Vista
El doblón Brasher, de John Brahm, adaptación de una de las siete novelas que Raymond Chandler dedicó al detective Philip Marlowe, “The High Window” (hay traducciones al castellano con títulos diversos: “La ventana alta” o “La ventana siniestra”). John Brahm (inmigrante alemán en Hollywood, de nombre Hans Brahm, huido como tantos otros del régimen hitleriano) fue un director sumamente interesante, que entregó un conjunto de películas muy atractivas, integrables en lo que denominamos serie B, en especial dedicadas a lo fantástico o al cine negro o de misterio. Además, se convirtió en uno de los más brillantes directores de algunas de las mejores series televisivas, como
Alfred Hitchcock Presents o
The Twilight Zone y muchísimas más. Sus films suelen destacar por una fotografía muy cuidada con predominio de las sombras, con una composición del plano que destaca ambientes barrocos, cargados, muy expresivos.
En este caso se trata de un ejemplo claro de cine negro siguiendo la estela de films canónicos como
El sueño eterno o
El halcón maltés. El detective Marlowe (que para esta ocasión está encarnado George Montgmery, un actor algo soso, pero que destaca por hacer lucir al personaje por primera y única vez un bigotillo que lo aleja de la imagen icónica del Bogart del film de Hawks) recibe el encargo de recuperar el doblón del título, una pieza de oro de gran valor.
Como casi siempre en estos casos, la búsqueda será una mera excusa para poner al descubierto las interioridades de una sociedad corrupta, malsana, ejemplificada por la alta sociedad angelina. La señora Murdock (la actriz Florence Bates, encarnando una madre que no hubiera desentonado en un film de Hitchcock), que es quien le encarga el caso, recuerda al general Sternwood de
El sueño eterno, y su hijo parece tan perverso y vicioso como la joven Carmen Sternwood. Vive en una mansión permanentemente azotada por el viento, lo cual dota al film ya desde la secuencia inicial de un cierto aire de extrañeza. En este caso no se cruza con el detective ninguna
femme fatale, sino que la protagonista es una chica de apariencia inocente, aparentemente algo inestable emocionalmente (Nancy Guild), lo que dará pie a un cierto toque romántico (o más bien a ciertas connotaciones sexuales bastante desinhibidas). La brevedad del film ayuda a redondear un trabajo modesto pero eficaz. Una buena película de serie B de la Fox.