Tema: Las últimas pelis que has visto en casa

Iniciado por mad dog earle

Que conste que no la he visto (ni me atrae demasiado, sinceramente, si la pienso ver en algún momento es más por Villeneuve, de quien admiro Enemy y Prisoners, que por el tema). Pero un 7, aunque raspado, a mí me parece una buena nota. Será porque cada vez soy más reacio a "poner" excelentes o matrículas de honor a las películas.

Es un 7 por todo lo demás...Es un film como digo, muy ¨serio¨..Y eso se agradece..Pero no tiene ningún detalle de genialidad, ningún camino nuevo, el Concept Art, es el de siempre. No hay algo nuevo como el mundo Giger en Alien. El propio Cronenberg con su Body Horror. O sea, unas Ideas, Texturas, mundos ARTICULADOS. Ese, CREAR ALGO NUEVO...No lo tiene...

De Villeneuve, me gusta esas dos que has dicho, y también Sicario...Que está bastante bien, y adapta estupendamente un mundo tan contrario como el del guionista Taylor Sheridan....

Hay de hecho una escena muy parecida a Enemy...Con algo en las esquinas del techo de una habitación...Y no se ve nada...Lo sombrío e incluso lo oscuro, se tiene que ver...Como hace Vittorio Storaro...No un borrón, pequeño en el plano, que no está contrastado con el escenario, y si me apuras...En algunas escenas, no hay ni foco en planos generales..

Los planos generales, además de tener que tener una buena composición de escenario, los personajes, tienen que estar también bien colocaitos en la escena...Aquí te ponen el plano del desierto, y luego los personajes se mueven así...a lo campechano...Repito, Villeneuve no entiende ni donde está la fuerza de la escena...ni muchas veces la fuerza en el plano.

Esto es una explicaicón de por qué no es un film notabílisimo...Que debería serlo para mí, por una serie de motivos..Alguno de ellos subjetivo.

Iniciado por Synch

Hace unos días vi The Last of Sheila, película whodounit de 1973, con guión co-firmado por Stephen Sondheim, y que el compañero (y asesor musical) (late saturday night consulting producer) (a what?) Branagh/Doyle me recomendó hace unas semanas.

Vaya por delante que Sondheim aparte a mi el whodounit suele gustarme mucho. De hecho cualquier película con gente metida en un mismo sitio durante horas o pocos días, con mierda del pasado salpicando, y tal me mola. Pero si es whodounit, más.

Un productor de cine reúne a varios amigos a bordo de un barco, en un crucero por el Mediterráneo, para proponerles un juego de rumores en el aniversario del atropello y muerte de su esposa. Clinton, el productor, reparte unas tarjetas con un rumor que corresponde a cada uno de los invitados y cada noche, en una parada del barco, deben descubrir a quien pertenece. En una de esas paradas muere alguien y, claro, deben resolver el asunto.

De entrada decir que siendo de 1973 y con productores, guionistas y demás gente del mundo del cine, el film tiene un aire concreto, casi adelantando esos personajes de profusión cultural concreta y pijerio recurrente de los films de Woody Allen a partir de su colosal Interiors hasta la actualidad. Los personajes de Sheila destilan cierto aire superficial pero ese trasunto no es la chicha de los mismos sino la excusa para concentrarnos en lo que nos interesa: el juego y el asesino. Herbert Ross, director y productor, atina bien en ello, igual que Allen.

El guión, necesitado de mucho diálogo que logre anticiparse a las resoluciones del espectador (yo pillé al asesino/a pero, joder, creo que tampoco era difícil por la exposición del personaje) es rico en intercambios y sobre todo atina bien en la personalidad de cada uno. Pero esto se remata en las interpretaciones en las que destaco a James Coburn y sobre todo a Dyan Cannon, que clava su papel de descuidada-vivalavida.

El final, eso sí, me ha roto el esquema pero me mola que sea así. Atrevido.

Ah, esto a modo teatro... Ignoro si Sondheim incorporó lenguaje más apto para la escenografía clásica, o le salió solo, o se me va la pinza más de lo habitual (que ya es decir, me cago en todo).

PD: viva el puto mediterráneo.

Muchas gracias, Synch. La dirección y el montaje son un poco irregulares, pero obviamente el plato fuerte es el guión, que me parece una pequeña delicia. Hay diálogos que son muy Sondheim, pero bueno, esto ya lo irás notando más cuando vayas viendo más musicales suyos.


Ignoro si Sondheim incorporó lenguaje más apto para la escenografía clásica, o le salió solo, o se me va la pinza más de lo habitual (que ya es decir, me cago en todo).


No se te va la cabeza, no. Yo creo que le salió solo.


late saturday night consulting producer



Esto no tiene nada que ver pero me ha venido a la cabeza tras leerte esto. ¿Sabías que Howard Shore fue el director musical del Saturday Night Live entre 1975 y 1980, y fue entre otras cosas responsable de que los Blues Brothers (el dúo cómico musical formado por John Belushi y Dan Aykroyd) se llamasen así?.




Gracias de nuevo. Como entrante no ha estado nada mal. Los platos fuertes ya irán llegando.

Iniciado por C.Bethencourt

Una cónica...Se cogen dos conos y se unen en la punta...Y a esa figura se le hacer un corte oblicuo...Esa sección, es una hiperbola...O sea, ese dibujito.

No confundir con una hipérbole...Eso es otra cosa.

https://www.youtube.com/watch?v=jVgu3ieUXFU

I knew it. I knew it.

Iniciado por Alcaudón

I knew it. I knew it.

Sabía que lo sabías...

Sabía que tu sabías que yo lo sabía...

Iniciado por tomaszapa

El elenco de Un hombre para la eternidad es exquisito. Compara uno los supuestos elencos magníficos de hoy en día con el de esta obra y palidecen de manera extrema. Juntaban a veteranos enormes con jóvenes con mucho futuro.
Fred Zinnemann, aunque no lo he disfrutado en su justa medida, sí creo (como comenté un día) que está entre los selectos directores, entre los importantes de Hollywood.

El mismo Paul Scofield fue un intérprete en perpetuo estado de gracia, desde su nazi en "El tren" de Frankenheimer hasta "Quiz show" o el "The crucible" milleriano. Intimidante como intérprete.

Iniciado por Otto+

El mismo Paul Scofield fue un intérprete en perpetuo estado de gracia, desde su nazi en "El tren" de Frankenheimer hasta "Quiz show" o el "The crucible" milleriano. Intimidante como intérprete.

Quiz show es una película que me gusta mucho. Desde que vi el pase por el plus hace la tira de años (todavía tenía la llavecita y solo había un canal), me encantó el repartazo tan bueno. Esta es una de las que me gustaría tener en BD. Y bastante olvidada por mucha gente, por cierto.

Iniciado por tomaszapa

Quiz show es una película que me gusta mucho. Desde que vi el pase por el plus hace la tira de años (todavía tenía la llavecita y solo había un canal), me encantó el repartazo tan bueno. Esta es una de las que me gustaría tener en BD. Y bastante olvidada por mucha gente, por cierto.

Y eso que el director fue Robert Redford. En su día me gustó (la vi de estreno), sobre todo la interpretación de Ralph Fiennes, pero tendría que volverla a ver.

Ralph Fiennes dirigió una película que a mí me gustó mucho y que vi primero en el cine y luego me compré en DVD, THE INVISIBLE WOMAN (2013), con una exquisita Felicity Jones.



Y no deja de ser curioso que Kristin Scott Thomas hiciera de madre de la anterior.

The Curse of the Cat People


Peli denostada en su momento y lanzada como una secuela!! de La mujer pantera de J Tourneur.

Val Lewton se opuso a venderla como continuación...no entiendo porque se obró de esa manera.



Dirigida por Robert Wise es una historia plagada de magia,belleza y con un mensaje hacia esa infancia de amigos invisibles con la que más de uno se sentirá identificado.La fotografía es fascinante...pululan entre otros que aparecian en la peli de Tourneur y nada más que eso...el Oliver tan lelo como de costumbre eso sí y Simone Simon maravillosa amiga de Amy cómo Lewton quería títular la peli




En fin...

Combo total:

8/10

Iniciado por mad dog earle

Y eso que el director fue Robert Redford. En su día me gustó (la vi de estreno), sobre todo la interpretación de Ralph Fiennes, pero tendría que volverla a ver.

Es una gran película. A mi Gente corriente me pilló pequeñito (en esa edad estaba más por Parchís), pero estas dos seguidas que dirigió Redford, El río de la vida y Quiz Show, me subieron el hype de manera considerable La pena es que después vinieron pelis del tenor de El hombre que susurraba a los caballos. Nada que ver.

THE CURSE OF THE CAT PEOPLE siempre ha arrastrado la, para mi modesta opinión, injusta fama de ser uno de los títulos más flojos del ciclo Val Lewton. Y es una lástima porque es un título francamente interesante en el que repiten todos los protagonistas incluida la mujer pantera original, la ciertamente felina Simone Simon.

Iniciado por tomaszapa

Quiz show es una película que me gusta mucho. Desde que vi el pase por el plus hace la tira de años (todavía tenía la llavecita y solo había un canal), me encantó el repartazo tan bueno. Esta es una de las que me gustaría tener en BD. Y bastante olvidada por mucha gente, por cierto.

Y con cameo de Martin Scorsese

Hoy he visto una pendiente aprovechando que sigo tirando de FlixOle: El crack Dos

Casi que me ha gustado tanto como la primera. Es un casi de, pongamos, medio punto de diferencia pero vaya me ha dado la misma ración del combinado que tanto me gusta de la primera. Ese noir urbano, con esa melodía a piano (y saxo más tarde) que se va repitiendo pero que es tan letal, tan de suceder donde suceden ambos Crack: en el Madrid de 1981-1983, parece que siempre en meses de otoño-invierno, siempre en el bullicio inacabable de la ciudad (que Madrid sea urbanísticamente más desordenada que BCN creo que favorece esa sensación de jungla urbana en películas así, aunque BCN ha pegado bien para ese género también, esa Barcelona Sur de 1981).

Además Garci se regala en planos de la ciudad, a pie de calle, altos, casi siempre de noche, esos bares y cafeterías, aún muy lejos de los tiempos de modernizarlo todo y clonarlo a otras ciudades europeas (algo que ya empezaba a ser notable, claro, en los mismos 80 y sobre todo 90, y ya del todo 00s). Y, como siempre, perspectiva: Areta parece no disfrutar con lo que hace, ni donde vive, ni como vive ahora la gente etc Con su amigo hablan de boxeo de hace eones. Los tiempos modernos son una castaña. Bien pues eso es 1983, Movida a tope, ahora nostalgia total de la década o de esos años/ciudad, pero como siempre me gusta, en cada época es lo mismo: antes todo molaba, ahora ya no.

También me fascina como se recrea en imágenes del día a día, cocinas, salas de estar, cenas, comidas, bebidas, TV, radio... En este caso me afecta un poco porque soy del '77 por lo que mis primeros recuerdos son más o menos de esos años (pero lo fuerte me llegó en la 2a mitad de los 80, claro) y aunque soy de BCN, el tema urbano es muy similar. Aún así también me mola reconocer ese Madrid. Me acojona pensar que la 1a vez que fui (1997) y sobre todo cuando empece a ir MUY a menudo (2001) queda más cerca del Crack 2 (18 años) que de ahora (20...). La leche.

Para remate esta rodada y ambientada durante las Navidades. Y curiosamente potencia la sensacion alienada de Areta y todo se antoja triste y nostalgico.

El caso no afecta tanto en lo personal a Areta pero se le ve ya harto, pese a que vive con la madre de la niña que fallece, y lo que acontece es ya lo que necesita para abandonar. Atrevido Garci al dar el caso principal a una pareja homosexual.Y que Areta, que cuadraría con coñas y demás, no suelta ni una.

Estaría HORAS escuchando esta BSO de Jesús Glück:

Iniciado por Alcaudón

THE CURSE OF THE CAT PEOPLE siempre ha arrastrado la, para mi modesta opinión, injusta fama de ser uno de los títulos más flojos del ciclo Val Lewton. Y es una lástima porque es un título francamente interesante en el que repiten todos los protagonistas incluida la mujer pantera original, la ciertamente felina Simone Simon.

A la que tendremos ocasión de ver en el ciclo dedicado a Renoir.

Menschen am Sonntag (1930), de Robert Siodmak y Edgar G. Ulmer



Cierro la serie de comentarios sobre Fred Zinnemann volviendo al principio, a Alemania, para hablar de un film en el que el director austrohúngaro no aparece en los títulos de crédito, figurando como directores Robert Siodmak y Edgar G. Ulmer (ambos no tardaron a viajar a Hollywood). Junto a ellos, completando la nómina de futuros exiliados, Billy Wilder firma el guion, a partir de un reportaje de Kurt Siodmak (aquí con K), mientras que Eugen Schüftan se ocupa de la fotografía. El papel de Zinnemann, según algunas fuentes, fue el de ayudante de Schüftan, aunque suele ser habitual considerarlo también codirector no acreditado (como, según imdb, también lo fue Curt Siodmak y Rochus Gliese, el único que no recaló en Hollywood, aunque participó en algún film estadounidense, incluida una presencia no acreditada como director artístico en Sunrise, de Murnau).

La película, producida por Moriz Seeler (que aparece en los créditos como responsable de la “Leitung”) y al parecer Seymour Nebenzal para la productora Filmstudio 1929, fundada por Seeler, se rodó durante el verano de 1929 en Berlín, estrenándose en febrero de 1930. Un rótulo nos lo presenta como el primer ensayo o experimento (“Versuch”) de la productora y como un film sin actores (“Filmstudio 1929 zeigt seinen ersten Versuch. Menschen am Sonntag, ein film ohne Schauspieler”).

Ciertamente, los protagonistas de la leve trama argumental son cinco jóvenes (dos hombres y tres mujeres), identificados con sus nombres reales, sin experiencia previa como actores, lo cual le da a la película un cierto carácter de film amateur, unido al hecho de que era el debut en el cine (o casi) de la mayoría de los participantes en el rodaje (aunque alguien como Schüftan ya hubiera brillado en los efectos visuales de grandes títulos, como las languianas Die Nibelungen o Metropolis, Variété de Dupont o Napoléon de Abel Gance).

Esos cinco jóvenes son: un taxista (Erwin); la vendedora de una tienda de discos (Brigitte); el polifacético Wolfgang, que se nos informa que ha sido “oficial, granjero, anticuario, bailarín” y “actualmente viajante de vinos”; Christl, extra en una película; y Annie, una modelo. Se nos presentan durante un sábado, en el cual Wolfgang conoce casualmente a Christl y la invita a una excursión dominical, a la cual se sumará su amigo Erwin y la amiga de Christl, Brigitte, mientras que Annie, que vive con el taxista (¿es su mujer, o son pareja sin vínculo matrimonial?) se quedará todo el día en la cama.



Llega el domingo y los cuatro, dos chicos y dos chicas, se desplazarán a Nikolassee, y desde allí al Wannsee (de triste recuerdo, porque fue en su orilla donde el régimen hitleriano tomó la decisión de aplicar la “solución final” a los judíos), una zona lacustre berlinesa, en donde se concentra un gran número de “domingueros”: familias, jóvenes, deportistas… en busca de diversión y aire puro, lejos del ajetreo de la gran capital.

Durante la jornada dominical, que como el resto del film tiene un marcado carácter documental, los cuatro jóvenes se bañarán, tomarán el sol, escucharán discos, comerán y tontearán, especialmente Wolfgang que, sin escrúpulos, probará primero de seducir a Christl y, ante el rechazo de la chica (que le da un tortazo cuando intenta besarla), se concentrará con más éxito en Brigitte.





Toda la película tiene un aire ligero, luminoso, estival, aunque con un poso un tanto triste o melancólico, especialmente por lo evanescente de ese amorío de fin de semana y los celos que despierta la actitud complaciente de Brigitte en su “mejor amiga” Christl.

De vez en cuando, la película amplia el foco y nos muestra imágenes, decididamente documentales, de indudable interés histórico y sociológico, sobre las diversas formas de pasar el domingo de los berlineses. Imagino que para un berlinés este film será un tesoro para recordar (algo difícil ya, por motivos de edad) o descubrir el pasado de la gran capital, más si uno tiene presente el estado de Berlín después de la II Guerra Mundial (que estos días he evocado con la serie Los vencidos/Shadowplay). Hay una clara vocación de experimentar con la cámara, en la línea de films como Berlin - Die Sinfonie der Großstadt, de Walter Ruttmann. Por ejemplo, mediante un carrusel de primeros planos de personas que están siendo fotografiadas por un fotógrafo callejero, series que acaban siempre con una foto congelada del modelo.

La relación entre Wolfgang y Brigitte se anima durante un paseo entre los árboles, cayendo uno en brazos del otro, besándose.



La cámara empieza a moverse encuadrando los alrededores (en los cuales hay una acumulación de suciedad que contrasta) y volviendo a la pareja, con lo que se elude hasta dónde han llevado la relación, un brillante off visual (se puede jugar a pensar que ha sido imaginado por Wilder, siguiendo la estela del gran Lubitsch). El día se completa con un paseo por el lago con un bote a patines y la vuelta a Berlín, con la promesa de Wolfgang a Brigitte de volverse a ver el domingo siguiente… pero Erwin le comentará a su amigo que el próximo domingo tienen previsto ir al fútbol. Una ironía final que desvanece el tono romántico, de inicio de una relación amorosa, que parecía presagiar la jornada.

La película, finalmente, se cierra con imágenes del lunes, de la vuelta al trabajo, a la cotidianidad. Un rótulo nos advierte: “4 Millionen warten auf den nächsten Sonntag”, o sea esperan el próximo domingo. El ciclo vital se reproduce mecánicamente semana tras semana.

Hay un detalle divertido para cinéfilos: Erwin y Annie tienen la habitación donde viven decorada con numerosas fotos de actores y actrices. Durante una discusión, Erwin ensucia de crema de afeitar una foto de Willy Fritsch, protagonista de la languiana Spione, que hemos comentado recientemente en el hilo del vienés. Como represalia, Annie corta la foto de Greta Garbo.






Por último, hay que destacar que no se ha conservado la totalidad del metraje. Según se nos advierte, la longitud original era de 2.014 metros. Se encontró una copia en los Países Bajos (el negativo se da por perdido) de 1.615 metros, que se han completado hasta los 1.839 con fragmentos de distintas procedencias. Quizá en ese 10% que nos falta se justifica que Wolfgang aparezca a partir de un determinado momento con la camisa rota, justo después de su aparte con Brigitte. Por otro lado, la película, muda, se presenta con una banda sonora orquestal elaborada en 2000 por Elena Kaets-Chernin, bastante acertada, aunque quizá demasiado ampulosa en algunos momentos (hay incluso fragmentos cantados por una voz femenina).

Y, a todo esto, ¿dónde queda Zinnemann? Pues, lo cierto es que no lo sé. En todo caso, su participación en este film nos puede dar una pista del interés sobre lo documental que mostró a lo largo de toda su carrera. Recordemos que su primer largometraje fue Redes, rodada en México, con un fuerte componente documental, y que antes de desarrollar su carrera en Hollywood como director de películas de larga duración se dedicó durante años al cortometraje documental o didáctico. Quizá, en definitiva, y en resumen, podríamos señalar a Zinnemann como uno de los directores clásicos que más reflejó en su obra una originaria querencia por lo documental, desde la cual se puede revisar su filmografía.

Iniciado por Otto+

Y con cameo de Martin Scorsese

Cierto. Era el alto ejecutivo de Geritol, la patrocinadora del concurso y la que tenía la sartén por el mango. Contaba Robert REdford que lo eligió para el cameo a Scorsese por su forma de hablar rápida, que le pusiera su puntito de personaje amenazador, pero que esa dureza estuviera combinada con clase.

Y una breve coda final sobre la revisión de la obra de Zinnemann. Es posible que, de forma inadvertida, la mayoría tengamos en nuestra videoteca uno de los cortos que el director austrohúngaro filmó antes de empezar su carrera como director de largometrajes en Hollywood.

Se trata de The Old South, un breve documental que, recurriendo a la representación ficcionada, nos habla de la historia del oro blanco del Sur de los Estados Unidos: el algodón, generador de gran riqueza que justificó el traslado de mano de obra esclava de las costas africanas a Norteamérica. Se trata de un corto que acompañaba la proyección de Gone with the Wind, y que ahora suele encontrarse en los extras de las ediciones de la película. Lo cierto es que el mensaje divulgativo del corto no creo que pase los estándares actuales sobre la cuestión, con una escena de una familia negra separando las semillas de la fibra de algodón que no puede resultar más tópica (comentario sobre las sandías incluido), de cierto aroma racista. Todo ello para, a continuación, mostrarnos al "héroe", blanco por supuesto, Eli Whitney, el inventor de la desmotadora, que permitió un crecimiento exponencial en la producción de algodón... lo cual requirió de más esclavos. Y eso que se trata de un corto dirigido por Zinnemann, un director de origen judío al que podemos situar, creo que sin duda, dentro del ala progresista de Hollywood.

Iniciado por tomaszapa

Cierto. Era el alto ejecutivo de Geritol, la patrocinadora del concurso y la que tenía la sartén por el mango. Contaba Robert REdford que lo eligió para el cameo a Scorsese por su forma de hablar rápida, que le pusiera su puntito de personaje amenazador, pero que esa dureza estuviera combinada con clase.

Hablando de cameos y de Scorsese, ayer revisé la tercera parte de The Godfather, con el nuevo montaje de Coppola, y aprecié la presencia de la madre de Martin, Catherine, en una breve secuencia en un café. Mamá Scorsese fue un poco como la madre de Almodóvar, una presencia habitual en las películas de su hijo (o, como en este caso, de su amigo Coppola).

Había visto muchas veces enumerado ese extra en la edición de Lo que el viento se llevó (tengo varias en todos los formatos), pero no sabía de su autor. Me lo apunto, mad dog.

Iniciado por mad dog earle

Hablando de cameos y de Scorsese, ayer revisé la tercera parte de The Godfather, con el nuevo montaje de Coppola, y aprecié la presencia de la madre de Martin, Catherine, en una breve secuencia en un café. Mamá Scorsese fue un poco como la madre de Almodóvar, una presencia habitual en las películas de su hijo (o, como en este caso, de su amigo Coppola).

Sí. Conocía de la faceta de actriz de mamá Scorsese. Salía también en Hechizo de luna, de Norman Jewison. Pero sin duda, todo el mundo la recordamos por Uno de los nuestros. Tan bonachona, y hacía de madre del excesivamente violento Joe Pesci. Tienen momentos de absoluta brillantez, mezclando humor y violencia. Y antes que lo hiciera Tarantino.

Esa de ¨Gente en Domingo¨?..De Siodmack, la vi en su día como revisión del cine alemán del género ¨híbrido¨...

Me gustaría pensar que fue una inspiración de la escena de la rodilla de la obra maestra, falangista y española, ¨Rojo y Negro¨...Habría que preguntarle a Arévalo. Pero algo de esa luz en el campo me hace conectar los dos films.

Ya hemos comentado en otras ocasiones que esto de la cinefilia a veces exige un peaje elevado, derivado de un afán completista de raíz profundamente masoquista. Esta introducción viene a cuento por un par de visionados que me he programado esta semana, un par de films de esos que a los pocos minutos uno se pregunta por qué demonios está sentado delante de la pantalla (grande o pequeña, para el caso da lo mismo) viendo aquello, impresión que ya es agónica al final del film, al que uno llega por razones que requerirían de una sesión psiquiátrica para aclararlas.

Pacific Rim (2013), de Guillermo del Toro



En honor de la verdad, reconozco que en este caso si la película hubiera durado 30 o 40 minutos menos todavía la aceptaría como una propuesta más o menos entretenida, aunque desde luego no de mi gusto. Pero no, Del Toro no puede evitar esa tendencia elefantiásica del cine contemporáneo del “caballo grande, ande o no ande”.

Sin negarle al mexicano una indiscutible competencia para manejar un proyecto de estas características, de compleja y costosa producción, y efectos especiales a troche y moche, me queda la pregunta a quién interesa una propuesta como esta. Supongo que la respuesta, quizá la del propio Del Toro, es: a aquellos que, desde niños, se han sentido atraídos por los films japoneses de monstruos (“kaiju”), como Godzilla, Gamera y compañía, y probablemente también a los amantes del cine de superhéroes, tan de moda desde hace años, o a los habituales de los videojuegos.

Como no siento ninguna nostalgia infantil por ese cine japonés (aunque alguna vi en mi infancia, en la segunda mitad de los 60), ni me interesa el mundo de los superhéroes, ni creo haber pasado de los comecocos en lo que a videojuegos se refiere, y la tendencia del cine actual a las odas de “ruido y furia”, todo acción y trompazos, me producen un cierto dolor de cabeza, la experiencia con el film de Del Toro fue más bien negativa. No ayudó tampoco el reparto, salvo el siempre solvente Idris Elba, porque ni Charlie Hunnam (casi tan inexpresivo como Ryan Gosling, aunque reconozco que un poco más simpático) ni Rinko Kikuchi pasan de ser meros comparsas dentro de un argumento de lo más plomizo.

A ver qué dice el compañero tomaszapa de esta de su admirado Del Toro.

Tenet (2020), de Christopher Nolan



Pero si Pacific Rim no me gustó, pero la soporté entre bostezo y bostezo y miradas al reloj, lo de Tenet ya fue un mal viaje. Aquí sí que no encuentro explicación ni justificación a mi capacidad de aguante, porque pocas veces he visto un film más pretencioso, vacío e ininteligible.

La pretenciosidad, con los años, se ha mostrado como una característica esencial de la obra de Nolan, incluso presente en sus primeros (y, para mí, en su día, interesantes) films, como Memento o The Prestige, pero con su trilogía dedicada a Batman y, sobre todo, con Inception la cosa empezó a salirse de madre, aunque al menos encontrábamos en sus films momentos de cierta belleza visual. Pero lo de Tenet no tiene excusa: un guion absurdo, con secuencias en las que los protagonistas verbalizan el galimatías argumental (a base de tiempos inversos, pinzas temporales, paradojas “del abuelo”, etc.) que anonada al espectador, supongo que para intentar que no haya deserciones en la sala; unos efectos especiales que usan y abusan, ad nauseam, del recurso de las imágenes hacia atrás, que ya utilizaba con muchísima más gracia Georges Méliès hace más de un siglo, y, last but not least, unas interpretaciones penosas, empezando por el sosísimo John David Washington (lejos, de momento al menos, de las prestaciones de su padre), siguiendo por Robert Pattinson (que ha tenido momentos mucho más logrados en los últimos años) y acabando por la indescriptible personificación de un mafioso ruso que nos regala Kenneth Branagh, con acento eslavo impostado incluido (en esto de los acentos, Branagh sigue también la senda de Laurence Olivier, gran actor que nos deleitó los oídos con algunos de los acentos extranjeros más ridículos de la historia del cine). En medio de todo ese desaguisado, uno celebra la aparición de Michael Caine… lástima que sea tan breve que casi es un visto y no visto. En fin, seguro que hay adoradores de este film, como en general de Nolan, pero a mí no solo me ha parecido un film horrible, sino que hace que me replantee si lo que me gustó en su día del británico en Memento no era el germen de este guiso incomestible. Al final acabaré pensando que su mejor película es un film, en cierto modo bastante impersonal, como es Insomnia, un discreto thriller, remake de una película noruega.

Dos zascas como dos tortas de Algarrobo Y son dos películas con mucho fanático detrás. A mi particularmente, ninguna de las dos me desagrada, pero tampoco va mucho más allá del aprobado. Creo que tienen, ambos directores, cintas mucho mejores.

Iniciado por tomaszapa

Dos zascas como dos tortas de Algarrobo Y son dos películas con mucho fanático detrás. A mi particularmente, ninguna de las dos me desagrada, pero tampoco va mucho más allá del aprobado. Creo que tienen, ambos directores, cintas mucho mejores.

¡Que valiente has sido mad dog earle!... a mi la primera (Pacific Rim) no me desagrada, quizás sí se haga un poco larga; la segunda (Tenet) no me he atrevido a verla aún porque no me atrae demasiado su trama (o su destrama...) ni el reparto me dice nada...