Durante el primer mandato del PP, los acercamientos de presos etarras al País Vasco fueron habituales.
Antes de la tregua, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, acercó a 107.
Durante el alto el fuego de ETA, el Ejecutivo de Aznar aproximó a otros 155 internos de ETA, con el respaldo del Congreso de los Diputados, que votó a favor de una resolución que permitía una gestión flexible de la política penitenciaria.
Mayor Oreja ha recordado ahora, en un libro de conversaciones con un periodista, aquellas medidas "ingenuas" a favor de presos etarras que tomó siendo ministro: "Yo llevé mi propuesta de política penitenciaria a la reunión que teníamos los jueces por la tarde, en Moncloa, los que formábamos el equipo habitual, esto es, el presidente, sus asesores y yo.
El proyecto que llevamos me parecía coherente con nuestras posiciones, defendible ante la sociedad española, razonable.
Consistía en sesenta acercamientos de presos a la Península desde Canarias, Ceuta, Melilla, Islas Baleares y siempre con criterios individualizados".
En esa reunión hubo momentos de tensión muy fuertes porque la alternativa a su propuesta que hizo uno de los presentes -cuya identidad no revela- fue "la aproximación al País Vasco de los 500 presos, de todo el colectivo". Mayor Oreja asegura que su oposición fue "terminante" y reconoce que, al término de la reunión, que calificó de "desagradable y tensa",
Aznar le pidió que reflexionara para incrementar esos 60 acercamientos de presos de ETA a "una cifra un poco más redonda". "Fue la peor noche del tiempo que estuve en el Gobierno. Yo no sé si el presidente interpretó correctamente mis palabras. Yo le había dicho que yo no iba a ser un obstáculo, para nada, pero que yo no me reconocería haciendo una política contraria a mis convicciones. Yo creo que él nunca creyó que le estaba presentado la dimisión", señaló, tras recordar que
al final fueron 103 las aproximaciones de terroristas a la Península. Esas medidas no sirvieron para convencer a ETA, que rompió la tregua tras mantener contactos con Javier Zarzalejos, Pedro Arriola y Ricardo Martí Fluxá, representantes del Gobierno del PP. 23 personas fueron asesinadas por ETA el año siguiente a la tregua.