Iniciado por
tomaszapa
Muy interesante todos los puntos que tocas. Pero si tiramos de la historia, en plenos años 80 hubiera sido imposible materialmente hacer un film como Philadelphia. Y no me refiero a que una estrella, bien vista por el público masivo, se atreviera (que también), sino sobre todo a que en esos años, conocemos que hay una cosa llamada SIDA, que los científicos han aislado, que provoca la destrucción en las personas y que sospechosamente se da sobre todo, en homosexuales (entonces se decía maric*), o en drogadictos. En gente sospechosa.
No se sabía apenas nada más, y mucho menos las posibilidades de contagio entre personas. Esto provocaba una tendencia generalizada casi, al aislamiento de este tipo de personas, como en los tiempos de la lepra.
Philadelphia, su historia, no tiene cabida en esa época de "terror" al elemento desconocido y a quien lo portaba, por ende.
Philadelphia cobra sentido en el momento en que ya se saben más cosas, que no hay peligro de contagio, con las precauciones que debíamos adoptar, que eran personas igual que nosotros (de hecho, afectaba a cualquier grupo, sin distinguir raza, sexo, edad...)... y sin embargo, había un miedo latente, pues seguía muriendo gente. En definitiva, que a principios de los 90 todos decían que eran tolerantes con los enfermos, que les apenaba su situación...pero seguían existiendo dudas, sospechas y prevenciones.
Philadelphia por tanto, no descubre la enfermedad, pero sí constata una realidad que existía, pese al conocimiento que ya se tenía de aquella. Todos aquellos mitos y pajas mentales, leyendas urbanas en muchos casos, habían creado un poso que se traducía en injusticias en muchos ámbitos de la vida normal. Philadelphia ataca la doble moral, al que dice una cosa y por detrás hace o piensa otra bien distinta. A mi sí me parece valiente.
REspecto a Adivina quien viene esta noche, no creas que no he tenido debates mentales bastantes veces. Es una gran película pero no apreciaba durante tiempo esa valentía.
El tiempo y la madurez, imagino, me han hecho ver, darme cuenta de que las películas, como muchas personas, son hijas de su tiempo. Hay que valorar cada obra en el contexto temporal, etc... en el que se concibió. Imagino que un negro, si llega para quedarse en la familia de unos ricos blancos, provoca una situación de choque. Sin embargo, me gusta más el choque mental que provoca en esas personas, cuando ese negro es guapo, inteligente y con gran futuro (un partidazo, vamos).
En aquel momento, y lo comparo con Philadelphia, había mucha gente que también afirmaba, de boquilla una cosa (los negros son como los demás personas) pero no querían a uno de ellos en su casa ni por todo el oro del mundo.
La valentía en el caso de Adivina es más sutil. No olvidemos que detrás estaba Stanley Kramer, todo un experto en saber mostrar a la industria de Hollywood situaciones injustas, de una forma que no provocasen infartos entre los mandamases.