Breve comentario sobre tres films vistos este fin de semana:
Sicario, de Denis Villeneuve, confirmación de que el canadiense es de los directores más sólidos aparecidos en los últimos años. Aunque el tema de la película está ya muy manido (la lucha contra el tráfico de drogas entre Estados Unidos y México), la perspectiva que se adopta tiene su punto de originalidad: el de una mujer policía (una excelente Emily Blunt) superada por las circunstancias, manipulada por la CIA y por un turbio personaje (el de Benicio de Toro, en un papel a su medida), inmersa en una operación para descabezar al cártel de Ciudad Juárez. Como suele suceder en estos films, ni unos ni otros se andan con chiquitas ni los supuestamente "buenos" se muestran demasiado tiquismiquis con el respeto a la legalidad. Excelente imágenes, tensión máxima y una notable banda sonora.
Última sospecha, de Daniel Sackheim, director dedicado casi en exclusiva a las series televisivas (lo podemos ver dirigiendo episodios de House, de Life, de Juego de tronos, de The Walking Dead y de un larguísimo etcétera). Quizá eso justifica que estemos ante un thriller rodado de una manera bastante convencional, sin demasiada personalidad y previsible casi desde el minuto uno. Una adolescente (Leelee Sobieski) y su hermano menor se quedan huérfanos debido a la muerte de sus padres en accidente de coche. Unos amigos de la familia se ocuparán de ellos (el siempre inquietante Stellan Skarsgard y una madura Diane Lane), acogiéndoles en su lujosa mansión de cristal (de ahí el título original). Poco a poco, la muchacha va a empezar a sospechar que las buenas intenciones del matrimonio esconden otros intereses menos altruistas. De esas películas que seguro que olvidaré dentro de muy poco, pero que dan para un visionado más o menos entretenido.
La locura del rey Jorge, de Nichola Hytner (director de la recién estrenada The Lady in the Van), adaptación de la obra teatral de Alan Bennett. Nos narra el período de locura en que cayó el rey George III a finales del siglo XVIII. Como suele ser habitual en este tipo de producciones británicas, el placer se obtiene fundamentalmente del trabajo de los actores: Nigel Hawthorne (el rey), Helen Mirren (la reina), Ian Holm (el médico de métodos expeditivos que trata al monarca), Rupert Everett (el atontado pero ambicioso Príncipe de Gales), etc. Se descubre en el reparto a Rupert Graves, el Lestrade de la serie Sherlock.