A mí me pareció un tostón, casi una especie de recreación dramatizada de un juicio :sudor. En lo que no estoy muy de acuerdo es en la valoración que hace de Testigo de cargo, yo me lo pasé pipa con esa película :palomitas, y mira que no soporto a Tyrone Power, y mira que el personaje de la Dietrich no puede ser menos verosímil.
Yo he revisitado este finde
Masters del Universo (y de paso, he hecho unos cuantos dibujos bastante deleznables sobre el tema masteril :sudor). Probablemente estemos ante uno de los mayores pufos del cine de los ochenta, y de la historia del cine en general. Si a mí me llegan a llevar al cine a ver esa película con 8-11 años, probablemente me habría llevado un berrinche de los gordos y habría dicho que es la mayor tomadura de pelo de la historia. A ver, que si, que la Cannon era baratona. A ver, que sí, que tenía problemas de pasta :sudor. Pero es que en ningún momento se molesta en disimular su condición de pastiche, que ni siquiera cumple con el propósito con que fue creado, y encima de notarse que faltaba presupuesto, se ve que faltaban ganas. Títulos de crédito copiados de los de Superman. Una banda sonora que parece un clon de la de Star Wars. Un castillo de Greyskull cuyos interiores parecen la Estrella de la Muerte. Olvídense de ver los coloristas villanos que acompañaban a Skelletor: el 90 por ciento son una suerte de stormtroopers random, a los que hay que sumar a la Duquesa de Alba, al primo malo de Mr. Proper, a un lagarto desechado de la serie V y a una cosa con pelos. Gwyldor es quizá el alivio cómico más insoportable de la historia (si dejamos de lado al inefable Jar Jar Binks).
La película empieza con un rollo de voz en off en que te hablan de la lucha del bien con el mal, de la luz y las tinieblas, con una matte painting del castillo de Greyskull que parece casí una plataforma petrolífera abandonada. Mal asunto, cuando una peli empieza así, el noventa por ciento de las veces sabes que lo que vas a ver va a ser un rollo. Entra Skelletor en escena (un Frank Langella que da la impresión de ser el único que se lo debió pasar en grande haciendo esta película): muy cabreado y asustante, dando zancadas (¡qué bien anda Frank Langella :ansia!) y pegando cacharrazos en el suelo con el báculo de obispo. Suena igual que Drácula, pero levantado ése día de muy mala leche y puesto hasta las trancas de anfetas. Con todo, ése Skelletor con capa de terciopelo, ademanes draculianos injertados en el Fantasma de la Ópera, frases lapidarias y que da la impresión de disfrutar como un enano haciendo la puñeta, es de lo poquito salvable de la película. Y además tiene las mejores frases y momentos ("háblame, He Man, de la soledad del bien. ¿Es comparable a la soledad del mal?"). A años luz de ese Skelletor en plan mamarracha que salía en los dibujos de Filmation :cigarro. Pero resulta que Skelletor tiene que buscar la famosa llave cósmica -una de las dos que hay, él tiene la otra- para ganar la batalla definitiva y proclamarse...¡Máster del Universo..! Y para ahorrar costes, la película toma aquí probablemente la peor decisión que podía haber tomado y lo que hace que sea definitivamente una cosa fallida: hacer que los eternianos viajen a nuestra época, lo que nos deparará una sucesión de escenas ridículas y tópicas a la par que se nos muestra cómo se vivía en la
feliz América de la era Reagan. No faltarán la típica parejita pastelosa de chavalines jóvenes que se enrollan ni el típico policía que se cree muy duro y suelta frases del tipo: "Fulano, haz café que va a ser una noche larga". En el momento en que se trasladan al nuestro mundo, la película pierde todo el poco interés que tenía, y cuando una película de éstas te aburre, mal asunto. Apenas consigue éste reavivarse algo en el confuso y atropellado tramo final.
Dolph Lundgren tiene el carisma de un farol apagado, y sus cambios de peso y forma físicas son ostensibles a lo largo de la película (hubo varias pausas largas en el rodaje por falta de presupuesto). ¿Seguro que no había un actor un poquito mejor para hacer de He Man? Meg Foster como Evil Lyn puede pasar pero sin pasarse, y de lo demás (entre los cuáles está una jovencita Courtney "Mónica Geller" Cox), mejor no decir nada. Con todo, a día de hoy mantiene un cierto encanto nostálgico y camp.