A mí es una de las que más me gustó de Fulci, actúan dos intérpretes interesantes, Mimsy Farmer y Patrick Magee, muy conocido por las películas de Kubrick.
El nombre es casi el único parecido.
Con la importancia que veo que siempre le das al doblaje huye de la versión Redux o aguantarás con ella minuto y medio, el doblaje es lamentable. Yo la compré a 1 euro cuando la dieron hace mucho con un periódico. Jamás he visto la original y ni siquiera sé si está editada más allá de VHS.
Últimamente estoy viendo películas en dos y hasta en tres días porque no tengo tiempo a terminarla entera en una noche. Lo malo de esto es que después algunos detalles se te pueden haber olvidado.
Una obraza maestraza, la chica está guapísima, es increíble lo que afeó en posteriores películas no mucho después, parece directamente otra persona. Terence Stamp haciendo de tío raro siempre está sublime, al igual que en Teorema de Pasolini.
Peter Weir ¡qué directorazo! ¡qué extraordinaria banda sonora del genio rumano Gheorghe Zamfir tiene Picnic at the Hanging Rock!
Y ya que cito a Rumanía, vamos con el rumano más conocido de todos los tiempos... Drácula. He terminado de ver ayer Blood for Dracula, de Morrisey. Aunque al inicio se puede pensar que estamos otra vez ante una nueva obra gay de culto (Drácula, entre otras cosas, se pinta los labios en primer plano mirándose a un espejo al que no se refleja) lo cierto es que está más próxima al lesbianismo o a la bisexualidad. Se trata de una película de importante carga sexual pero mucho mejor que la antes comentada Flesh for Frankenstein en todos los sentidos, repiten algunos actores de la anterior pero cuenta con mejores interpretaciones y varias caras conocidas o incluso muy conocidas. Entre los más famosos están Vittorio de Sica, que tiene un papel bastante breve, y ¡¡¡¡Roman Polanski!!!! haciendo otro papel aún más breve pero con varias líneas de diálogo, aunque ni tan siquiera está acreditado por lo que su presencia me sorprendió bastante. Dentro de las menos conocidas figuran Milena Vukotic (El discreto encanto de la burguesía), Silvia Dionisio (ex-mujer de Ruggero Deodato, que aquí es la "mejor vestida" de las jovencitas), Dominique Darel (actriz que debutó con Visconti en Muerte en Venecia y que falleció con sólo 28 años) y Stefania Casini (Suspiria, Novecento). A las dos últimas les gusta bastante tanto la carne como el pescado, además de desvestirse por completo y volverse a vestir, se pasan así toda la cinta. El título de la película en italiano (aunque se rodó en inglés) me gusta más Dracula cerca sangue di vergine... e morì di sete!!! que vendría a ser ¡Drácula busca sangre de virgen… y muere de sed!!, es decir, el conde parte desde Rumanía a por una esposa virgen y va a caer a un lugar donde hay las mismas posibilidades de encontrarla que si hubiera decidido entrar en Gran Hermano. Las situaciones cómicas están garantizadas, no estamos ante un película de terror y en ningún momento sigue a la novela de Bram Stoker, me pareció visible y entretenida pero olvidable.




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tendría que revisarla, pero se me resistió la primera vez. Por mí, queda Weir apuntado como próximo director a analizar.
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).
Lo del intermedio es otra cosa, es darle un respiro al espectador (y permitirle descargar la vejiga), pero es algo ya previsto por el director (o quizá por el productor), por lo que toda la estructura está pensada en función de ese corte, y el tiempo de suspensión de la tensión fílmica es reducido (normalmente no más de 15 minutos). El ejemplo de Lo que el viento se llevó es evidente: el final de la primera parte es en sí mismo uno de los clímax de la película (puede que hasta más recordado e impactante que el final mismo). Pero otra cosa es coger una película que no tiene previsto intermedio y cortarla por aquí o por allí a gusto del consumidor. Hay un caso curioso (que viví en primera persona hace años en Roma, en concreto viendo E la nave va, de Fellini), y es que en Italia (no sé si todavía es así) se solía hacer siempre un descanso hacia la mitad del film para que se pudieran comprar helados o golosinas, de manera que muchos directores italianos ya construían el ritmo de la película contando con ese corte (si no recuerdo mal, esto se explica en el díptico de Carlos Benpar: Cineastas contra magnates y Cineastas en acción).
. Y de hecho, como explican en el documental, cuando la primera restauración importante en torno a 2001, que se pusieron a recopilar información sobre las copias existentes, la de esta filmoteca argentina la pasaron por alto porque pensaron que no tendrían nada importante
.





