https://www.youtube.com/watch?v=6VwKZam00rM
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El montaje del legendario Walter Murch es particularmente genial en esta cinta, con esas transiciones o el uso del sonido (en las otras dos también es bueno, pero destaca menos).
Y Matt Damon está absolutamente perfecto, tanto que se le suele criticar interpretativamente hablando.
Es que una cosa no quita la otra. Una cosa es respetar que todo el mundo tiene derecho a emitir sus opiniones, y otra es el contenido de esa opinión. Si realmente es una valoración mínimamente argumentada o la expresión de un gusto personal, merece todos mis respetos, aunque no la comparta o incluso me oponga vehementemente a ella. Si lo que se dice no es una opinión, sino un exabrupto o una memez, no. Y sí, de acuerdo que un exabrupto puede ser un recurso estilístico, pero dentro de un determinado contexto, pero si no se argumenta (lo de decir que una película, u otra cosa, es "una mierda" y punto) es un mero flatus vocis, no una opinión. De nuevo con el DRAE a mano, es una mera "palabra vana, sin contenido", a no ser que uno sea un especialista en escatología (¡cuidado!, según la segunda acepción del DRAE, no la primera :cortina).
Y si no, que se lo cuenten a los selenitas del film de Juran que he comentado anteriormente, o al menos eso se da a entender. No recuerdo qué dice la novela, pero parece que lo de los virus y Wells tiene una larga tradición.
Me estais dando una alegría.
A nivel adaptativo me resulta fascinante que Minghella muestre el carácter sociopata y narcisista de Ripley filtrado a través de su homosexualidad reprimida.
En el libro esto último apenas es sugerido, si no recuerdo mal.
La mejor película de Minghella con diferencia (pese a haber comentado que personalmente también me encantan las otras dos).
Yo creo que Ripley quiere ser Dickie, porque está enamorado de él (y de su estilo de vida), hasta el punto de vampirizarlo. Como dices, hay mucho de narcisismo en su comportamiento. Respecto a la novela, curiosamente es la única del ciclo Ripley que no he leído, pero diría que esa homosexualidad reprimida está presente, de un modo u otro, en todas ellas (si la memoria no me hace una mala jugada), como, por otra parte, en tantas otras obras de Patricia Highsmith.
Recuerdas bien, pero en la película esto es bastante menos sutil, más directo.
Tengo ganas de revisar la cinta de Liliana Cavani con música de Morricone y John Malkovich como Tom ; Ripley´s Game. . Hace muchos años que no la veo y también está disponible en HBO.
¿Opiniones?.
En su día me pareció correcta sin entusiasmarme, pero tiene el problema de tener que competir con la adaptación de Wim Wenders, excelente film, aunque a mí el Ripley interpretado por Dennis Hopper siempre me ha parecido bastante alejado del de las novelas (con todo, creo que la autora alabó la versión de Wenders). También Malkovich compone un Ripley bastante sui generis, pero la trama argumental me parece recordar que es bastante fiel a la novela (hace casi 20 años que la vi, y algunos más que leí el libro :fiu).
Gracias, Mad Dog.
Es verdad, El Amigo Americano. Grande Wenders. Está disponible en Prime Video junto otras películas del director, de modo que puedo revisarla también.
La cosa fue del siguiente modo, compañero.
A Wenders le encanta Highsmith, y por aquella época estaba interesado en adaptar al cine El Grito de la Lechuza, pero los derechos cinematográficos ya estaban vendidos. De hecho, tras indagar un poco, Wenders descubrió que todas las obras de la autora ya tenían los derechos cinematográficos vendidos y/o adjudicados. Wenders se puso en contacto entonces con el editor de Highsmith, y la autora, sorprendida y halagada de que un director como Wenders estuviese interesado en llevar su obra al cine, lo invitó a reunirse con ella en Suiza, donde le enseño el manuscrito de su próxima novela, El Juego de Ripley.
El resto es historia.
La película fue nominada para la Palma de Oro en el festival de Cannes de 1977, y fue nominada cómo Mejor Película Extranjera en los Premios César de 1978.
De la que dirigió una adaptación Claude Chabrol: Le cri du hibou, de la que tenía muy bien recuerdo de cuando la vi en el cine (en 1989), pero a la hora de revisarla en DVD me decepcionó un poco, a lo que ayudó la copia "editada" por Llamentol, uno de los peores DVD que he visto en mi vida.
Pues yo todavía no he visto ni “El paciente inglés” ni “El talento de Mr. Ripley”. :rubor La primera siempre me ha dado un poco de pereza, me da la sensación de que es bastante lenta y aunque he podido verla alguna vez siempre lo he retrasado. Por otra parte, “El talento de Mr Ripley”, siempre que he visto que la daban en TV estaba empezada y la he quitado con la esperanza de verla desde el principio algún día. Esta si que tengo muchas ganas de verla.
“Cold Mountain” si que la he visto y me gustó. De hecho la he visto varias veces. Creo que Kidman y Zellweger hacen un muy buen trabajo.
Más allá de las fechorías de Weinstein, tanto en el ámbito sexual como en las prácticas mafiosas para agasajar y hacerse con votos de miembros de la Academia durante parte de su mandato al frente de Miramax, hay que reconocerle, y ahora en serio, que durante años fuera uno de los distribuidores más valientes para llevar adelante películas, que en esa época, eran bastante controvertidas y difíciles de encajar en el puritanismo del Hollywood de entonces. Hemos avanzado algo, aunque también algo queda de ese puritanismo.
Miramax, en los 80 y gran parte de los 90, tiene un catálogo verdaderamente envidiable. Supo donde estaba su nicho y perforó muy bien el terreno.
La contrapartida fue que se arrogó tanto poder (en parte, el que le otorgaban desde fuera) que se convirtió en un tirano, que además tenía muy fácil el acoso y derribo hacia toda mujer que le apetecía.
Buen recordatorio, porque anda que no habré leído veces cosas del estilo "quitando a Tarantino, los Weinstein no produjeron nada realmente bueno". Parece que si a uno de estos les reconoces que tuvieron algo de mérito como productores, ya estás justificando los abusos que cometieron en su vida privada. Y a mí que me da que Harvey, comparado con los grandes magnates del Hollywood clásico, se quedaría en "traviesillo"...
Aprovechando estos días de asueto navideño, he revisado en BD las obras mayores del ciclo de “monstruos” de la Universal. Entre ellas destacan tres dirigidas por el director inglés James Whale: Frankenstein, The Invisible Man y Bride of Frankenstein, a las que añadí la curiosa y divertida The Old Dark House (desgraciadamente, en una edición en DVD que está lejos de ser satisfactoria).
La brillantez, atrevimiento y originalidad de los films de Whale (que, recordemos, accedió a la dirección cinematográfica procediendo del mundo del teatro y a una edad avanzada: su primer film, Journey’s End, se estrena cuando tiene ya 40 años) me generó ganas de “más Whale”, por lo que me he programado estos días un miniciclo de tres films, de géneros tan diversos como el melodrama, el musical o el drama criminal. Y en todos ellos Whale demuestra ser un director sumamente interesante, incluso cuando los medios son escasos, además de mostrar siempre dosis de un sentido del humor muy característico, que alguien podría estar tentado de denominar “humor británico”, pero que creo que se ajusta más a la denominación “humor whalesiano”, porque intuyo que hay mucho de idiosincrático en ese adorno cómico que incluye en todos sus films (al menos en los que he visto), y que llegan a su máxima expresión, para lo bueno y para lo malo, en los personajes de Una O’Connor y Ernest Thesiger en Bride of Frankenstein.
El puente de Waterloo (Waterloo Bridge, 1931)
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Waterloo Bridge es una producción Carl Laemmle Jr. para Universal, basada en una obra teatral de Robert E. Sherwood, autor, entre muchas otras, de la famosa The Petrified Forest, que supongo será pronto analizada en el hilo de Bette Davis. Como precisamente el compañero Alcaudón ya le dedicó uno de sus exhaustivos comentarios en el hilo que lidera hannaben dedicado a la actriz norteamericana, no me extenderé. En todo caso, la presencia de la Davis no pasa de episódica, en el papel de la hermana de Roy (Douglass Montgomery), el soldado protagonista, que está a punto de viajar hacia el frente durante la I Guerra Mundial.
Precisamente ese compás de espera le da pie a conocer en Londres a Myra (excelente Mae Clarke, lo mejor de la función), una corista norteamericana que ha acabado ejerciendo el denominado “oficio más antiguo del mundo”. La ingenuidad enternecedora de Roy contrasta con una Myra que tiene ya mucha calle en su vida. Y es allí, en concreto en el puente de Waterloo, donde, de forma accidental (recogiendo las patatas que se le han caído a una anciana durante una alerta por bombardeo), se encuentran. Compartirán refugio y, después, iniciarán un romance que desde el principio parece condenado al fracaso. Roy no sabe (o no quiere saber) a qué se dedica Myrna, pero esta, durante una visita a la casa en el campo de la adinerada familia de Roy, le confiesa a su madre cuál es su oficio. Pero, como mandan los cánones, no tendremos que sufrir por un problemático matrimonio en el futuro, porque Myra encontrará la muerte en ese mismo puente donde conoció a Roy, poco después de despedirse apasionadamente y de prometerle que se casará con él.
Además de los elementos románticos (quizá algo forzados, por lo ingenuo de Roy), Whale sabe dar densidad al film otorgando peso a los personajes secundarios, como la casera (Ethel Griffies, que hubiera podido interpretar Una O’Connor), la vecina y compañera de fatigas (Doris Lloyd) o el divertido padrastro de Roy (Frederick Kerr, abuelo del también actor John Kerr) y la comprensiva madre (Enid Bennett).
Un melodrama magnífico, en el que Whale sabe sacar partido a los decorados, y que años después merecería un remake de la mano de Mervyn LeRoy para la MGM: Waterloo Bridge, con Vivien Leigh y Robert Taylor (film que no he visto, pero me cuesta imaginar a Taylor comportarse con la ingenuidad del Roy de Douglass Montgomery).
Magnolia (Show Boat, 1936)
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Si el anterior film se basaba en una obra de teatro, este es la traslación a la pantalla del exitoso musical de Jerome Kern y Oscar Hammerstein II del mismo título (estrenado en Broadway en 1927, en una producción de Florenz Ziegfeld, y que ya había sido llevado a la pantalla en 1929 por la Universal), basado a su vez en una novela de Edna Ferber. Como en este hilo hay numerosos especialistas y entusiastas de los musicales (entre los cuales no me cuento), me limitaré a destacar que la película en mi opinión funciona con notable fluidez gracias a una magnífica Irene Dunne, en el papel de Magnolia, la hija de los propietarios del “show boat” del título, un barco a vapor que surca el Mississippi transportando un espectáculo teatral, y al trabajo de Whale, que huye de lo trillado. Junto a Dunne, destacan Charles Winninger y Helen Westley como sus padres, los Hawks, propietarios del barco, y muy en especial la pareja formada por Paul Robeson, que interpreta el inolvidable “Ol’ Man River”, y Hattie McDaniel. Ambos actores afroamericanos, que son pareja en el film, interpretan algunos temas a dúo, en especial “Ah Still Suits Me”.
Como punto débil, considero que Allan Jones, como Gaylord Ravenal, jugador que acaba casándose con Magnolia, para esfumarse años después de su vida, no está a la altura, resulta un actor demasiado gris y anodino. Con todo, el final del film, que provoca la emoción lacrimógena del público, de manera similar a como lo hace A Star is Born, de Wellman (y sus sucesivos remakes), recupera el personaje para concederle un momento de grandeza.
Curiosamente, a pesar del éxito y la popularidad del film, se comenta que su elevado coste de producción provocó graves problemas a la Universal, provocando la caída de los Laemmle, padre e hijo, y poniendo fin a la primera época dorada de la compañía. Como en el film anteriormente citado, también Show Boat mereció un remake de la MGM años después: Show Boat, de George Sidney, con Kathryn Grayson y Howard Keel.
El beso revelador (Wives Under Suspicion, 1938)
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Y, para acabar, un modesto film basado en una obra teatral del húngaro Ladislas Fodor, estrenada a Viena el 1932, y que ya había sido llevado a la pantalla por el mismo Whale en 1933: The Kiss Before the Mirror, siempre en la Universal. Si en el caso de Waterloo Bridge se entiende que se hiciera un remake en blanco y negro una década después [no en color, como indiqué en un primer momento, lo cual hace que la justificación del remake se deba más, supongo, al interés por actualizar un argumento de éxito, con estrellas del momento], y que de Show Boat se sucedieran un film parcialmente sonoro, luego uno sonoro en blanco y negro y finalmente otro en color, sorprende que con solo cinco años de diferencia Whale rodara dos adaptaciones de la misma obra, aunque por las sinopsis, veo que hay variantes entre una y otra. En todo caso, esta de 1938 (la de 1933 no la he visto) manifiesta un claro descenso en los medios de producción con los que contó Whale, tiene el aspecto de un film de serie B. La historia, no obstante, no carece de interés: un fiscal obsesionado en conseguir condenas a muerte (excelente Warren William, uno de esos actores un tanto olvidados y que me parece muy interesante) lleva la acusación contra un médico que ha asesinado a su mujer por infidelidad. Pero las circunstancias del caso le empiezan a ser familiares, cuando intuye que su esposa (Gail Patrick) también le engaña, llevándolo al paroxismo. El elemento que ha desencadenado su desconfianza es el gesto de rechazo con que ella, mientras se maquilla delante del espejo, recibe su beso, el mismo acto que provocó las sospechas del doctor al que quiere condenar. Un final demasiado precipitado para forzar el happy end afea el resultado, pero el film tiene momentos de tensión muy logrados, además del toque “whalesiano”, en forma de ábaco con calaveras con el que el fiscal va contando las ejecuciones que ha conseguido (ya lleva 11).
En resumen, Whale es mucho más que sus films de terror. Vale la pena aproximarse a sus películas, porque es un director nada rutinario, siempre dispuesto a sorprenderte con pequeños detalles y capaz tanto de manejar puestas en escena espectaculares como de ceñirse a decorados reducidos.
Muchos de esos secretos, se fueron con ellos y quienes lo sabían a la tumba. Pero estoy seguro de que, con el poder tan inmenso que tenían en la época en que los actores y actrices estaban a sueldo del Estudio, abusos hubo y muchos.
Hoy en día hay altavoces que se hacen eco de muchas denuncias. Pero entonces, la sartén por el mango la tenían enteramente estos mandamases. Y es más, tenían un ejército de empleados para ocultar todo.
Anoche, de cara al estreno de la quinta entrega de la saga Scream, revisioné (cosa que hago con toda la saga cada 3-4 años o así) la primera y como ya casqué tocho en su día pues...
(tiene miga que justo habléis de Weinstein.. En Scream hizo labores de lo que era normalmente, creo, productor de estudio)
¡Synch!
Ya han pasado las fiestas.
A ver si buscas un hueco para lo que pidió mi señora. :lol
:abrazo:abrazo:abrazo:abrazo:abrazo
Que raro ha sonado eso :lol
Hueco hay para su peli (las otras un poco mas tarde) porque donde ando petado en lista de espera es en series. Musicales mas adelante porque ahora le doy vueltas (y eso es una vez al año XD) a West Side Story...
La peli cae este mes sin problemas!
Esta semana combino Witcher (Yennefer...) y Scream :D
¡Ok!. No te preocupes.Cita:
Iniciado por Synch;4712461[B
Eran dos pelis, la de todas las mañanas del mundo y la de Cyrano (versión de 1990). Acuerdate. :D
Que raro ha sonado eso
Yo pongo las velas... el vino lo compras tú. :mparto
Ya me callo que nos van a echar.
:abrazo
La saga Scream (excepto la 3), es impecable. Pero impecable. Muy infravalorada.
Trios, infidelidades, etc…por privado por favor.:cafe
:cuniao
No me quedó muy claro quién tiene que buscar el hueco :cuniao Es nombrar a Harvey y acechar la perversidad y el sexo depravado. :lengua