https://www.youtube.com/watch?v=GufAHzhNcS8
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Por ponerle alguna "pega" a la banda sonora de Batman, quizá es que no hay un tema definido para el Jóker. Encontramos el vals de la Catedral mientras baila con Vicky y algunas notas mientras recorta las fotografías con Bob (por cierto genial el plano aéreo de Burton con los recortes en el suelo, bailando con el recorte de Vicky, reflejando lo loco que está :cuniao). No obstante, es algo que se puede identificar con el personaje, aunque me parece muy divertido y me sigue gustando más que el de Nolan.
Esto lo soluciona Elfman en Batman Vuelve, con temas muy reconocibles para el Pingüino y Catwoman.
El tema de Catwoman : "Selina Transforms", es una maravilla. Elfman capta con la música perfectamente el estado psicótico del personaje. PIEZON :babas
https://www.youtube.com/watch?v=qNDNwgiK8vk
Esos violines desquiciados -y a a vez, sensuales- que parecen tanto lamentos como maullidos de gato :hail...
Sin embargo, tal vez se podría considerar un acierto el que no haya tema concreto para el Joker. Esto casi refuerza el carácter poliédrico y mutable del personaje, su caos implícito. Para mí, la pega principal de la BSO de la película son las cancioncitas de Prince, no sé si una imposición de los productores, un intento de vender mejor la película o qué. Por lo menos no se oyen mucho y no llegan a ser insidiosas.
Veamos. Una serie de puntualizaciones.
Quizá no os parezca que salga lo suficiente, pero el vals ES el tema del Joker, sin duda alguna (junto con un montón de motivos indirectos, como pueda ser el Beautiful Dreamer y un montón de música incidental bufonesca).
El gran mal de hoy en día con el aficionado medio , es el extendido pensamiento de que porque una obra no posea temas con estructura definida o poca carga melódica, o bien que no sean tarareables, tiene carencias. Y eso, con el debido respeto, no es así. De nuevo se confunden preferencias personales con estructura/necesidad narrativa. Se buscan temas pegadizos, una escucha agradable y potita. Y de nuevo con el debido respeto, a efectos narrativos la escucha aislada importa un pimiento. Esto es música de cine, y ha de contribuir a narrar lo que se quiere contar. Y por cierto, Elfman tiene toneladas de música incidental, más allá de los temas puntualmente otorgados.
¿Acaso es peor el trabajo de Hans Zimmer y James Newton Howard en la saga Nolaniana por carecer de una estructura motívica clásica? No, no lo es. Y no lo es porque la aproximación músical a este no se hizo desde el punto de visto superheroico e incluso de personaje, sino que refuerza su carácter simbólico. Batman es una idea. Una idea poderosa. De modo que cada vez que Batman entra en escena suena el motivo de dos notas ascendente Zimmeriano. (ya sabeís: TAAAA-TANNNNNNNN), y ya, junto con lógicamente la música de acción cuando toca.
Luego hay eso si, varios motivos melódicos dedicados a explorar la psique de Bruce Wayne (cortesía de JNH). ¿Por qué? Porque el personaje, la visión de Nolan, va de Bruce y lo que le lleva a hacer lo que hace. Batman y su evolución, su mera existencia, son consecuencia directa de la experiencias vitales de Bruce. Y la música refleja eso. Puede parecer parecer de perogrullo recalcar eso, pero es lo que es.
En TDK, en palabras de Nolan, el Joker llega, pone patas arriba la realidad existente y se va por donde ha venido. Como el tiburón de Spi. Así que tiene todo el sentido del mundo que su tema sea un ruido fluctuante indefinido y metálico (por cierto, no son guitarras eléctricas como podría pensarse, sino chelos, gran idea musical perversa, el espíritu Joker, corrompiendo también instrumentos puros y nobles) . ¿Molesta? Si. ¿Perturba? Si. Esa es su función. Todo el score queda contaminado desde ese momento por estos sonidos discordantes, perdiendo por tanto gran parte de la carga melódica que Begins poseía. Incluso el motivo más luminoso, el de Harvey Dent, no tarda mucho en desaparecer. Todos sabemos por qué.
¿Es por ello una peor aproximación que la de Elfman, simplemente porque el trabajo del primero sigue una estructura tradicional superheroíca y por tanto es más espectacular y agradable al oído. No. La música en su cedecito NO importa.
Ambos son grandes ejemplos de música al servicio de la historia y los personajes.
Parece que estamos todos de acuerdo, no obstante, en que Prince sobra en el Batman de Burton.
:)
Hans Zimmer ya lo decia en los extras de The Dark Knight:
'I don't want make a music for a happy blockbuster'
Yo también he identificado siempre el vals como el tema del Joker, creo que va mucho con el Joker teatral (en el buen sentido de la palabra) que interpreta Nicholson.
Y muy de acuerdo con el compañero Brannagh/Doyle en cuanto a la banda sonora de la trilogía de Nolan (como siempre, magníficamente analizado y explicado :palmas). Cuando a veces hemos comparado las bandas sonoras de Burton y Nolan, yo siempre digo lo mismo: como música en sí me puede gustar más la de Elfman, pero no querría que el Batman de Nolan tuviera la música de Elfman, porque no encajaría. La de Zimmer y Newton-Howard es perfecta para su versión, y eso es lo importante. Y en concreto el tema del Joker en TDK me parece de una efectividad emocional e ideológica brutal, una auténtica genialidad.
Y sí, las canciones de Prince me sobran en Batman 89, y además datan la película en una época precisamente cuando la ambientación intenta ser atemporal. Parece ser que fue una imposición de los productores.
Ojo: Notese que en mi post anterior no hablo en ningún momento de calidades musicales, NI DE GUSTOS, que os veo venir. :P
:abrazo
Yo sí que veo algún toquecito ochentero en el Batman de Burton (el de 1992 me resulta más estilizado e intemporal), sobre todo en cosas como el vestuario de Vicky. Muy curioso éso que comentáis eso del vals como el tema del Joker: yo nunca lo había visto como tal, y del uso de los violoncelos en la BSO de TDK. ¿No es un poco la idea de cómo se corrompe algo bonito y romántico -un vals- al asociarlo a la maldad del Joker? ¿No estaría un poco la misma idea en los dos temas de los dos Jokers? Del mismo modo en que los creadores del personaje usaron la imagen de algo bonito y simpático -un payaso- para crear algo terrorífico y horrible...
Creo que ha quedado muy claro. Por eso decía que yo diferencio entre que me guste más la de Elfman como música, y que la de Zimmer y Newton Howard sea perfecta para la trilogía de Nolan, y tenga una gran eficacia tanto emocional como narrativa.Cita:
Ojo: Notese que en mi post anterior no hablo en ningún momento de calidades musicales, NI DE GUSTOS, que os veo venir. https://www.mundodvd.com/images/smileysb/lengua.gif
https://www.mundodvd.com/images/smileysb/abrazo.gif
No, yo no he dicho eso. No me disgusta que salga poco, pega muy bien con el personaje, pero sí que no me parece tan identificable como el tema de Batman. Casi todo el mundo lo conoce, como el de Superman. Con el del Jóker sólo los entusiastas de la película. El público general tengo más dudas. A mí me encanta, pero no lo veo muy identificable, o menos no como el de Batman. Los del Pingüino y Catwoman lo son mucho más.Cita:
Quizá no os parezca que salga lo suficiente, pero el vals ES el tema del Joker, sin duda alguna (junto con un montón de motivos indirectos, como pueda ser el Beautiful Dreamer y un montón de música incidental bufonesca).
El tema del Jóker de Nolan es coherente con lo que Nolan quiere, pero me levanta dolor de cabeza. Me quedo con el de Nicholson de largo.
Sí, claro que es un acierto, yo pienso igual; pero ya te digo que no lo veo muy identificable.Cita:
Esos violines desquiciados -y a a vez, sensuales- que parecen tanto lamentos como maullidos de gato ...
Sin embargo, tal vez se podría considerar un acierto el que no haya tema concreto para el Joker. Esto casi refuerza el carácter poliédrico y mutable del personaje, su caos implícito. Para mí, la pega principal de la BSO de la película son las cancioncitas de Prince, no sé si una imposición de los productores, un intento de vender mejor la película o qué. Por lo menos no se oyen mucho y no llegan a ser insidiosas.
Fíjate que los violines simulan maullidos de gatos. Fascinante.
Sí, los pocos toques ochenteros corresponden a Vicky. Creo que hace tiempo posteamos aquí un interesante artículo que explicaba que la película tenía lugar en una especie de 1947 perpetuo, y Vicky era como una visitante de los 80.
El uso de violines en ambos casos puede ser casual, porque yo creo que los dos acercamientos musicales se corresponden con dos acercamientos al personaje muy diferentes. El Joker de Nicholson es más teatral, extravagante. Habla de arte, va siempre impecablemente vestido y peinado y corteja a mujeres. El Joker de Ledger es como una fuerza del mal en estado puro, casi una idea más que una persona, su sola presencia inquieta. Por eso me parece que con el de Nicholson encaja ese vals que refleja una idea más clásica y teatral, y con el de Ledger va más ese inquietante "zumbido" que alude a nuestra psique.Cita:
Muy curioso éso que comentáis eso del vals como el tema del Joker: yo nunca lo había visto como tal, y del uso de los violoncelos en la BSO de TDK. ¿No es un poco la idea de cómo se corrompe algo bonito y romántico -un vals- al asociarlo a la maldad del Joker? ¿No estaría un poco la misma idea en los dos temas de los dos Jokers? Del mismo modo en que los creadores del personaje usaron la imagen de algo bonito y simpático -un payaso- para crear algo terrorífico y horrible...
Sí, sé que te gusta más el de Elfman. El "Descent into Mistery", si no me equivoco, es tu tema favorito de todas las de Batman, pero yo creo que, siendo coherente el de Zimmer con la trilogía de Nolan, parece que ha calado menos en la cultura popular. El de Elfman es como el Superman de Williams, que ya es todo un himno del personaje, ¿no crees?
Bueno, los temas de Williams y Elfman llevan más tiempo con nostros, y además son marchas melódicas que es más fácil que queden en la mente. Pero al mismo tiempo, he observado que en poco tiempo la música de Zimmer y N-H para la trilogía está presente en muchos trailers, programas de tv, está siendo muy imitada... creo que ha encontrado también su hueco. Habrá que ver si con el paso del tiempo alzanzan un estatus similar.
Ah, pero, ¿aquí hablábamos y tratamos de cine - y todas las disciplinas creativas adyacentes, como arte multidisciplinar formal que es- a nivel del público general? Desconocía.... ¿No somos un foro especializado? Identificable... en que no lo ves identificable? Cómo el de Superman... ah, ok. Tarareable y retentivo a nivel de popularidad y de cómo ha calado en la gente... ¿en serio?. ¿Para qué me molesto en explicar nada? ¿Has leído mi post entero? ¿Y en cualquier caso, el que no sea retentivo, lo hace menos bueno? No entiendo.
La negrita de tu post ... ¡¿p-pero.... pero no dije en mi post anterior que no hablaba de gustos?! (Suspiro).
Un abrazo, Jack. Sigamos debatiendo así. :). Se nota que tengo dos semanas libres ¿no? :P
Sí, yo también lo escucho, pero creo que el tiempo será el que lo diga. Hasta el momento, las de Elfman y Williams son las más populares, sobre todo la de Williams, pero por una sencilla razón: lamentablemente Batman no está tan instalado en la cultura popular como Superman, por lo que tiene que sonar más a la fuerza. No hay casi nadie que no lo conozca.
:descolocao Esto no es un foro para gente solo especializada, que yo sepa aquí entramos a hablar de lo que nos gusta y apasiona, que es el cine y, en este caso concreto, sobre Batman, que es de lo que trata el post. He dado mi opinión personal sobre un gusto completamente SUBJETIVO, sin entrar en análisis formales. ¿No se puede?
Y, por cierto, ¿cuándo he dicho yo algo negativo al Batman de Zimmer? Te rogaría que me lo citaras, porque en ningún momento he dicho nada malo. ¿Qué tendrá que ver que me levanta dolor de cabeza para reconocer su calidad musical?
Creo que Jane se refiere a que en ambos casos se emplea algo bello que queda corrompido por la entidad malvada que es el Joker. En el primer caso, que un hermoso vals se utilice como tema del personaje no deja de tener mala leche irónica , y en el segundo, unos chelos asemejan ser guitarras eléctricas, siendo despojados de su condición de instrumento noble. El Joker de Nolan corrompe la música al igual que la realidad de la película. Me parece una idea meta fascinante.
Ya digo, una reflexión mu bonica :P la de Jane.
:)
Ya sabía yo... Vamos a ver. Si yo en mi post hago un análisis formal y comento por qué me ambas aproximaciones musicales me parecen correctas (yo tampoco he entrado a valorar calidades, ojo), y tu me rebates con tus preferencias personales, pues no procede. Por nada del mundo he dicho que no puedas hacerlo (¡faltaría más!) sino que en este caso concreto me parecía un poco fuera de lugar.
Pido disculpas si el fragmento que me has citado en negrita ha quedado un poco elitista; por supuesto que aquí puede postear quien quiera independientemente de su grado de conocimientos, pero a lo que me refería es que no se puede medir la calidad y el nivel de identificación musical con un personaje tomando como baremo su afincamiento a nivel popular, mucho menos aquí, que es donde tenemos la oportunidad de profundizar sin que nos miren raro. Es como medir la calidad de una película por la taquilla. Sencillamente no se puede.
Y por cierto, ¿en que momento he dicho yo que tú hayas dicho algo malo del Batman de Zimmer? No soy consciente.
Un abrazo, Jack, de verdad. Y te dije que no te molestaras.
Ah, ok, había entendido que relacionaba ambos temas por lo instrumental. En efecto, puede que en los dos casos se dé la vuelta a un elemento. Lo que pasa es que lo veo más claro en el caso del vals de Nicholson, que sí tiene una serie de connotaciones sobre la belleza y la civilización (de la misma manera que el Joker pintarrajea obras de arte y desfigura a Alicia).
No veo que en el caso de la pieza de Zimmer se perciba tanto esa "corrupción" del elemento, es tan abstracta la pieza que no te da a pensar "han cogido un sonido clásico y le han dado la vuelta".
¿Pero cómo que no procede? No es así tampoco. Vamos a ver, yo a lo único que te he "rebatido", y lo pongo entre comillas porque no es así, puesto lo único que he hecho es ACLARARTE mis argumentaciones sobre el tema del Jóker. Nada más, no mezcles las cosas.Cita:
Ya sabía yo... Vamos a ver. Si yo en mi post hago un análisis formal y comento por qué me ambas aproximaciones musicales me parecen correctas (yo tampoco he entrado a valorar calidades, ojo), y tu me rebates con tus preferencias personales, pues no procede. Por nada del mundo he dicho que no puedas hacerlo (¡faltaría más!) sino que en este caso concreto me parecía un poco fuera de lugar.
Lo vuelves a mezclar, la última vez que te lo explico: ¿Cuándo he medido yo la calidad musical en función de su popularidad? Si lo único que he dicho, en una conversación con Marty, es que me parece menos famosa, con menos calado que la de Elfman, lo cual no quiere decir ni que sea mejor ni peor. Marty me conoce de sobra y sabe que, en líneas generales, me gusta bastante la de Zimmer.Cita:
Pido disculpas si el fragmento que me has citado en negrita ha quedado un poco elitista; por supuesto que aquí puede postear quien quiera independientemente de su grado de conocimientos, pero a lo que me refería es que no se puede medir la calidad y el nivel de identificación musical con un personaje tomando como baremo su afincamiento a nivel popular, mucho menos aquí, que es donde tenemos la oportunidad de profundizar sin que nos miren raro. Es como medir la calidad de una película por la taquilla. Sencillamente no se puede.
Pues a tenor de cómo te has puesto, eso parecía.Cita:
por cierto, ¿en que momento he dicho yo que tú hayas dicho algo malo del Batman de Zimmer? No soy consciente.
Que yo no he aseverado nada. He dado una opinión, nada más.Cita:
No puedes ASEVERAR que un tema musical no es lo suficientemente identificable anparándote en tus gustos o en cómo ha calado en la gente.
Pd: Marty, por favor, ¿qué opinas tú? A ver si tienes las mismas sensaciones que él, porque es que no lo comprendo.
Creo que es un simple malentendido que podéis resolver sin ningún problema porque sois dos personas sensatas. En efecto, ha habido un cierto desfase en el sentido de que Brannagh/Doyle estaba valorando la función de las distintas bandas sonoras como elemento formal en cada película, y tú de la implantación en el imaginario colectivo. Son cosas distintas, y Brannagh/Doyle ha entendido que mezclabas una cosa con la otra. Si no es así, basta con aclararlo y ya está.
Es a lo que me refiero, Marty. Nunca he cuestionado los análisis de Branagh, que por cierto me parecen brillantísimos, cuando lo único que he hecho es valorar exclusivamente ese calado o implantación en la cultura popular.
En cuanto a valoración neta del trabajo de Zimmer en Batman, el que no me guste el tema del Jóker de Nolan no quiere decir que no me gusta la banda sonora de Zimmer, que no me canso de alabar. Me parecen soberbias las dos primeras, y el tema de Catwoman en TDKR es una gozada; ¿es suficiente? :cuniao
Por cierto, gracias por la respuesta :)
No me he puesto de ninguna forma, ,por Dios. Pido disculpas si mi tono ha parecido agresivo. Estoy muy relajado y cómodo, de vacaciones, de semi cachondeo.
Vamos a ver.
Tu has dicho que por ponerle una pega al Batman de Burton, que el tema del Joker de Elfman te parece poco identificable con el personaje. Vale. Cuando te he seguido leyendo para ver a que te referías con poco identificable, has dicho que no te parecía tan retentivo como el de Batman, que no había calado tanto a nivel popular.
Y yo te contesté que eso no me parecía suficiente argumentación para calificarlo de poco identificable con el personaje, ya que es algo que ha de valorarse a nivel narrativo (es decir, dentro de la película), dejando fuera lo que le parezca a uno el tema.
Después yo he hecho un comentario formal sobre las diferentes aproximaciones musicales de Burton y Nolan, y tú respuesta directa a mi post fue que entendías que le valía el tema del Joker a Nolan para lo que quería contar, pero te provocaba dolor de cabeza. Y mi repuesta (socarrona, lo admito) fue algo así como "Bien, de acuerdo. ¿Y?". Cachondeo, nada más :P.
No pretendía ofender.
Sigo sin entender por que te sulfuras.
:agradable
Y no me moolesto porque cuestionéis mis análisis, por las barbas de Merlín. Es más, hacedlo.
Esto es, a éso me refería.
Fíjate, a mí me pasa un poco lo mismo. Aunque el tema del vals de Elfmann sí me parecía identificable con la película, no acababa de identificarlo con el Joker. Para mí, era más el tema de la ida de la olla del Joker (vale, sí :sudor, este tío es una ida de la olla perpetua) que el tema del Joker.
En cuanto a la banda sonora de Zimmer...no es que me parezca mal, es que, quitando algunos momentos, en general me deja un poco indiferente. La veo un poco genérica, pero es algo que me pasa con el 70% de las BSO que se hacen hoy en día. Seguramente que las películas de Nolan necesitarán más visionados (la que más veces me he visto es Batman Begins, y me la habré visto a lo sumo cuatro veces), y a raíz de todo lo que se ha comentado aquí, veré cosas que antes no veía. De todas formas, yo creo que la intención de Zimmer y de Nolan no era mostrar un héroe dramático y épico, al estilo del Batman de Burton, el típico superhéroe que se queda parado en lo alto de la azotea para que se vea su silueta recortándose a la luz de la luna y éso (y quizá ésta es precisamente una de las pegas que le ponga a los Batmanes de Nolan, que me parecen no demasiado épicos, incluso en algunos momentos muy prosaicos), sino mostrar un concepto más humanista del héroe, alguien cuyo heroísmo viene más bien dado por ciertas situaciones que le llevan a hacer cosas difíciles o por poseer ciertas cualidades morales antes que por superpoderes asombrosos, capacidad de sugestión o por lo mucho que ha sufrido (que algo de éso también hay).
No sé si será genérica, pero (hablando ya de resultados :cuniao) para mí esas dos notas tienen un poder atávico brutal. El momento en que la idea de Batman surge en la mente de Wayne, en esa mítica escena en la cueva, no puede sonar de otra manera. Esa escena es psicología pura, es casi abstracta, demostrando que Nolan es mucho menos materialista y prosaico de lo que se cree
https://www.youtube.com/watch?v=D6qwcjxDosc
Y luego el otro tema asociado con Batman en las escenas de acción también tiene un tono épico y vigoroso que me engancha a las escenas de modo irresistible. El tema de Elfman tiene el matiz añadido del romanticismo gótico, es más barroco, acorde con el distinto tono de las películas de Burton y su mundo. Pero la música de Zimmer es para mí el perfecto acompañamiento para este otro héroe que surge en un mundo más real. Y este tema, pasando ahora al tema de reconocimiento del que hablaba jack, para mí es casi tan reconocible como el de Elfman, cada vez lo escucho en más sitios:
https://www.youtube.com/watch?v=w1B3Mgklfd0
Pero es música mediaventures prefabricada. Mortadela de librería, Protools, y demás Loops sintetizados al margen de que funcione bien con la peli. Obviamente, las partes compuestas por JNH son oro puro en comparación. Pero es Zimmer. No sé que os esperáis. :cuniao
Pues igual que a veces Zimmer me sabe a mortadela :cuniao, en estas películas me sabe a jamón del bueno.
Nadie discute que mole. Joer, hacer que un micro motivo de dos notas! defina al murciélago tiene mucho mérito.
:)
Dos ejemplos de su uso:
https://www.youtube.com/watch?v=lDdX6meXcY4
Tiene su catarsis aquí:
"¿Cómo lo hizo?"
"Sin la cuerda"
https://www.youtube.com/watch?v=Homukj0sBYU
:hail :hail
Muy buenos, sí. Y eso que la partitura de Rises me parece la menos buena de las tres (creo que es el único apartado en que TDKR no está a la altura de las otras dos). Se echó de menos a JNH. Aún así, tiene grandes momentos como esos o el tema de Catwoman que mencionó jack.
Por cierto, la edición discográfica de TDKR está bastante cortada como viene siendo habitual. Es mejor escucharse la suites.
https://www.youtube.com/watch?v=aN_Ust-3wq8
https://www.youtube.com/watch?v=_3IvU5uuJTk
https://www.youtube.com/watch?v=QdGog37IQmU
https://www.youtube.com/watch?v=k03-BJV_tjA
:)
Gracias por los links, compañero. Por cierto, volviendo a Shirley Walker, siempre me ha encantado el tema de apertura del Justice League de Timm y compañía: épico, inspirador, imponente. ¿Es de ella?
https://www.youtube.com/watch?v=MXph0arElKs
Ya tocaba, Marty ¿no? :)
http://a2.mzstatic.com/us/r30/Music4...er600x600.jpeg
Batman Begins: análisis temático:
1.- Reflexiones Generales del Score
Christopher Nolan no es Tim Burton, y mucho menos Joel Schumacher (por suerte para todos). Christian Bale tampoco es ni Michael Keaton, ni Val Kilmer, ni George Clooney. Tampoco el nuevo “Bat/Tank-movil” es igual a los estilizados y góticos modelos precedentes de “Batmovil”. Entonces ¿Por qué esa obsesión en que Hans Zimmer y James Newton Howard imitaran planteamientos musicales de Danny Elfman y Elliot Goldenthal? En fin.
La música de cine es interacción con las imágenes, profundidad psicológica, trascendencia emocional. ”Batman Begins” es música de cine. Un score que rechaza los convencionalismos sinfónicos del personaje, y aboga por profundizar en los rincones más oscuros de su pasado, de sus recuerdos, de sus miedos. Un trabajo emocional y opresivo, a la par que intenso y espectacular cuando así es necesario.
Es evidente que quién ha llevado prácticamente la totalidad el peso de la composición ha sido Hans Zimmer, pero no menos cierto que la labor de James Newton Howard, pese a lo que pudiera parecer, es absolutamente determinante e imprescindible en este score.
El californiano se encarga de sentar las bases del personaje, describiendo su dolor por el asesinato de sus padres, recurriendo continuamente a estos recuerdos con el arma de la música. Un instrumento evocador poderosísimo cuando hablamos de historias donde los flashback, tienen mucho que contar como ocurre en este film.
Newton Howard también será el encargado de describir la relación de Bruce Wayne/ Batman con Rachel Dawes. Abogando por la linealidad temática, en la narración del paso del idilio “infantil” al deseo adulto.
No es esta una banda sonora de personaje, sino de emociones y situaciones. Por eso no hay gran tema a lo Elfman para Batman, y si varios motivos relacionados con el personaje y adaptados magistralmente a las secuencias de las que dependen.
Es curioso como la ausencia de ese leit motiv definitivo y arrollador, no afecte de ningún modo a la identidad de Batman. De hecho, esto ocurre porque insistimos, Zimmer suple esta ¿carencia? con continuas referencias musicales y temáticas al personaje. Se suprime el efectismo del tema tarareable, y se aboga por vestir al héroe en cada momento con las prendas que necesita. Y ciertamente, el alemán demuestra ser un sastre consumado.
Entrando ya en detalles, nos encontramos en primer lugar un reluciente motivo de dos notas que fluctúan en continuos y emocionales crescendos orquestales. Metaforicamente hablando, un recurso con el que Zimmer trata de mostrarnos la formación y ascensión del Héroe, la creación del mito (idea perfectamente sincronizada con los movimientos de cámara ascendentes de Nolan, en secuencias de gran trascendencia para el personaje, como el final de su tortuoso camino hasta la cumbre de la montaña donde le espera Ra's Al Jul o las imágenes de un Batman meditativo y al acecho en los edificios de Gotham.).
Para el Batman de acción, Zimmer utiliza curiosamente una mayor definición melódica. En concreto, en aquellas secuencias donde entra en juego el “Bat/tank Movil”. Así, nos encontramos una melodía elegante y retentiva, construida sobre un colchón de percusiones y tradicionales ritmos Media Ventures.
Por otro lado tenemos el tema de la redención (generosa y virtuosamente desarrollado en “Lasiurus”). Un adagio para orquesta, con predominio de cuerdas, ya habitual dentro del repertorio del compositor alemán, con la misma profundidad emocional y misma construcción orquestal del “Journey to the Line de “La Delgada Línea Roja”, y otros claros referentes y más cercanas influencias como “Lágrimas del Sol”, “El Último Samurai” o “El Rey Arturo”.
No podemos olvidarnos del proyecto de tema central, de tema de Batman que al final no fue. Un tema en cuya elaboración participaron a la par Zimmer y Newton Howard. Concebido para ser presentado de forma intimista como ocurre en “Barbastella” o a modo de música de acción (“Antrozous”). De hecho hasta fue utilizado como música identificativa del trailer. Finalmente, se optó por la decisión de no influir con un leit motiv claro y definido en la audiencia, limitando su presencia a determinadas escenas, como las que acabamos de comentar. Eso sí, como es previsible que en una más que posible continuación de la saga fuera necesaria su presencia, no conviene perderse los títulos de crédito del film. Una estupenda suite donde se reutilizan todos los temas principales del film, incluyendo también la versión sinfónica y más espectacular de este tema.
Otro de los aspectos más característicos del score, lo encontramos con la descripción del movimiento. Una sensación reflejada armonicamente por las guitarras eléctricas y los reverberantes “pick bass” (bajos eléctricos), omnipresentes, y de claras referencias al Zimmer de M:I 2.
Será casualidad o no, pero casi siempre aumentando su intensidad o presencia en aquellas secuencias en las que hacen acto de aparición las “hordas” de murciélagos... que aterran/ ayudan a Wayner/Batman.
La disonancia electrónica, y la utilización de sonidos de diseño, juegan también un papel muy importante en esta banda sonora. Y es en este apartado, donde tendría que decir mucho el diseñador de sonidos electrónicos Mel Wesson.
La importancia tangible de este recurso, la encontramos en la secuencias donde la paranoia, las alucinaciones provocadas por las drogas (en concreto LA....), son utilizadas. El film se vuelve onírico y perturbador, la música también.
Por otro lado, los sonidos de diseño son también inteligentemente utilizados para emular el sonido del batir de las alas de Batman cuando son desplegadas. Un sonido realmente característico, enigmático y original con el que se abrirá y cerrará el film (y el disco).
2.- Historia de una Colaboración.
El acontecimiento que suponía este score es casi comparable a eventos como lo han sido “Star Wars” o “El señor de los anillos” en los últimos años, en cuanto a interés del aficionado a la música de cine y expectativas puestas sobre la calidad y espectacularidad del resultado, teniendo en cuenta los nombres de los autores involucrados en el apartado musical del film. Finalmente la partitura compuesta, desde luego se queda muy lejos de lo que la gran mayoría seguramente esperaba, pero con el film la fusión audiovisual es apabullante, oscura, introspectiva, trepidante y de milimétrica precisión psicológica.
De cómo llegó a fraguarse la colaboración entre estos dos nombres tan importantes del mundo de la banda sonora dentro de un film tan destacado como es este, se debe realizar una breve introducción. Un repaso de cómo se gestó una colaboración tan imposible, tan ilusionante, tan real.
Hemos de remontarnos a 1995 cuando James Newton Howard en sus estudios de Los Angeles completaba muy apurado de tiempo, el que acabaría siendo unos de sus grandes trabajos y una de esas bandas sonoras que crean afición, la formidable “Waterworld”. La premura en la sustitución de Mark Isham en el apartado musical del film se debió a que el director, Kevin Reynolds, abandonó la filmación del mismo y con ello la postproducción a la que Isham estaba atado gracias a dicho director. Pese a haber creado ya música para el film (el tema de la caja de música que la niña protagonista Enola tararea varias veces durante la película), a Kevin Costner, auténtica estrella y artífice de la cinta final, no le convencía la visión musical de Isham y pese a mantener dicho tema en la película rechazó el resto del trabajo realizado por el compositor hasta ese momento y llamó de inmediato a Howard al que había conocido el año anterior durante la producción de “Wyatt Earp” y que tan soberbio resultado musical había brindado a imágenes épicas y espectaculares como las que el mismo rodaba para el film acuático. Con las fechas y calendario en su contra Howard debía componer más de 120 minutos de música y ante la necesidad de ayuda, acudió a lo que tenía más cerca: a Zimmer.
Los estudios Media Ventures se encuentran prácticamente en frente de los estudios de Howard en Santa Mónica, a tan solo cuatro bloques de edificios de distancia y ello propició que Zimmer prestase una serie de samplers y maquetas que James Newton Howard utilizaría para poder acabar con éxito la enorme empresa de “Waterworld”; algo que este le agradeció en el cd del film editado por MCA. A partir de aquí la relación entre ambos compositores fue volviéndose más estrecha y daría por resultado similares apaños a la inversa, como el del año siguiente para “La roca”, banda sonora en la que Zimmer agradece a Howard la ayuda prestada en el booklet del cd de su banda sonora.
Con dicha relación en marcha la posibilidad de una colaboración no estaba lejana dado lo habitual de esta práctica para Zimmer, y sobretodo gracias al gran éxito de “Gladiator”, banda sonora a la que el propio Howard dedicó múltiples elogios.
Además ese mismo año Howard volvería a solicitar ayuda del compositor alemán para ciertos elementos étnicos africanos de la partitura del film de animación en el que se encontraba trabajando. Al ser este un aspecto que Zimmer siempre ha dominado, el resultado evidenció su ayuda, ofreciendo uno de los trabajos más populares y aplaudidos de Howard; “Dinosaurio” (poniéndole en contacto con el mítico cantante sudafricano Lebo M, que tan buenos resultados le diera a Zimmer en “La Fuerza de Uno” y “El Rey León”). Asimismo, también en el año 2000 James Newton Howard sería premiado y reconocido como el compositor del año por sus tres soberbios trabajos, la citada “Dinosaurio” junto a “Límite vertical” y “El protegido”. Añadiendo esto al clamoroso éxito de Zimmer para el film de Ridley Scott, ambos compositores se propusieron el proyecto de colaborar juntos en un film a su medida, teniendo en cuenta que dicha medida debía dar cabida a la enorme dimensión de sus nombres, instaurados ya en el olimpo musical de Hollywood
Atados por obligaciones varias, Howard y Zimmer no consiguieron coincidir en agenda hasta el 2003 en el que sería su proyecto conjunto, un film de suspense dirigido por David Koepp, director y amigo de Howard con el que previamente había trabajado en “El efecto dominó” y “El último escalón”. Dicho film sería la adaptación de otra novela más de Stephen King, “La ventana secreta”, en la que Howard propuso a Zimmer colaborar conjuntamente para crear la banda sonora. Inicialmente interesados ambos en el proyecto, el tiempo fue transcurriendo pero por problemas de Howard agotado tras acabar “Peter Pan” e “Hidalgo”, e incapaz de enfrentarse inmediatamente a un nuevo film, con garantías de ofrecer su talento a pleno rendimiento, Zimmer acabó por retirarse también del mismo, aunque dejando como autor de la música adicional del mismo a unos de sus colaboradores de la Media Ventures, Geoff Zanelli para ayudar al que sería el encargado final de realizar la banda sonora Phillip Glass, cuyo estilo minimalista y envolvente encajó perfectamente en las imágenes del film. Quizás la escasa magnitud del proyecto fuese otro de los motivos nunca expuestos de la disolución de la sociedad Howard-Zimmer en su apartado musical, pero sin llegar a saber si esto tiene validez alguna, el siguiente proyecto que se les presentó a ambos compositores como posibilidad de trabajar de forma conjunta, desde luego no presentaba este problema.
“Collateral” de Michael Mann, acabó contando con un collage sonoro tan variopinto y ecléctico como perfectamente integrado en las soberbias imágenes de un film magistral.
Inicialmente un score, del que se iba a encargar Hans Zimmer, y en el que de nuevo volvió a plantearse la opción de la colaboración. Zimmer que estaba en este proyecto por su amigo Tom Cruise, decidió pasarle el testigo a James Newton Howard. Quien la verdad no lo pasó demasiado bien trabajando con Mann, debido a la obsesión de este director por los Temp Tracks. Finalmente su score quedó un tanto diluido entre tanta canción y temas de otros films (1492, El Dilema y piezas del compositor Antonio Pinto). De hecho, el productor Tom Rofthock se encargó de componer música adicional “más rockera”. En este proyecto, intervino también Bruce Fowler, director de orquesta y orquestador habitual de Zimmer.
Y si en el 2003 con “La ventana secreta”, ni en el 2004 con “Collateral” pudo ser, el año siguiente, el 2005 y el proyecto “Batman Begins” habría de cumplir las expectativas de esa tan largamente esperada y pospuesta unión, colaborando definitivamente en un film estrella a la altura de ambos compositores.
Cuenta Zimmer que el director Christopher Nolan le llamó proponiéndole la participación en el film, pero este le adujo que no tenia ni idea de superherores. Finalmente, tras un año detrás de él, conseguía convencerle para involucrarse en el proyecto (Rechazando colaborar con su amigo Robert Rodríguez en la música de “Sin City”).
Posteriormente sería el estudio quien se pusiese en contacto con él para comentarle que buscaban un gran sonido orquestal que además impusiera las bases de una franquicia o nueva saga de Batman, algo que a Zimmer le produjo cierto reparo ya que inicialmente le había propuesto a Nolan cierta experimentación electrónica (como finalmente encontramos en la banda sonora) que le apetecía probar. Ante esto el director le sugirió la posibilidad de trabajar en la música con otro compositor que descargase las expectativas de unos y otros, realizando parte de la banda sonora. Zimmer lógicamente pensó inmediatamente en su amigo Howard con quien había intentado colaborar en las citadas ocasiones anteriores y de este modo el tan esperado encuentro se produjo al fin.
Zimmer crearía pues el elemento de acción y suspense y Howard se encargaría del dramático y psicológico. La reunión oficial llegó en Londres tras un año de búsquedas y desencuentros entre la Warner, Nolan, Zimmer y Howard y el proceso de creación definitivo del score allí duró 12 semanas. Y al mismo también se incorporaron, el diseñador de efectos de sonido y creador de ambientes electrónicos Mel Wesson, y a Ramin Djawadi, ideal para potenciar aún más la oscuridad del personaje y respetar la creación de los dos mitos en fase de post-producción.
3.- El Disco
La edición discográfica de Warner Sunset es una de las joyas de la temporada. 60 minutos de música bien estructurada, con una calidad de sonido excelente, y sobretodo, un precio (entre 10 y 12 euros) que puede y debe servir de ejemplo a otras compañías. Ese es el camino para garantizar el futuro no sólo de la música de cine, sino de la música en general.
El único lunar del disco, es la ausencia de algunas piezas que por derecho propio debieran figurar aquí. En especial, brillantes pasajes de acción pertenecientes al clímax del film. Pero no se puede tener todo.
Conviene también resaltar, los curiosos nombres elegidos para cada corte, y que provienen de las acepciones en latín de doce distintas especies de murciélagos, y las iniciales de los cortes del 4 al 9 configuran la palabra BATMAN. Se admiten apuestas sobre quien es el ideólogo de esta broma (desde aquí apostamos por el mismo que fomentó que en el cd de “Piratas del Caribe” todos los compositores que participaron se acreditaran también con un mote de pirata...).
1.- Vespertilio (02:52)
Las alas de Batman se baten sobre Gotham City. Brillante efecto de sonido el conseguido por Wesson para describir el movimiento del hombre murciélago. Zimmer, le tomará el relevo con la introducción de uno de los temas principales del film, asociado a la “ascensión” de Batman, al nacimiento del Heroe. El motivo de dos notas y continuos crescendos orquestales, acompañado por el omnipresente punteo de guitarras y bajos. Un idóneo contrapunto, asociado a los murciélagos. El gran temor de Batman. Sus grandes aliados a posteriori. Lo que no nos mata nos hace más fuerte.
La pieza en sí, pertenece a la secuencia de títulos de crédito, con la presentación de los logos de la Warner y DC Comics, para posteriormente trasladarnos a la niñez de Bruce Wayne. Jugando en los jardines de su inmensa mansión con Rachel, y cayendo a una gruta llena de murciélagos.
2.- Eptesicus (04:20)
Thomas y Martha Wayne son brutalmente asesinados a la salida de la ópera. Bruce lo ve todo. Es el turno de James Newton Howard. El momento indicado para que introduzca el emotivo, a la par que dramático motivo para cuerdas asociado a estos dolorosos recuerdos de Bruce, y que tanto le marcaron. Cuerdas, arpa y delicado piano, aportan un plus de sensibilidad a la secuencia... a la historia. Todo muy “Snow Falling on Cedars” y “El Protegido”.
La secuencia se traslada a los fríos glaciares de Mongolia. Allí el Maestro Ducard le enseña a Wayne el arte del ninjitsu. Ataque y defensa. A utilizar el dolor y sus miedos para hacerse más fuerte. Es aquí donde entra de nuevo Zimmer. Al motivo de guitarras, se añaden unas oportunas cuerdas, y así poco a poco irá evolucionando el tema hasta llegar al adagio Zimmeriano. Sí, “La Delgada Línea Roja” tiene mucho que decir en este tema. Aunque para versión emocional del mismo tendremos que esperar hasta el corte 12 “Lasiurus”.
3.- Myotis (05:46)
Wayne es sometido a la última gran prueba para entrar a formar parte de “La Liga de las Sombras”. Ra's Al Ghul le ordena acabar con la vida de un ladrón. Es la vía de la venganza El único medio para hacer justicia. Wayne se niega....
La secuencia está marcada por la tensión, por la lucha interna de Bruce. Por un lado sabe que ese no es el camino, pero por el otro no quiere traicionar a Ducard.
La música es igualmente contenida, con un cello marcando el tempo y una densa atmósfera mitad electrónica, mitad instrumental (cuerdas, percusiones tibetanas) aumentando la duda (toda esta pieza es de James Newton Howard).
El enfrentamiento es inevitable. La acción alcanza aquí una de sus cotas más altas. Wayne contra decenas de Ninjas, contra Ra´s Al Ghul... Zimmer contra el mundo. Pero eso era de prever. La secuencia la resuelve con poderosas percusiones, ritmo non stop, espectacularidad orquestal (Sí, orquestal) y complemento de sintetizadores.
Un corte, donde el famoso “momento Zimmer” (léase, aquella melodía que el compositor alemán suele introducir como complemento a sus grandes temas de acción. Facilmente retentiva y tarareable) aproximadamente a los dos minutos y medio, delimita el clímax musical.
Emocionalmente, la secuencia finaliza con el rescate por parte de Wayne de un Ducard malherido e inconsciente. Aquí Zimmer introduce de nuevo su adagio, mucho más contenido, pero con el mismo sentimiento de las cuerdas. Es el sino de Wayne, salvar vidas, hacer el bien... tomar decisiones que a veces acarrean resultados negativos totalmente inesperados (salvar a Ducard es una de ellas).
4.- Barbastella (04:45)
Precioso, pero a la vez doloroso tema, que de nuevo nos remite a modo de flashback al asesinato de los padres de Bruce. El canto candido de un niño, arropado por una apropiada base de cuerdas, aporta un elemento trágico, desolador y solitario. Es Newton Howard el que dirige el destino de este corte (incluyendo la referencia mediante piano del tema, ya comentado, del que debía ser tema de Batman). Primero contenido, luego contrapunteado por el propio Zimmer (con un apunte de cuerdas muy a lo “El Último Samurai”, que más adelante repetirá) y posteriormente sustituido por las guitarras, y el tema de la ascensión, cuando la trama se traslada a la cueva de Wayne, para presentarnos la fase de “construcción” de Batman. La comprensión de su destino. Un súbito crescendo de metales, percusiones y guitarras nos llevarán en volandas al final de este apreciable corte.
5.- Artibeus (04:19)
Probablemente estemos ante el corte más original de esta partitura... pero también con el más duro, inclasificable, opresivo y agobiante. Todo un experimento sonoro, en el que tienen mucho que ver los sonidos de diseño de Wesson. De hecho, en esta pieza no podemos hablar en sentido estricto de música. Golpes de efecto orquestales, de apenas décima de segundos, insoportables disonancias metálicas, y por supuesto las “alas de Batman”. Todo ello, para acompañar las alucinógenas visiones que la droga que suministra “El Espantapájaros” provoca en sus víctimas. Sin duda todo un descubrimiento, no apto para todos los públicos.
Sólo en su parte final, se introduce un sobrio pasaje de cuerdas, que forma también parte del adagio de Zimmer, y que por supuesto será desarrollado en “Lasiurus”.
6.- Tadadira (05:05)
Un arranque con predominio de las cuerdas, donde tanto Zimmer como Newton Howard aportan sus matices melódicos a la pieza, vuelven a entrar los efectos de sonido. En concreto, las “alas de Batman”, arropadas por una interesante base rítmica, antes de dar paso a los gritos, las voces humanas manipuladas creando una sensación de desubicación... la misma que sufre Batman cuando es atacado por “El Espantapájaros”, con su peligrosa droga.
Un nuevo motivo, con predominio de las cuerdas, asume el papel de potenciar emocionalmente la música, coincidiendo con el rescate de Batman por parte de Alfred. Este, moribundo y desorientado, sufre su primera derrota.
7.- Macrotus (07:35)
De nuevo la sensibilidad de James Newton Howard, en esta ocasión para describir la historia de amor imposible entre Bruce y Rachel. Cuerdas, piano y crescendos orquestales perfectamente ajustados a las necesidades de la escena son los elementos definidores del corte. La progresión emocional el film es así asimilada y desarrollada por la música.
La segunda parte del corte, se caracteriza por un comienzo etéreo y atmosférico. Un estado de letargo, del que nos sacan las cuerdas mediante crescendos contenidos y un delicado final con la revisitación del tema de la muerte de los padres de Bruce.
8.- Antrozous (03:59)
La primera aparición en sociedad del “Bat/Tank Movil”, es musicada con destreza por los dos compositores. Un corte donde, escuchamos el proyecto de tema de Batman, desarrollado con generosidad, primero con cuerdas, y luego recurriendo a la fuerza de la gran orquesta, sustentada en el trabajo de las percusiones (intensísimas) y el recubrimiento de los sintetizadores. Algunos podrán criticar que si no se desarrolla como tema, no tiene sentido meterlo con calzador. Pero es que es un motivo que no desentona en absoluto con el resto de motivos asociados al personaje (algo que no debe olvidarse), y que perfectamente se incorpora al film y a su banda sonora como uno de los clásicos “momentos Zimmer”.
Sin embargo, el corte no acaba aquí puesto que ese tema será sustituido por el gran tema de acción del film, y asociado expresamente al nuevo vehículo del superhéroe.
Un motivo memorable, donde percusiones, ritmo y melodía se fusión en una idea unitaria, que adapta a la perfección a las necesidades de la acción. A este motivo, debemos añadir el apunte del tema de la ascensión del héroe (un recurso que será repetido en Molossus).
Por desgracia, los fx no permiten disfrutarlo por completo en el film. Melódica y orquestalmente queda algo ahogado, y quizás por eso se potencien las percusiones, adaptándose plenamente al potente sentido del ritmo y a la continua sensación de movimiento del film.
9.- Nycteris (04:25)
Estamos ante uno de los cortes más descriptivos del disco. Esencialmente rítmico, adquiere mayor definición en su parte final con la introducción del tema de la ascensión, el motivo de guitarras (acompañadas de nuevo por las cuerdas) y terminando con un apunte a piano que nos evoca la relación de Rachel y Bruce.
10.- Molossus (04:49)
Molossus es un corte espectacular, al tiempo que elegante. En el, se desarrolla el elegante el tema de acción ya utilizado en Antrozous, en esta ocasión para huir la huída de Batman, y su carrera contrarelog por salvar a Rachel.
De ritmo frenético, poderosa utilización de la orquesta y percusiones atronadoras. Violento, destructivo, de evolución aplastante, todo un rodillo (como el Batmovil).
Magnifica su presentación con el contrapunto del tema de la ascensión, y brillantes los interludios orquestales a lo “Black Rain”.
Hay gente que lo sitúa en la esfera de “La Roca”. Gente que no ha debido escuchar mucho a Hans Zimmer. Sin duda, la predisposición de criticar por criticar a este compositor llega a ser hasta divertida (y digo criticar, porque siempre se habla de “La Roca” de forma despectiva). El único defecto del tema, es el mismo que el ya comentado en “Antrozous”: los FX. Aún así, Zimmer consigue “colar” algunos pasajes orquestales con inteligencia en aquellas partes donde el editor baja un poco el pistón de los ruidos.
11.- Corynorhinus (05:04)
De nuevo Rachel y Bruce son los protagonistas de la música, y por supuesto con el piano y las cuerdas de Newton Howard para acompañarles, en esta la que es su despedida. El tema presenta un arranque diferente (misma melodía, pero siempre distinto desarrollo, como queda patente a lo largo de la partitura), y presenta una magnífica aportación de Zimmer, con un uso de los cellos que de nuevo nos evoca a “El último Samurai”, y que precede al crescendo y la rendición final del tema por parte de James Newton Howard. Es tiempo de despedida.
El corte, contiene una segunda parte (tirón de oreja al compilador del disco, por dejar varios segundos de transición entre pieza y pieza siendo parte de un mismo corte). En la misma es el tema de la ascensión, acompañado por sus inseparables murciélagos, perdón guitarras. La escena corresponde a la conversación final entre Batman y el Teniente Gordon... al comienzo de la lucha contra el mal en Gotham. Un final que no es más que el comienzo, con un nuevo enemigo: El Joker.
12.- Lasiurus (07:27)
Estamos ante uno de esos cortes emocionales, que ejemplifican la grandeza de estos dos compositores, un corte que como tal no sale en el film, y que presumiblemente debería haber sido los títulos de crédito. Pero con independencia de esto, conviene hacer hincapié en la enorme belleza de la pieza, a su ejemplar construcción, a su dramatismo progresivo.
Dividida en dos partes.
En la primera nos encontramos con una triste y derrotista elegía, ya escuchada al final del corte “Artibeus”. Escrita por James Newton Howard y que engancha con el poderoso adagio para orquesta de Hans Zimmer. Como ya comentábamos en la introducción un tema que bebe y mucho, del “Journey Line” de “La Delgada Línea Roja”, melódica, orquestal y emocionalmente. Presente a lo largo del film en varios cortes ya mencionados como “Eptesicus”, aquí adquiere un desarrollo muchísimo más sentimental e intenso, algo a lo que seguro ayuda la duración del corte (siete minutos).
Precisamente, para dar coherencia al disco, este termina como empezaba con el efecto de sonido de las alas de Batman. Un broche de oro brillante, que ayuda a dar coherencia a la edición.
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Nombre: The Dark Knight
Compositores: Zimmer, Hans & Howard, James Newton
Año: 2008
Editado por: Warner Bros. 511104
“No me gusta la música en las películas. Detesto ver a un hombre sólo en el desierto, muriéndose de sed, con la orquesta sinfónica detrás de él”.
La contundencia del cine de John Ford encontraba también acomodo en lapidarias aseveraciones como la anteriormente referida. Toda una declaración de intenciones que sin embargo chocaba con la dedicación casi artesanal con la que los Newman, Herrmann, Freindhofer o Steiner, coetáneos del director, iban sentando las bases de un nuevo concepto de la música como arte y viceversa. Un ferrocarril cuyas vías iban a atravesar aquel desierto antaño silencioso e idílico para Ford, pero cuya belleza comenzaba ya a ser traducida a través pentagramas. Ideas musicales que como aquellos viejos trenes de carbón, provocaban una emoción nueva y diferente en cada nuevo viaje, dejando su impronta por medio de las infinitas columnas de humo que fueron interpretadas por las siguientes generaciones, hasta por desgracia, llegar un momento en que desaparecieron, convirtiéndose el tren en un elemento utilitario más, carente de emoción. Es en ese punto en el que se encuentra la música de cine en la actualidad. La era de las tecnologías ha simplificado hasta tal punto la labor del compositor, que éste ya no necesita recurrir al rastro del humo para crear, limitándose a que sea una máquina quien piense por él.
Sin duda Christopher Nolan debió asumir como propias las palabras de Ford, reemplazando el desierto por la soledad de sus personajes y la orquesta pura por la artificiosidad de los sintetizadores. Director responsable de proyectos como “Memento”, “Insomnia” o “El Truco Final”, que se presentan con un envoltorio musical aséptico, brumoso, carente de emoción, cuya labor parece más propia de cualquier ingeniero de sonido o especialista en fx que de un verdadero compositor (como fue el caso de David Julyan). Pero siguiendo con esta comparación (odiosa según se mire) entre Nolan y Ford, conviene no dejarse llevar por extremismos o frases para la posterioridad y concentrarse en los hechos. De este modo, en “Batman Begins” podemos encontrar retazos de la visión cinematográfica de Ford y su particular visión de las relaciones humanas, perspectiva que alcanza su clímax en este “El Caballero Oscuro”. Hablamos de una cinta, “El Hombre que Mató a Liberty Valance”, donde Ford trazó un triángulo de personalidades esencial en su exposición de la lucha por el poder: el nihilista sádico, el héroe clásico que se enfrenta al primero con sus mismas armas, y el nuevo héroe, que eleva la moral intuitiva a los principios éticos más abstractos; todos estos personajes giran alrededor de una mujer que debe elegir, tomar partido por alguno de los héroes.
Nolan toma prestado el argumento “fordiano”, retorciéndolo, inyectándole una sobredosis de deterioro psicopatológico. Gotham se convierte en un exacerbado manicomio, sofisticado, lujoso, sombrío, por el que deambulan un demente y genial homicida vestido de payaso que se hace llamar Joker, un fiscal noble y heroico, que no es más que una especie de Parsifal wagneriano, cuyo Santo Grial parece ser la búsqueda de la redención de una ciudad entregada a la miseria moral y política en la que ha caído y, claro, Bruce Wayne, Batman, un magnate de la era de la tecnología, pero también un niño bien cuya sed de venganza le lleva a disfrazarse cada noche de murciélago, armado por el arsenal destructivo más innovador, cuyo peso se equipara al sentimiento de culpa que lleva a cuestas.
¿Sin embargo, qué es “El Caballero Oscuro? ¿Es drama, crimen, romance, thriller, ciencia ficción...? Quizás es todo eso, o quizás un western sombrío y paroxista. Es un film apabullante, brutal, una lucha vitriólica entre el bien y el mal, algo más que un film de superhéroes y villanos. Una prueba a la resistencia humana, a la paciencia del espectador al verse reflejado en alguna de las vitales decisiones que los protagonistas, y los que no lo son tanto, tienen que tomar. Decisiones, que, volviendo a nuestro comentario inicial, en el caso de un film de Nolan, si eres músico están siempre condicionadas. Por eso la aproximación musical que hace Hans Zimmer de la saga, aderezada por el casi imperceptible toque de James Newton Howard, esté más próxima a las creencias del director, que a las de dos compositores que no tienen miedo a cruzar el desierto de Arizona mientras escuchan a una orquesta (o sintetizador, según se de el caso) dando cuerpo a las emociones, trasladándose en el espacio tiempo con una amplia paleta orquestal y buscando la complicidad del espectador y no la del editor de sonido.
Es el Comisario Gordon (Gary Oldman) quien en la moraleja del film pone nombre a la película hablando de “El Caballero Oscuro” al referirse a Batman. Sin embargo, la definición musical del personaje, el Know How del score, la armonía y la paleta orquestal, ya fue fijada en “Batman Begins” (cuyo estudio le invitamos a leer una vez más): su mundo tecnológico (“Macrotus”), sus pasiones (“Myotis”), su dolor (“Antrozous”), su tortura interna (“Lasiurus”), su guerra (“Molossus”). El trabajo ya estaba hecho, así que el objetivo de la pareja de compositores era, quizás, retratar el nihilismo del Joker. Un ser anarquista, histriónico, que bien podría haber salido de cualquier novela de Joseph Conrad, y cuya interpretación a cargo del fallecido Heath Ledger merece ser subrayada. Es Hans Zimmer el encargado de introducir el concepto musical del Joker, elaborando una propuesta alrededor de distorsiones de guitarra, percusiones obsesivas, ajeno a toda lógica reflexiva, inestable y en continua evolución, que no sólo se adapta como un guante a la descripción del asalto inicial que sirve de prólogo a la película (homenaje a ese clásico contemporáneo que es >“Heat” de Michael Mann, con partitura de Elliot Goldenthal que sin duda influye en la concepción de esta obra a cargo de Zimmer), sino también a la impredecible toma de decisiones del villano. El compositor alemán, padre musical de la criatura, no dudará en diseccionarlo a su antojo para distribuirlo por toda la partitura, buscando ese contrapunto ya no sólo a nivel estrictamente melódico sino también en cuanto a ritmo, diseño musical (aquí mucho tiene que ver Mel Wesson), orquestación y en especial, con respecto al color entregado al propio Batman (merece la pena destacarse el choque entre las guitarras y las percusiones del Joker con los metales in crescendo o el “fx” del vuelo de Batman).
Warner ha tirado la casa por la ventana con este score, llevando a cabo una estrategia de marketing sin precedentes, que encuentra su justificación en el monumental éxito del film y su desproporcionada taquilla. Así, en un primer momento editó la banda sonora en tres formatos: el cd clásico, el formato digipack y en una edición en vinilo destinada a coleccionistas nostálgicos. La sorpresa viene con esta edición especial de dos cds, el primero conteniendo la misma versión ya editada, y el segundo con cincuenta minutos de score no editado junto a cuatro remixes de temas del film bastante prescindibles. Sin duda, el aficionado tiene que estar de enhorabuena por este tipo de iniciativas, pero también sería de agradecer que se cuidaran más los detalles, y es que por ejemplo el libro de 40 páginas sólo contiene fotografías del film, omitiendo cualquier comentario de los compositores o análisis técnico del score.
El disco arranca con una suite del Joker que no podía sino tomar prestada su tarjeta de presentación (chascarrillo) favorita: “Why so Serious?”. Todo un trance pesadillesco de nueve minutos con los que Zimmer parece reivindicar su capacidad trasgresora, olvidada en los últimos años por culpa de un cierto acomodamiento profesional. Como la cosa va de suites, con “I´m not a Hero” entramos en el universo reservado a Batman, con vibrantes guitarras antes de dar paso a las cuerdas y metales que se encargan de introducir el leitmotiv de dos notas asociado al personaje, y que se sostendrá sobre una raíz de efectos electrónicos y agresivas percusiones que conforman la base armónica de todo el score. Y como no hay dos sin tres, es el turno de El Caballero Blanco en “Harvey Two-Face”. Otra suite, donde es en este caso James Newton Howard quien aporta su granito de arena construyendo un tema que capta eficientemente los valores del fiscal Harvey Dent. Un hombre de honda moralidad y sensibilidad (ahí tenemos el arranque contenido para piano y cuerdas) que toma partido contra el crimen organizado. El tema se robustece a través de los metales y una gran expresividad orquestal en su parte final, adquiriendo una presencia casi heroica. El final de esta pieza es una emocionante fusión entre el tema dramático de Batman y el heroico de Harvey Dent, una forma de identificar la unión que se establece entre los dos para lograr un fin común y dejar a un lado los demonios internos de ambos (tendrá su reprise en “Blood on my Hands”).
Al igual que en “Batman Begins” la entrada en escena del Batmovil servía para introducir el impactante tema de acción “Molossus”, este tema será la base del dinámico tour de force (pura adrenalina) que arranca en “Like a Dog Chasing Cars”, continua en “And I Thought My Jokes Were Bad” y nos lleva al clímax de la lucha entre el bien y el mal, del Joker contra Batman, en “Agent of Chaos” e “Introduce a Little Anarchy”. Sin embargo, será en la trágica elegía de “Watch the World Burn” donde la partitura alcance sus cotas emocionales más altas. El Fiscal Harvey Dent ha perdido la batalla contra el Joker, quien ha demostrado que todo el mundo es corruptible, siendo la transformación de Dent un buen ejemplo de ello. A través de las cuerdas, Zimmer da forma a la diatriba moral de Batman, a la trascendental decisión que está a punto de tomar, de nuevo en el precipicio, otra vez obligado a responder ante la sociedad por los pecados que ella misma ha generado, asumiendo como propia la degeneración del otrora incorruptible fiscal para salvaguardar su mito, o torturándose porque su lucha contra el crimen se ha cobrado dos nuevas víctimas: Dent y Rachel Dawes, su gran amor (y también el de Dent). Ese es el sacrificio de Batman, su leitmotiv vital. El epílogo de este primer disco, “A Dark Knight”, se presentaba como una apasionante experiencia de 16 minutos de duración en la mejor tradición zimmeriana de mediados de los 90. Sin embargo no cumple las expectativas y se convierte en una interminable oda monosilábica que acompaña los títulos de crédito sin aportar emoción alguna.
Vaya por delante que si un score merecía una edición completa, ese es “Batman Begins”, un trabajo mucho más compacto, sólido y hasta cierto punto original. Por desgracia, este segundo disco de “The Dark Knight” no aporta absolutamente nada nuevo a la anterior edición, a menos que los cincuenta minutos de atmósferas insanas y puramente incidentales sean del interés de algún aficionado insatisfecho. Añadamos a esto una segunda crítica y es que esta edición especial habría tenido mucho más sentido si los cortes se hubieran ordenado conforme a su aparición en el film. Así podríamos haber disfrutado cronológicamente del interesante “Bank Robbey (Prologue)” abriendo la banda sonora y no remezclado como parte de una suite, o de pasajes como “You Complete Me”, de gran fuerza emocional, precediendo al impactante “The Ferries”. Todo esto lo único que hace es mermar la valoración global final de un producto, que fuera del ecosistema del propio film, se resiente por su excesiva frialdad y cierto estancamiento con respecto a las ideas introducidas en algunos casos, y en otras inducidas, de su precedente. Un score que con el paso del tiempo será más un objeto de coleccionismo que un referente musical en la obra de sus dos creadores.