El viernes ví Mientras seamos jóvenes con Ben Stiller y Naomi Watts, a mi me gustó y a mi mujer no.
http://i.imgur.com/dywoTXJ.jpg
Creo que esta película le gustará a los que les gustan las películas de Woody Allen. Una película curiosa y diferente.
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El viernes ví Mientras seamos jóvenes con Ben Stiller y Naomi Watts, a mi me gustó y a mi mujer no.
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Creo que esta película le gustará a los que les gustan las películas de Woody Allen. Una película curiosa y diferente.
El sábado vi Golpe de Estado. Mi hermano la vio en el cine el año pasado y comentó que estaba bien.
Me sorprendió ver a Owen Wilson en una película no cómica. Y lo hace realmente bien!
http://i.imgur.com/vuLFVHU.jpg
Dios que sufrimiento de película!!!
Tenemos dos hijos pequeños y la película es un continuo sufrimiento (eso significa que está bien hecha).
Me recordó a Guerra mundial Z por la agonía en alguna escenas.
Si tienes hijos menores de 10 años: Sufrimiento nivel 10 garantizado
Si tienes hijos mayores: Sufrimiento nivel 8 garantizado
Si no tienes hijos: Agonía a ratos
Al acabar la película, te planteas si hubiera sido mejor no haberla visto, porque te queda un mal cuerpo de narices.
MUY RECOMENDABLE
El domingo, siendo la semana que mas películas veía seguidas (jueves, viernes, sábado y domingo!) vimos en familia La gran aventura de Winter el delfín 2 la cual tenía pendiente desde hace bastante.
http://i.imgur.com/7yXX4zz.jpg
Mi mujer, que fue la que dijo, "vamos a ver una peli todos juntos", al ponerla dijo "ESA NOOOO" y luego la disfrutó como una niña! incluso llorando en algunas escenas (yo también estuve apunto de hacerlo).
A mi hija de 6 años le encantó y mi hijo de 3 pasó de la peli a los 30 minutos.
Recomendable (película de media tarde)
Revisada Looking for Eric, de Ken Loach. El combativo director inglés entregó, a partir de un guion de su colega habitual, Paul Laverty, un auténtico cuento de hadas proletario. Un cenizo/ceniciento, Eric, cartero de profesión, vive obsesionado con su primera esposa, a pesar de los muchos años transcurridos desde su separación, de la cual se siente responsable. Ahora convive con dos hijos adolescentes, de otra madre, y un mar de problemas. Para ayudarlo a la hora de recuperar su autoestima se le aparece una hada madrina con la forma de Eric Cantona (!!!), el célebre e indómito jugador francés del Manchester United, su ídolo (Eric decora su habitación con un enorme póster del futbolista). Cuando uno de sus hijos se ve inmerso en un grave conflicto con la ley, por su vinculación a un gángster de pacotilla, consigue resolver la situación gracias a la inyección de orgullo que le ha insuflado Cantona y a la ayuda de sus amigos (la mayoría carteros) y colegas de hinchada. Es lo más parecido a un film de Capra que he visto en años, donde un grupo de hooligans cerveceros hacen el papel de los gángsters que ayudaban a la Annie de las manzanas de Un gángster para un milagro, o demuestran la misma solidaridad de los habitantes del pueblo de Bedford Falls en ¡Qué bello es vivir!. De paso, Loach demuestra que sus propuestas más logradas son aquellas en que se mueve dentro de los ambientes proletarios, en especial si le añade ciertas dosis de humor (abundantes en este caso), como en Riff-Raff, Raining Stones o The Navigators, aunque estos tres títulos tienen un fondo amargo que no se encuentra en Looking for Eric, quizá uno de los films más optimistas de Loach.
Revisada también Calma tensa, de Phillip Noyce, basada en una novela de Charles Williams que estaba detrás de uno de los muchos proyectos frustrados de Orson Welles, The Deep. No sé lo que quería hacer Welles con este argumento (creo que hay una versión inacabada que no he visto), pero Noyce entrega un consistente thriller, con un angustiante por momentos ménage à trois entre un psicópata convincentemente interpretado por Billy Zane, y un matrimonio atribulado por la reciente pérdida de su hijo (Sam Neill, tan sólido como casi siempre, y una Nicole Kidman, prebótox, juvenil y turgente), confinados los tres en medio del Océano Pacífico. Hay varias escenas de tensión, algunas con alto voltaje erótico, que obligan a seguir el metraje, bastante ajustado, con notable inquietud. Un buen producto de género.
Quinta entrega del ciclo conradiano (en esta ocasión, he dado preferencia a títulos de la etapa silente): El estudiante de Praga. Remake de una película de 1913, que en mi opinión, supera ampliamente (sí, ya se hacían remakes en aquella época), y que conocería una nueva versión aún en 1935, también digna del visionado.
Sé que ya la he comentado varias veces por aquí, pero es una película que sencillamente no puedo dejar de admirar. El toque casi nosferatiano a lo Murnau con que está rodada, la ambientación romántico-Biedermeier, la historia con elementos del William Wilson de Poe y de Fausto, la pareja Caligari-Cesare reunida de nuevo, el aire de fatalidad e insatisfacción tan germánico que rezuma :ansia... Por supuesto, es otra de esas películas antiguas que requieren de una restauración urgente.
Poco puedo añadir que no haya contado ya. Un estudiante que no tiene donde caerse muerto, Balduin (un excelente -y muy guapo- Conrad Veidt), está harto de la vida que lleva, que básicamente consiste en francachelas con los amigotes en Biergärten y en batirse en duelo. Taciturno y a la vez nervioso, casi como esos dandies de Baudelaire (efectivamente, es un personaje egoísta y excesivamente centrado en sí mismo: toda la historia del reflejo en el espejo es una metáfora cristalina -nunca mejor dicho- del carácter y peripecia de este personaje), forma un vivo contraste con sus más alegres y despreocupados compañeros. Nada le importa la admiración de que es objeto por ser el mejor espadachín de Praga, ni el cariño desinteresado y sincero que por él siente Lyduschka (Eliza La Porta, en una interpretación fresca y atractiva, en contraste con los bastante acartonados Agnes Esterházy, bastante convencional como la condesa Margit y Fritz Alberti y Ferdinand Von Alten, como su padre y prometido, respectivamente), una pobre florista. Quiere progresar socialmente, y para ello, nada mejor que casarse con una rica heredera. Un extraño personaje, Scapinelli (un muy inquietante y sarcástico Werner Krauss, que por desgracia, aparece muy poco), le proporcionará los medios para que pueda cumplir sus sueños, a cambio de un sorprendente precio. Pero los tratos con entidades diabólicas se pagan caros, muy caros, como pronto descubrirá nuestro estudiante.
Además del típico tema de los pactos faustianos, muy germánico, está también aquí presente el tema del doble, propio de la literatura del siglo XIX (El doble de Dostoyevsky, Frankenstein, el Dr. Jekyll y Mr. Hyde...) y que también aparece en otras películas del período (no hay más que pensar en la María maligna de Metrópolis). Pero aunque las acciones del doble de Balduin resulten negativas para él, no puede calificársele de maligno. Es más bien un molesto recordatorio, al estilo del William Wilson de Poe, de lo que ha perdido para siempre al firmar su diabólico pacto con Scapinelli. Llama también la atención el retrato de la curva de degradación que emprende el estudiante una vez ha suscrito su pacto con Scapinelli: las riquezas no le han servido para comprar aquello que ansiaba poseer, la mujer amada está cada vez más lejos de él y se convierte progresivamente (también por las acciones de su doble) en un hombre solitario y aislado que acabará trágicamente. Si la mayoría de la película llama la atención por el estilo romántico, poético e introspectivo en que está rodado, con imágenes que evocan pinturas de artistas de la época como Carl Gustav Carus o Georg Friedich Kersting, la escena de la taberna es sórdida y grotesca, netamente expresionista, formalmente, al igual que el tercio final de la película -fantasmal, angustioso y atropellado-, muy innovadora y casi experimental, recordando a pinturas de Ensor o Gerog Grosz o similar, con su aire de caos y decadencia. Sin duda alguna que el oscuro Henrik Galeen, su director, hoy oscurecido y recordado casi exclusivamente por su contribución e Nosferatu, es uno de esos directores a descubrir. La escena con Scapinelli encaramado en lo alto de una loma y moviendo las manos como si tirara de hilos invisibles es simplemente impresionante, -rematada por un plano al estilo de la pesadilla de Ellen en Nosferatu- y debió entrañar considerables dificultades técnicas en su día para lograr que todo lo que demás pasa en esa escena se moviera de manera coordinada. Otro tanto puede decirse de la aparición de su sombra en la pared de la torre donde se entrevistan Balduin y la condesa Margit (quizá el único personaje absolutamente puro e inocente de ese mundo donde descubriremos tanta intriga, tanta hipocresía, tanto egoísmo y tanta bajeza) y que marcará la corrupción de Lyduschka, quien hasta entonces, había amado a Balduin con un amor tan inocente y puro como el que Ellen sentía por Hutter en Nosferatu.
Obra maestra desconocida.
Aciago día cinéfilo:
El amante del amor, memez de título en castellano para referirse a L’homme qui amait les femmes, de François Truffaut. Como si de un Jean-Pierre Léaud entradito en años se tratara, pero conservando todas sus cualidades más irritantes, Bertrand (Charles Denner) babea por las señoras a lo largo de un metraje largo, casi eterno. Afortunadamente es algo más circunspecto que los habituales personajes interpretados por Léaud y no se dedica a preguntar sandeces del estilo “¿Las mujeres son mágicas?”, como pasaba en La noche americana. La película, como La condesa descalza, arranca con el entierro del protagonista, al cual asisten sólo mujeres, las innumerables amantes acumuladas a lo largo del tiempo. Su pasado lo conoceremos a través del recuerdo de alguna de ellas y de la propia voz de Bertrand (a veces parece que Truffaut fuera incapaz de narrar nada sin el soporte de la voz en off), que a lo largo del film elabora un libro (titulado como la película) con sus experiencias. Bertrand es un tipo más bien gris y poco atractivo que por razones que sólo Truffaut debía comprender consigue establecer relaciones con todo ser viviente con faldas que se cruza en su campo visual. Su obsesión parte de un cierto fetichismo por las piernas femeninas, quedando todo lo demás en un inconsistente segundo plano. Al final, tan prodigioso don se ve abortado por un estúpido accidente, digno colofón a una vida sin demasiado sentido. Si no fuera porque Truffaut entrega un film blando, algodonoso, a menudo empalagoso y algo viscoso, el retrato de esta persona trastornada, esclavizada por una obsesión que, de hecho, le impide llevar una vida satisfactoria, podría haber dado para un film más que interesante, porque de fondo se adivina una tristeza, una melancolía en el personaje digna de haberse expuesto con mayores argumentos. Pero Truffaut se queda en la superficie. A destacar la aparición de una veterana Leslie Caron, otra más de sus conquistas.
Y de un protopsicópata a un psicópata con todas las de la ley: El asesino de muñecas, de Manuel Madrid (acreditado como Michael Skaife). Supongo que para algunos este engendro puede ser tenido por una película de culto, pero para mí su visionado ha sido como un “mal viaje”, lleno de imágenes distorsionadas y absurdas, de un ridículo descomunal. Se trata de la penosa historia de un asesino en serie (Paul, interpretado por David Rocha), que el film viene a justificar por el hecho de que su madre le obligó a vestirse de niña y a jugar con muñecas como substitutivo de una hermana prematuramente fallecida (vaya, psicoanálisis de ir por casa). La película, decididamente marciana, sitúa la acción en un lugar cercano a Montpellier, con personajes de nombre anglosajón (Paul, Audrey, John, Robert), aunque en realidad está rodada en Barcelona, de la cual se utilizan como marco de la acción lugares tan emblemáticos como el Park Güell o el parque de la Ciutadella. Impagable la interpretación de David Rocha (histriónico no, lo siguiente) y alucinantes las pintas de unos supuestos hippies entre los que reconocemos, con peluca, a Enric Majó. La estupefacción llega al límite cuando sin venir a cuento aparece un grupo de músicos acreditados como Amores. Sólo se salva algo de la quema la joven Inma de Santis, una malograda actriz que siempre me pareció bastante desaprovechada.
"Aciago día cinéfilo"... :mparto...
A mí me basta con leer las opiniones que dan otros de ciertas películas :D:
Cita:
Yo maté a una Barbie adolescente.
El asesino de muñecas.
Seguimos con el ciclo cutreconero en imperfecto orden. Esta vez nos vamos a otra joya del cutre terror español salchichero. La mas celebrada obra del genial (a lo pedorro) Miguel Madrid (alias Mr. Skaife).
La peli nos va a contar con poco arte y mucho delirio (tremens) la historia de Paul, un hijo de jardinero y a la vez asesino en serie al que le horroriza la sangre. El muy sarasa gañán está traumatizado porque de chiquitín le daban muñequitas en vez de toñejas y balones de furbo.
La peli es una verdadera locura, en el aspecto técnico es un auténtico despatarre, desenfoques, montaje epiléptico, escenas rodadas con el arte de un gorila esquizofrénico, número musical chiflado... El actor principal se debía meter cosas muy, muy caras, la música es propia de tortura de la inquisición, la historia delirante y mas, y mas...
Como resumía el sr. Viruete: Una película de esas que te dejan con el culo no ya torcido, sino fuera de la geometría euclidiana: El asesino de muñecas, una joya por descubrir que poco a poco está adquiriendo estatus de culto, dado el elevado número de disparates y escenas WTF (manda cojones) que incluye su metraje. Un giallo rarísimo repleto de gore, necrofilia, mariconería e ideas de bombero.
http://yulifero.blogspot.com.es/2015...olescente.html
Cita:
Un joven estudiante de medicina, posee la enfermedad mental de la doble personalidad. Durante las vacaciones de sus padres, los jardineros de la mansión de una sexy aristócrata (en realidad es el parque Güell de Barcelona), este se queda a cargo de los jardines, y se dedicará a matar a las parejas que se cuelan ahí a follar, ataviado de una horrorosa mascara, y una peluca. Como una de sus perversiones, es destrozar muñecas, contrae amistad con un niño de nueve años, malcriado y pirómano, que se dedica también a machacar muñecas.
Pronto, todo devendrá en un triangulo amoroso entre nuestro protagonista, la aristócrata y su hija, que acabará teñido en sangre.
Como en anteriores películas de Madrid, cuesta un poco hacer una sinopsis. Pero, hela ahí.
Si la película se sostiene, sin hacer aguas del todos lados (aunque el mismo producto en sí, es una botella de agua, y no de “Solan de cabras” precisamente), es por dos factores; Uno, su protagonista, David Rocha, sobreactuador de profesión, gritón y aullador de aspecto amariconado, con el que no podemos parar de reírnos. Su interpretación, no es exagerada… es lo siguiente a ese calificativo. Hay dos momentos que el actor perpetra, cercanos al delirio: Uno es cuando su madre, en una escena en la que explica a la aristócrata que el chaval les ha salido nenaza porque tiene alergia a la sangre, le acerca un conejo despellejado que van a cocinar, y este pega un sonoro alarido, saliendo escopetado como si de un “Looney Toon” se tratara. El otro momento, es cuando recién proclamada su amistad con el niño rarito, se acercan a la orilla del estanque a coger unas piedras. Se supone, que David Rocha, entra en una especie de trance, toma contacto con su otra personalidad, la que asesina… Bien, con la serie de aspavientos que hace el actor, no sabemos si quiere matar al niño, si quiero follárselo, o solo manosearlos. Increíble. En cualquier caso, da asco, grima y pena al mismo tiempo.
El otro factor importante, es el estético. Todo lo referente a ambientación, iluminación, atrezzo, con todas esas muñecas colgadas, llenas de mierda, medio rotas unas, otras carbonizadas… ¡Uf! ¡Que mal rollo! Una fotografía oscura y totalmente cerda, que por momentos, resulta turbadora, con todos esos maniquíes convenientemente ataviados. Todo muy artie. Se podría montar un corto muy experimental, con ciertos planos de esta película.
Lástima que una (maravillosa) total incapacidad para hacer las cosas bien, manden todo lo competente al garete, pero por otro lado, es eso precisamente lo que hace que yo tenga estima a esta peli, no lo otro. ¡Que viva don Miguel Madrid! alias Michael Skaife, para internacionalizar su nombre y vender mejor la película.
http://aquivaletodo.blogspot.com.es/...e-munecas.html
Desconocía estos comentarios, como desconocía la película. :sudor:sudor Veo que coinciden en la valoración del film, con una diferencia: en algún caso, como me temía, se acaba considerando una película de culto. No soy adicto al chapoteo por la variante más trash del cine, y lo que a algunos les produce unas irrefrenables ganas de carcajearse a mí más bien me induce a un estado depresivo del que intentaré recuperarme a la mayor brevedad posible con un poco de cine, no de chacinería psicotrópica.
Hace mucho de la última vez que vi L'homme qui aimait les femmes, pero el recuerdo que tengo de ella desmiente palabra por palabra todas tus impresiones (excepto la que hace referencia a la traducción del título, claro). Cuestión de gustos, supongo.
Por cierto, ayer vi La piel suave (La peau douce, 1964). Magnífica película y extraordinaria edición en BD de Artificial Eye.
Yo tampoco, ni entiendo esa admiración, casi como si fueran ciertas películas de culto, hacia ciertos tipos de cine, pero me parto y me mondo leyendo algunos comentarios :D. Como decía el gordo de la tienda de tebeos en Los Simpson, yo no pienso salir con todas esas mujeres, pero me basta con verlas en vídeo. Pues éso, que yo no pienso desperdiciar mi tiempo con esa clase de películas, pero me basta con saber que existen.
No creo que se trate de desmentir o confirmar nada, en todo caso de estar de acuerdo o en desacuerdo, tu visión del film será distinta a la mía, aunque si hace muchos años que la viste, y por lo que comentas de La piel suave parece que te gusta Truffaut, quizá podrías revisarla, haber qué tal, y nos lo cuentas. En todo caso, apreciaría que aportaras algun comentario en la línea de defender esos aspectos del film de Truffaut que yo, indudablemente, he criticado.
Mi "excusa" para verla respondía a lo que comentamos el otro día sobre ver reflejadas las calles y los ambientes de nuestras ciudades en películas añejas. Esta ya tiene sus buenos 40 años, lo que pasa es que el uso que se hace de Barcelona no es para nada realista, ni pretende situarnos en un lugar y un tiempo concreto. Se aprovecha simplemente el carácter monumental y según como inquietante de la arquitectura de Gaudí (la del Park Güell) y de otros espacios singulares de la ciudad (aparece un palacio modernista que diría que es el Palau Güell, también con la impronta gaudiniana). Lo que sí se adecúa a la perfección con la época son ciertos peinados y el vestuario: eso sí es terror puro, mucho más que las payasadas asesinas del psicópata de turno. No comprendo cómo, los que la padecimos, pudimos sobrevivir a esa estética sin padecer secuelas psicológicas graves (o quizá sí que las padecemos...:sudor).
Hola a tod@s,
Cuando despierta la Bestia,pelicula sobre Hembras Lobo:digno,la verdad me parecio pobre,
recurre bastante a mostrarnos planos PRECIOSOS de las costas de Dinamarca...su Mar...todo muy bello la verdad,con una fotografia muy bonita...bien rodado todo...,pero si la historia no llega a nada ¿a donde vamos?.
es una especie de historia de amor sosa adolescente,
Spoiler:
no quiero Spoilear mucho tampoco de lo poco interesante que la pelicula tiene.
entretenida,se puede ver.
CRIMSON PEAK (2015, LA CUMBRE ESCARLATA), co-producida, co-escrita y dirigida por Guillermo del Toro.
Con un excelente reparto (Mia Wasikowska, Jessica Chastain, Tom Hiddleston), LA CUMBRE ESCARLATA es una atractiva cinta romántico/terrorífica de impecable factura visual, con una excelente fotografía de Dan Laustsen que recuerda poderosamente las texturas cromáticas del gran Jack Asher en LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN, DRÁCULA, LA MOMIA o LAS NOVIAS DE DRÁCULA (todas ellas del inmarcesible Terence Fisher) o de Mario Bava de LAS TRES CARAS DEL MIEDO (su gran obra maestra) pero que denota en su libreto notorias carencias para articular un relato que bebe de demasiadas fuentes (Poe (LA CAÍDA DE LA CASA USHER), Hitchcock (ENCADENADOS), la literatura gótico/romántica del siglo XVIII-XIX, etc) y que acaba cayendo en lo previsible y que acaba por lastrar el conjunto.
En definitiva, una película que promete más que lo que ofrece, con un estupendo reparto, una soberbia fotografía, unos espléndidos decorados y una hermosa partitura, pero que acaba dejándonos un regusto amargo, por no haber exprimido al máximo todos esos elementos para conseguir un relato más contundente y, por qué no, más terrorífico.
:cigarro
"Lobezno inmortal" de James Mangold, con Hugh Jackman y Tao Okamoto. Un retirado Logan en las montañas recibe la visita de una joven japonesa que debe llevarlo a Tokio para ver a un conocido del pasado. Allí le sucederá algo que cambiará sus poderes regenerativos con la posibilidad de morir. Una cinta entretenida, que se basa en los comics Marvel de Chris Claremont y Frank Miller.
Buenas noches, foreros.
Acabo de terminar de ver "El autobús atómico".
En los 90 solía emitirla tve1.
Ayer vi El desafío (The Walk) en 3D, dos horas de entretenida película.
http://i.imgur.com/eUS3ED2.jpg
Había momentos en que me decía para mi mismo, pero si no pasa nada! Pero la verdad es que sabe guardar la tensión.
En el menú del BD, donde se ve la imagen de arriba, es impresionante en 3D, da hasta vértigo!
Eso sí, en 2D creo que perdería la mitad de la magia que tiene y pasaría de ser decente a normalilla.
Saludos!!
Supongo que ya estás al caso de que hay un documental estremecedor sobre la hazaña de Philippe Petit: Man on Wire.
Las alucinantes aventuras de Bill y Ted................Stephen Herek.
Estos dias volvi a ver esta pelicula que hacia mucho tiempo que no me acordaba bien de ella,pues tipica pelicula ochentera con un jovencisimo Keanu Reeves y Alex Winter.
La pelicula no es nada del otro mundo,una comedia entretenida con sus puntos tipica que se hacian en los 80 sobre todo destinada al publico adolescente,con refencias al mundo del rock de la epoca y donde los personajes para aprobar un examen de historia en el instituto viajaran por varias decadas de la historia de la humanidad conociendo a personajes de dichas epocas y ayudaran en su examen.
Una pelicula para pasar el rato con ciertos momentos divertidos y recordar aquellas comedias ochenteras.
"El asesino de muñecas" es indescriptiblemente mala. Lo mejor es que hay varias sorprendentes semejanzas con la muy superior "Trampa para turistas" (1979).
"Cuando despierta la bestia" es curiosa, pero algo gélida, previsible, blanda. Es un mix entre "Ginger Snaps" (no me gusta) y "Wolf Girl" (esta si es buena).
http://www.anakinovni.org/images/moy..._des_loups.jpg
EL PACTO DE LOS LOBOS (2001) de Christophe Gans.
1755. En pleno macizo central montañoso francés de Lozère, una extraña bestia ataca y mata principalmente a mujeres y jóvenes, provocando el miedo en toda la región. Grègoire de Fronsac (Samuel Le Bihan) y su fiel escudero nativo americano Mani (Mark Dacascos), llegan a la zona, intentando desentrañar el misterio, tras el que puede estar un complicado complot político, promovido por nobles y señores de la región.
http://visiondelcine.com.ar/wp-conte...013/08/dcd.jpg
Superproducción francesa, con cierto eco comercial en su día, que propone una aparente inflamada heterodoxia, en la que se dan la mano un punto de terror, con la aventura tradicional, el drama cortesano, un estilo de acción de “cine moderno”, artes marciales incluidas, hasta –por ello mismo- cierto tono Western y Samurai. La amalgama conceptual y visual, resulta simpática, aunque la verdad es que al final no satisfactoria EMHO, pues en su locura arbitraria se pierde densidad, una historia que está pidiendo a gritos un tratamiento sobrio, crudo y de misterio no prosaico (léase más ambigüedad). Pero no digo que sea un error, es lo que la sensibilidad de Gans podía (debía) llevar conscientemente a cabo. Simplemente no es para mí.
Pero la peli es entretenida, pese a que se pase de duración, y su envoltorio –fotografía, vestuario, ambientación- es de un lujoso agradable para los sentidos. Monica Bellucci rompiéndolo todo –como siempre- con su carnosidad, y las siempre intrigas novelescas que parecen dar más empaque a cualquier cosa. Curiosa, pero no me convence. De cómo luce la “Bestia”, mejor pasar.
http://www.dark-stories.com/eng/cryptozoo/Gevaudan.jpg
Grabado de la época, con recompensa por la captura del Monstruo
http://endeavors.unc.edu/sites/defau...east_jouve.jpg
Más interesante y estremecedor me parece el caso histórico real del que parte. Como niño rarete :cuniao, leía vorazmente cualquier cosa de tema paranormal (fueran fantasmas, Ovnis, yeti o Nessie) y de la llamada “La Bestia de Gevaudan”, también mucha lectura. Hay mil teorías sobre el animal que a lo largo de tres años, acabó con más de cien personas, atacando incluso a plena luz del día, con numerosos testigos. Desechando lo sobrenatural, que creyó el pueblo (hombre lobo o demonio) y el tipo disfrazado, que muchos aún creen, pero me parece ridículo, tanto porque no creo idiotas y ciegos a las docenas de testigos, para confundir un animal con alguien de disfraz Scooby Doo, como por los informes forenses de las víctimas, mostrando mordiscos y laceraciones, obra sin duda, de un animal. Ahora, ciertamente resulta difícil creer que un animal se embarque en tal carnicería humana masiva y que rehúya tanto tiempo todas las batidas de caza, incluidas las que envió el Rey Luis XV para peinar toda la región. Y para enturbiar más el asunto, algunas “casualidades” concernientes a varios personas de la zona, difíciles de tragar. No soy dado a creer en complicadas conspiraciones, pero todo resulta demasiado raro… aunque por eso, fascinante. Por cierto, en mi pueblo ocurrió, en 1720, un caso vagamente similar (mucho menos estrambótico, claro) a lo de Gevaudan. Si fuera director de cine, lo llevaría a las pantallas :D
https://johnknifton.files.wordpress....-yes.jpg?w=460
Monumento en recuerdo por los que lucharon contra el bicho.
Continúo con mi particular ciclo Truffaut, y en esta ocasión, después de haber criticado varios de sus films, es de justicia que alabe la que, junto a Los 400 golpes, es en mi opinión su mujer película: La habitació verde. Por una vez, fondo y forma se entrelazan a la perfección: una fotografía gris, fúnebre, triste, invernal de Nestor Almendros, que nos escamotea la luz del sol, de forma casi asfixiante, con predominio de colores marrones y negros, se adecúa a la perfección a una historia extremadamente melancólica, basada en varios textos de Henry James (el guion lo firman Truffaut y uno de los colaboradores habituales, Jean Gruault, a partir, según los créditos, de “temas de H.James”).
Han pasado diez años desde el final de la Gran Guerra. Julien (Truffaut, en una magnífica composición actoral, en la que su hieratismo e inexpresividad sirve a la perfección al personaje) es el colaborador de un pequeño periódico de provincias, que está a punto de cerrar (sus subscriptores se van muriendo, lo que conlleva que devuelvan a la redacción los ejemplares enviados con la palabra estampada “décédé”, “fallecido”). Es, en palabras del director de la publicación, un “virtuoso de las necrológicas”, la sección en la que habitualmente participa. Julien vive por y para su mujer, fallecida justo después de la guerra, en la que él participó como artillero. Sus mejores amigos perdieron la vida durante la contienda, lo cual lo ha llevado a instalar en su casa, en esa habitación verde del título, una especie de santuario, de marcados tintes necrófílos, dedicado a la mujer y a los amigos. A pesar de la atracción que despierta sobre Cecilia (Nathalie Baye), una joven solitaria que trabaja en una casa de subastas, Julien no vive para los vivos, sólo para los muertos, por lo que la relación entre ellos es imposible, o en todo caso sólo factible a través de compartir ese peculiar culto mortuorio. Durante una noche de tormenta (que otorga al film un aire gótico muy pertinente) se inicia un fuego en la habitación verde, a consecuencia del cual queda muy dañada. Posteriormente, una noche en que visita la tumba de su mujer y accidentalmente se queda encerrado en el camposanto, descubre allí una capilla en ruinas que servirá para sus propósitos: construir un santuario que acoja a todos “sus” muertos, un lugar donde colgar sus retratos y encender una vela para cada uno, a la espera de que alguien encienda la última, la que completará el santuario, la suya.
Impresionante, sobrecogedora. Además, todo fluye: un magnífico montaje que utiliza a menudo como forma de cierre de las secuencias lentos fundidos en negro; una banda sonora excelente, rescatada de un compositor francés del XX, Maurice Jaubert, muerto en 1940 y que compuso la banda sonora de L’Atalante; unas interpretaciones contenidas y ajustadas (qué lejos está, por ejemplo, Nathalie Baye de algunas de sus otras participaciones en películas de Truffaut). Por una vez, además, Truffaut prescinde de la narración en off, algo que le hubiera agradecido en muchas otras ocasiones. La película sirve, además, para desvelar algo que creo que está presente en toda su filmografía, pero siempre de manera muy disimulada: una profunda tristeza, una melancolía casi desesperada, que Truffaut se encargó de esconder, de sepultar, a menudo bajo capas de trivialidades y de jovialidad impostada. Si este film apunta quizá hacia dónde podía haber evolucionado el cine de un Truffaut ya maduro, lamentablemente seis años después, en 1984, fue él mismo el que pasó a engrosar el panteón de Julien. Confío que alguien le encendiera una vela.
Es curioso, pero en Francia hay una gran cantidad de historias y leyendas populares sobre licántropos que, sin embargo, nunca han hallado (al menos hasta donde yo sé) plasmación en la literatura culta a cargo de grandes escritores, como sí ha ocurrido, por ejemplo, con las historias de fantasmas en el ámbito británico. Me viene ahora a la cabeza la aterradora historia de Jean Grenier, un niño licántropo que a principios del siglo XVII, manifestó haber matado a más de cincuenta personas. Ahí habría material para un película de terror realmente siniestra.
Leyendo un día estadísticas sobre ataques mortales de lobo con numerosas víctimas, me sorprendió mucho la cantidad de casos existentes en la historia de Francia, muchos más que los de todos sus países circundantes. Algo en la comida o en el ambiente allí los debía volver locos, o algo:cuniao. Lo que pasó en Gevaudan fue un pico extremo, pero no el único pico, ni el carente de "explicaciones", en su tiempo, relacionadas con el loup garou (hombre lobo).
En cuanto a la literatura, está Claude Seignolle (nacido en 1917), interesado en todo lo oculto y folklorico de la campiña francesa, que creo que escribió un puñado de historias licantrópicas, aunque solo he leído dos: un pequeña maravilla de novelita llamada "Marie la Loba", entre el realismo poético inquietante, con algunas ráfagas de horror; y el relato corto "Le Galoup", ya abiertamente oscuro y truculento, que está muy bien.