota a las imagenes (la planificación, esos colores tan saturados, los interiores tan pop, ) y a la (suntuosa) música, de una textura onírica, malsana (los brutales crimenes, cometidos en pantalla con todo lujo de detalle) e hiper-sexualizada.

Para poner música a dichas imagenes, se trató de subvertir tambien las partituras habituales del género, partiendo de música pop (como si de un romance juvenil se tratara, ya que los protagonistas solian ser jovenes con las hormonas en plena efervescencia) que se convertía en el tema central (muy idílico, que no hace presagiar la que le espera a nuestra/o protagonista).
A ésta melodia le sigue el tema del asesino/psicópata, que contrasta con el tema musical del protagonista, y en el que suele usarse una melodía infantil (de cara a mostrar un trauma producido en la infancia/adolescencia) junto a un tema que se usa para acompañar a los violentos actos del susodicho.
Con tan solo dos o tres temas centrales, el compositor desarrolla la banda sonora, introduciendo particularmente en el tema del protagonista leves variaciones, de carácter disonante, que iran acrecentándose segun avanza la trama, consiguiendo con ello (como si de romper una cuarta pared se tratara) introducir en el mundo real del protagonista (idílico, romántico, seguro) el mal, lo fantástico, algo que no pueden comprender ni controlar (aquí el director y guionista, juegan como el asesino con sus víctimas, usando su edad como falta de madurez y credibilidad ante la autoridad, tratandoles en ocasiones de borrachos y drogadictos).

En otros paises, se usó la música jazz (desde los primeras películas de Polanski, el movimiento free-cinema británico, el Blow-up de Antonioni, los thrillers de Seijun Suzuki, etc...), la guitarra eléctrica (desde el tema de James Bond y sus múltiples sucedáneos, hasta los spaguetti-western), la música clásica y/o contemporánea (Kubrick con las versiones electrónicas de piezas de Beethoven compuestas por Walter Carlos para La naranja mecánica o hasta el soul/funk (el género blaxpoitation o los samplers que astutamente editaban en multitud de películas de artes marciales ).

Huelga decir, que como en casi todos los campos artísticos, a lo que en principio fue innovador y que dotaba a dichas películas de una identidad/nacionalidad propia y que era una especie de rebelión al sistema , se acabó subiendo al carro quien más y quien menos, con resultados que el tiempo ha puesto en su sitio (y es que no se trata de poner gemidos , coros disonantes y disonancia a cascoporro y al tuntún).

Aquí, en particular, con el retroceso que vivíamos respecto a todos los movimientos (contra)culturales, nos llegó (una pequeña parte, no sea que se formase un sindiós ) tarde y (mal) digerido por temibles auteurs televisivos como Valerio Lazarov (no pronunciéis su nombre tres veces frente a un espejo ) cuyos zooms, barridos y polarizados de imagenes podian provocar efectos secundarios en las mentes de algunos televidentes menos preparadas para semejante modernidad, al más puro estilo de los scanners cronenbergianos (aunque no hay pruebas concluyentes de ello).

Todo ello, por no mencionar que era mucho más rentable poner a un reducido grupo pop-rock, que a una (costosa) orquesta.


PD: Perdón por el off-topic. Podriamos abrir un hilo de películas cuya banda sonora no acompaña (en nuestra opinión) a las imágenes

Iniciado por MIK

En otros paises, se usó la música jazz (desde los primeras películas de Polanski, el movimiento free-cinema británico, el Blow-up de Antonioni, los thrillers de Seijun Suzuki, etc...), la guitarra eléctrica (desde el tema de James Bond y sus múltiples sucedáneos, hasta los spaguetti-western), la música clásica y/o contemporánea (Kubrick con las versiones electrónicas de piezas de Beethoven compuestas por Walter Carlos para La naranja mecánica o hasta el soul/funk (el género blaxpoitation o los samplers que astutamente editaban en multitud de películas de artes marciales ).

Recuerdo la banda sonora de "Shaft" y hasta extractos de Pink Floyd sonar en "El luchador manco".

Iniciado por dead bill

Recuerdo la banda sonora de "Shaft" y hasta extractos de Pink Floyd sonar en "El luchador manco".

Por no mencionar el tema de Ironside, compuesto por Quincy Jones y posteriormente utilizado por Tarantino en Kill Bill

Iniciado por MIK

AVISO: OFF-TOPIC



Aunque no puedo ofrecer una respuesta 100% certera, creo que tanto en el cine como en la música realizados a partir de casi mediados de los años 60, se produjo un notable relevo generacional/contracultural, en el que como en muchos otros aspectos de la época como la moda, la narrativa, el free-love, o los movimientos políticos que proliferaron (aunque aquí, por obvios motivos en menor grado ), la juventud tuvo voz y voto, de modo que, particularmente en el campo del cine y la música, los productores se frotaron las manos ante lo que se les venía encima , ya que tenian a toda una nueva generación dispuesta a llenar las salas y conseguir los álbumes de jóvenes, con los que podian identificarse (algo que ya se produjo en los EE.UU. en los años 50, con la aparición de Elvis en la televisión nacional, que revolucionó a la juventud y que en el cine produjo exploits como las películas de moteros y gangs juveniles, aunque en el campo musical, no fuera tan revolucionario como lo que se produjo en la segunda mitad de los años 60 (y aquí el factor lisérgico sí tuvo mucho que ver ).

El ejemplo más claro, en mi humilde opinión, se produce con los giallo, en los que se pervierte la narrativa clásica del thriller (la trama no siempre se resuelve por medio de una investigación policial o detectivesca, sino que elementos esotéricos como sueños o premoniciones adquieren mucha relevancia) y se dota a las imagenes (la planificación, esos colores tan saturados, los interiores tan pop, ) y a la (suntuosa) música, de una textura onírica, malsana (los brutales crimenes, cometidos en pantalla con todo lujo de detalle) e hiper-sexualizada.

Para poner música a dichas imagenes, se trató de subvertir tambien las partituras habituales del género, partiendo de música pop (como si de un romance juvenil se tratara, ya que los protagonistas solian ser jovenes con las hormonas en plena efervescencia) que se convertía en el tema central (muy idílico, que no hace presagiar la que le espera a nuestra/o protagonista).
A ésta melodia le sigue el tema del asesino/psicópata, que contrasta con el tema musical del protagonista, y en el que suele usarse una melodía infantil (de cara a mostrar un trauma producido en la infancia/adolescencia) junto a un tema que se usa para acompañar a los violentos actos del susodicho.
Con tan solo dos o tres temas centrales, el compositor desarrolla la banda sonora, introduciendo particularmente en el tema del protagonista leves variaciones, de carácter disonante, que iran acrecentándose segun avanza la trama, consiguiendo con ello (como si de romper una cuarta pared se tratara) introducir en el mundo real del protagonista (idílico, romántico, seguro) el mal, lo fantástico, algo que no pueden comprender ni controlar (aquí el director y guionista, juegan como el asesino con sus víctimas, usando su edad como falta de madurez y credibilidad ante la autoridad, tratandoles en ocasiones de borrachos y drogadictos).

En otros paises, se usó la música jazz (desde los primeras películas de Polanski, el movimiento free-cinema británico, el Blow-up de Antonioni, los thrillers de Seijun Suzuki, etc...), la guitarra eléctrica (desde el tema de James Bond y sus múltiples sucedáneos, hasta los spaguetti-western), la música clásica y/o contemporánea (Kubrick con las versiones electrónicas de piezas de Beethoven compuestas por Walter Carlos para La naranja mecánica o hasta el soul/funk (el género blaxpoitation o los samplers que astutamente editaban en multitud de películas de artes marciales ).

Huelga decir, que como en casi todos los campos artísticos, a lo que en principio fue innovador y que dotaba a dichas películas de una identidad/nacionalidad propia y que era una especie de rebelión al sistema , se acabó subiendo al carro quien más y quien menos, con resultados que el tiempo ha puesto en su sitio (y es que no se trata de poner gemidos , coros disonantes y disonancia a cascoporro y al tuntún).

Aquí, en particular, con el retroceso que vivíamos respecto a todos los movimientos (contra)culturales, nos llegó (una pequeña parte, no sea que se formase un sindiós ) tarde y (mal) digerido por temibles auteurs televisivos como Valerio Lazarov (no pronunciéis su nombre tres veces frente a un espejo ) cuyos zooms, barridos y polarizados de imagenes podian provocar efectos secundarios en las mentes de algunos televidentes menos preparadas para semejante modernidad, al más puro estilo de los scanners cronenbergianos (aunque no hay pruebas concluyentes de ello).

Todo ello, por no mencionar que era mucho más rentable poner a un reducido grupo pop-rock, que a una (costosa) orquesta.


PD: Perdón por el off-topic. Podriamos abrir un hilo de películas cuya banda sonora no acompaña (en nuestra opinión) a las imágenes

Por bien explicado, por mejor razonado, y especialmente, por ameno y divertido

La presa desnuda.

La echaban hoy por la tele y he decidido verla aprovechando que me ha dado por releer una novela de aventuras africanas y colonialismo, El corazón de las tinieblas. La historia es algo así como una mezcla entre Zulú y El malvado Zaroff, pero con un solo tipo corriendo y un montón de nativos persiguiéndole. Por lo visto está basado en un caso real, sólo que pasó en América a principios del siglo XIX y no en África a finales de la citada centuria, momento en que se desarrolla la acción de la película que nos ocupa. La trama no puede ser más sencilla: un grupo de blancos occidentales odiosos, ricachones y arrogantes, que van por África de cacería de elefantes para hacerse con el marfil, y considerando incluso la posibilidad de dedicarse al aún más lucrativo tráfico de esclavos, ofenden a un grupo de nativos, amparándose en su supuesta superioridad cultural, sus armas de fuego y todo éso. El grupo de salvajes de aborígenes regresa, captura a los colonialistas blancos y los tortura y liquida de maneras sorprendentemente brutales y creativas, y mostradas con singular lujo de detalles para una película de los años sesenta. Excepto a uno que ha mostrado cierto respeto por las costumbres locales, al que le dan una oportunidad: le dejan en cueros, le dan un tiro de flecha de ventaja, y los guerreros del pueblo salen a cazarlo, literalmente.

Vaya por delante que a pesar de su propuesta estética y argumental novedosa (apenas hay diálogos, no hay casi música, está filmada de una manera casi documental, hay planos de animales devorando a otros animales, en plan National Geographic, bastantes planos de mujeres locales en top-less, en plan National Geographic -el erotismo del National Geographic, o no sé cómo lo llaman, en el siglo XVIII tenían las Venus anatómicas, es sorprendente la cantidad de pretextos que se buscan los tíos para ver tetas con la excusa de la cultura -, tiene un grado sorprendente de violencia para la época) se me ha hecho un tanto previsible, tediosa y rutinaria. Y es que el setenta por ciento de la película consiste en ver a Cornel Wilde corriendo vestido de Tarzán por las junglas y matorrales africanos, luciendo sus ya algo ajadas carnes, con unos negros muy cabreados detrás. Un Cornel Wilde que había sido atleta olímpico en los años 30, encasillado en los 40 y 50 en papeles de galán algo sosito, y cuya forma física a la sazón era aún bastante buena, pero que con cincuenta y tantos tacos quizá ya no era el actor más adecuado para que sobre él recayera casi todo el peso de la película, y que además lleva unos calzoncillos de color carne que cantan por bulerías en las escenas en que se supone va desnudo del todo. Resulta muy increíble que a este tipo le pase todo lo que le pase y que encima

Spoiler:

salga vivo de la situación, se cargue a varios guerreros nativos y hasta se haga amigo de una niña que pasaba por ahí y que en una ocasión le salva de morir ahogado

. Sin embargo (estuvo nominada a varios Oscars) la película que Wilde dirige, protagoniza y co- escribe a lo Juan Palomo sorprende por su crudeza, su desnudez -valga la redundancia- y lo directa que resulta, sin las típicas moralinas y maniqueísmos (aquí yo diría que, menos el innominado prota, todos son malos) que suelen ser habituales en las películas de acción-aventuras del período, y aunque presenta a los nativos como salvajes brutales -me pregunto si hay cierto subtexto anticolonialista, pues que los blancos tampoco salen muy bien parados, recordemos que estamos en los años sesenta, en plena descolonización y con la contracultura ya apuntando por ahí-, también tiene momentos en que estos son humanizados, no meros enemigos sin rostro. Probablemente merezca más de un visionado.

Yo la he visto también (la había visto hace años)

Recuerda un poco a Apocalipto (después del eclipse y los rituales de la piramide es basicamente la misma historia, una persecución de unos guerreros indigenas a un fulano al que quieren liquidar a toda costa)

Apocalypto no la he visto, pero, ya digo, yo creo que el precedente más claro de este tipo de películas (ésta, basada en un hecho real, como ya dije) es El malvado Zaroff. Creo que darían para un hilo entero: películas de hombres que corren. En las que cabrían: Perseguido, Almas de metal, el episodio de El mago negro de Ulises 31...

Apocalypto es genial, una de esas películas frenéticas que tienen en tensión todo el rato

Y tiene mucho que ver con esta de la presa desnuda (cambiando áfrica por la sudamerica precolombina)

SIN TREGUA (END OF WATCH)

Cuando empezó la película, me temí lo peor. Ese estilo simulando un documental con los protagonistas hablando a las cámaras y siguiendo su día a día me hizo pensar que sería algo así como el programa ese de COPS, pero con actores. Por suerte, ese aspecto formal se va suavizando, los personajes empiezan a interesarte (están estupendos tanto Jake Gyllenhaal como Miguel Peña), y te acaba enganchando. Además, tiene la virtud de que, pareciendo que el guión son simples viñetas o episodios inconexos, sin darte cuenta te están tejiendo una trama que acaba cobrando sentido. Hay que destacar la gran química entre los dos protagonistas, realmente te crees que son compañeros y amigos desde hace tiempo. Quizás hay algunos diálogos algo impostados buscando la naturalidad (algunos tacos parecen metidos con calzador), pero en general es recomendable.

Nota: 7.5

"La huida" de Stefan Ruzowitzky con Eric Bana, Olivia Wilde y Charlie Hunnam. Tras atracar un casino, dos hermanos, Adison y Lisa, sufren un accidente de coche en la huida muriendo el conductor. Para llegar a la frontera de Canadá se separan, pero ella conocerá a un boxeador recién salido de la carcel que huye al tener una pelea con su entrenador, sirviéndose de él para llegar a su destino y encontrarse con su hermano. La Policía les busca y se desencadenará un reguero de sangre. Un thriller que podia haber dado más de sí, aunque es entretenido.

Iniciado por MIK

...Aquí, en particular, con el retroceso que vivíamos respecto a todos los movimientos (contra)culturales, nos llegó (una pequeña parte, no sea que se formase un sindiós ) tarde y (mal) digerido por temibles auteurs televisivos como Valerio Lazarov (no pronunciéis su nombre tres veces frente a un espejo ) cuyos zooms, barridos y polarizados de imagenes podian provocar efectos secundarios en las mentes de algunos televidentes menos preparadas para semejante modernidad, al más puro estilo de los scanners cronenbergianos (aunque no hay pruebas concluyentes de ello)...

Sin ánimo de alargar el off topic, me parece muy bien traído sacar a colación al temible señor Lazarov. Ciertamente, esas musiquillas horteras y ramplonas son a la banda sonora lo que los zooms con mal de San Vito, teleobjetivos, lentes gran angular (incluido el temible "ojo de buey") para las imágenes (ya no digamos las televisivas: esas coreografías lazarovianas torturaron nuestro sentido del gusto durante años).

Estaría bien ese hilo sugerido de bandas sonoras inadecuadas. A ver si alguien se anima.

Iniciado por dead bill

"La huida" de Stefan Ruzowitzky con Eric Bana, Olivia Wilde y Charlie Hunnam. Tras atracar un casino, dos hermanos, Adison y Lisa, sufren un accidente de coche en la huida muriendo el conductor. Para llegar a la frontera de Canadá se separan, pero ella conocerá a un boxeador recién salido de la carcel que huye al tener una pelea con su entrenador, sirviéndose de él para llegar a su destino y encontrarse con su hermano. La Policía les busca y se desencadenará un reguero de sangre. Un thriller que podia haber dado más de sí, aunque es entretenido.

La vi anoche y no me gusto nada. Menudo psicópata el personaje de Bana que se carga todo lo que se mueve. El resto de los personajes ... psss ... tampoco es que les encontrara mucho sentido. Me decepcionó mucho.
Esta peli está hecha, como el que hace churros ... otro más.

Iniciado por Branagh/Doyle

ATENCIÓN. EL PRESENTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE TODA LA TRAMA. NO LEER SI NO SE HA VISTO LA PELÍCULA.


The Remains of the Day, James Ivory, 1993.

Maravilloso comentario Y película que adoro

El guión de la también novelista, y frecuente autora de los guiones de Ivory, Ruth Prawer Jhabvala exprime y convierte en imágenes la intrincada y bella literatura de Ishiguro para que Ivory, en inusitada plenitud, convierta ese guión en un filme verdaderamente excepcional, el mejor de toda su carrera con grandísima diferencia

A mí también me parece el mejor trabajo de Ivory, aunque todavía me faltan algunos por ver.

Una adaptación nada fácil, con todo, cuidada hasta el más mínimo detalle, filmada en impresionantes localizaciones de los más bellos parajes ingleses, y bajo la que late una nostalgia y una melancolía más susurradas que mostradas, y que por eso causan mucha más mella en el espectador

Totalmente de acuerdo. Es que incluso muchas tomas, y el modo de illuminarlas y mostrarlas, te llevan a la melancolía.

De la larga y desigual carrera de Anthony Hopkins, el papel del mayordomo Stevens es fácilmente uno de sus tres o cuatro más perfectos y sobrecogedores. Creo que muy pocos actores en el mundo hubieran podido dar vida a un personaje tan reprimido, tan impasible, y sin embargo tan atormentado en su interior. No es que Hopkins haga sospechar al espectador de los verdaderos sentimientos de Stevens de manera sutil, con una mirada o un tenue gesto. Es que Stevens, en todo el segmento del pasado, los enormes flash-backs que constituyen el eje de la historia, no deja traslucir absolutamente nada. Es un sujeto pétreo. Pero de ahí se deducen su soledad, su admiración por el ama de llaves, su frustración. Comportarse de manera inconmovible es su forma de ser, y mostrarse como una roca hasta en la tragedia de su padre o ante las lágrimas de la señora Kent, acontecimientos ante los que cualquiera reaccionaría, demuestran, por omisión, y con ella de una forma más nítida y dolorosa, su angustia anímica

Estuvo para llevarse todos los premios habidos y por haber. Para mí es, indiscutiblemente, uno de los mejores papeles de su carrera y un trabajo a la altura de muy pocos intérpretes.

A su lado, Emma Thompson está en el papel de su vida. Esta magnífica mujer y actriz no es que esté perfecta como la señora Kent. Es que es la señora Kent de los pies a la cabeza, y hay momentos fugaces que hacen estremecer, instantes inimaginables en los que acompaña a Hopkins: el primer encuentro entre ambos, la excepcional secuencia del libro en que ella lo acorrala contra la pared, la despedida, la secuencia con ella llorando detrás de la puerta, la escena final bajo la lluvia…

Ella estuvo maravillosa. No puedo imaginarme a otra actriz en ese papel, es imposible. Dos titanes en acción. La escena final bajo la lluvia es

Spoiler:

tan triste... Siento una rabia e impotencia cada vez que la veo. Pero claro, la película muestra perfectamente la personalidad de un hombre con un carácter férreo y que no sabe reaccionar ante sus propios sentimientos. Tantos años en las sombras, es lo que tiene

la evocadora música de Richard Robbins, tan persistente como la personalidad de Stevens; la pausada y sosegada, bajo la que palpita una tensión casi insostenible, puesta en escena de Ivory, hacen de este filme algo irrepetible

Magistral.